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Han pasado casi treinta años desde el estreno de 'Tesis' con la que un por entonces desconocido Alejandro Amenábar irrumpía en el panorama cinematográfico español con la película que el público necesitaba: una trama de terror en torno a las 'snuff movies', con el debate de fondo sobre si dar o no lo que pide y ubicada en la Facultad de Comunicación. Unos personajes ambiguos interpretados por un reparto –Ana Torrent, Fele Martínez, Eduardo Noriega y Xabier Elorriaga, entre otros–, en estado de gracia hicieron el resto: 'Tesis' arrasó en taquilla y se llevó siete premios Goya. Para la Historia queda una icónica escena que quien haya visto no habrá olvidado: la de Ana Torrent sobre un fondo de azulejos blandos y dirigiendo a cámara su mensaje: «Me llamo Ángela, me van a matar».
No son muchas las películas que dejan para la Historia una escena icónica que el público identificará al instante. En el caso de 'Tesis', es ese instante en el que Ángela se dispone a ser la víctima involuntaria de una snuff movie
AUX STEP FOR JS
Casi treinta años después, Tabakalera proyectará mañana sábado,a las 19.00, dentro de su ciclo Cine y Música esta película, en una sesión que contará con la presentación del director, acompañado del músico Edu Baos, del grupo León Benavente que actuará en directo para reinterpretar su banda sonora. De la mano de varios cineastas vascos, recordamos por qué impactó tanto en su estreno, en 1996.
La subdirectora del Zinemaldia, Maialen Beloki (Donostia, 1983), cree que vio 'Tesis' en el momento de su estreno, «pero no sé si es un recuerdo real. Sí la vi siendo joven» y hace tres años la revisitó «porque quería saber si la sensación que me dejó se mantenía vigente porque en su día me impresionó mucho y supuso el descubrimiento de un director que me fascinó con sus siguientes películas». El resultado de aquel revisionado fue positivo. «Aguanta muy bien y como exalumna de Comunicación, me gustó ver las aulas en las que está ambientada». También supuso para Beloki un reencuentro con Ana Torrent, a la que había perdido cinematográficamente de vista.
La subdirectora del Festival enmarca 'Tesis' en el subgénero de «terror juvenil» y ahí «aguanta muy bien el pulso», además de suponer para toda una generación el descubrimiento de que existían unos productos audiovisuales que volaban por debajo del radar: las 'snuff movies'. «Afortunadamente, no había oído hablar de ellas en mi vida y posteriormente, son una cosa que te van aterrorizando a lo largo de su vida».
Y al hilo de la proyección especial en Tabakalera, recalca la importancia de «una banda sonora muy contemporánea. En 'Abre los ojos', Amenábar metió canciones de Chucho, del que he sido muy fan siempre».
En el caso de Jon Garaño (Ergobia, 1974), que estos días acompaña en Francia el estreno de 'Marco', su recuerdo le remite a la sensación de que «fue una de esas películas que había que ver porque todo el mundo hablaba de ella. Y cuando la vi me pareció que era como una película americana, pero que transcurría en Madrid, con ese tono de 'thriller' y tantos giros de guion». Garaño tuvo entonces «la sensación de que era una película un poco amateur, no en el mal sentido de la palabra, sino en el de que como yo estaba entonces en la Universidad, te transmitía la idea de que tú también podrías hacer algo parecido. Y aunque en ese momento piensas que la técnica es, si no todo, sí muy importante, luego te das cuenta de que no es una cuestión solamente de medios, sino que hace falta un talento para hacer una película que retenga permanentemente la atención del espectador». En este sentido, «era una película que te daba ánimos para intentar hacer algo así. Mi recuerdo es de que era una película diferente», señala el realizador, que tiene intención de estar mañana en Tabakalera para revisitar la cinta.
La frase de Fele Martínez en el papel de un friki del cine tiene su gracia porque se expresa en términos metacinematográficos: la división del mundo en buenos y malos. El malo, en este caso, es Eduardo Noriega en el papel de Bosco.
La frase del profesor de Comunicación de la Complutense encierra la viga maestra de los debates artísticos: ¿Hay que dar al público lo que pide o hay que llevar al público a lugares en los que nunca ha estado? La cuestión nunca se ha resuelto, probablemente, porque las dos opciones tienen una parte válida.
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«La película fue una sorpresa y, sobre todo, fue algo que nos dejó bastante noqueadas a las personas que éramos un poco cinéfilas: que alguien tan joven, próximo a nuestra generación, fuera capaz de hacer una película de terror con tanta habilidad». Así recuerda la cineasta y profesora de Comunicación Audiovisual de la UPV/EHU Iratxe Fresneda (Arrigorriaga, 1974) el estreno de 'Tesis', una película que, a su juicio, «ha envejecido muy bien. Era una película que no tenía nada que ver con el cine que se estaba haciendo por aquel entonces en España», señala.
La directora de películas como 'Lurralde Hotzak' o 'Tetuán', destaca que «una de las cosas que nos dejó boquiabiertas fue que nos presentaba unos personajes muy próximos a esa juventud de aquel momento, en este caso, estudiantes que estaban realizando una tesis en un ambiente universitario. Eran de carne y hueso, formalmente presentados de una manera muy cercana, sin esa lejanía cinematográfica propia de las películas de acción».
En cuanto a las similitudes entre la Facultad de Comunicación en la que imparte clases y la que aparece retratada en la película, apunta a que «en este momento tienen una mayor acceso que en 1996 a toda la tecnología, tanto dentro como fuera de la Facultad, y eso facilita grabar cosas, me da igual lo que sea o si está bien o mal. Esa experiencia con el registro es parte de su día a día, casi está en su ADN», concluye.
Se trata de una de las escenas más famosas de la película, rodada en los sótanos de la Facultad y sobre un relato lo suficientemente ambiguo como para que aún sea motivo de interpretaciones en el mundo digital.
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Nacido en 1985, el director donostiarra Mikel Gurrea no vivió el estreno de 'Tesis' en 1996, pero sí recuperó la película algunos años más tarde a través de la edición en DVD que se vendía con un periódico. «Mis padres son muy cinéfilos y organizaban proyecciones. Recuerdo que hablamos en casa de los ecos 'hitchcocknianos' de la película». El cineasta donostiarra, que ultima estos días sus nuevos proyectos, también recuerda «los ojos de Ana Torrent ya que por las mismas fechas habíamos visto 'El espíritu de la colmena'. De repente, para mí, estaba viendo en pocas semanas a una niña y a una mujer, pero los ojos eran los mismos». Por otra parte, se quedó también grabado «el personaje de Fele Martínez, un tipo carismático al que nunca habíamos visto en pantalla». Finalmente, le sirvió para enterarse de la existencia de las 'snuff movies'. El hecho de que buena parte de la película transcurriera en la Facultad de Comunicación le dejó a Gurrea «la primera noción de que se podía estudiar cine».
A modo de anécdota, evoca un encuentro en Hondarribia con Xabier Elorriaga en el que el intérprete le contó cómo José Luis Cuerda le pasó el cortometraje de Amenábar 'Himenóptero' (1992) y le dijo: «'Este director tiene algo'». Cuatro años después, Elorriaga estaba en el reparto de 'Tesis'.
Tampoco la actriz Barbara Goenaga (Donostia, 1983) la vio en el momento de su estreno, pero la recuperó en Madrid en torno a la veintena, «cuando me obsesioné bastante con el cine de género y recuerdo haberla visto varias veces, cosa que rara vez hago con una película, pero 'Tesis' tenía algo especial». Goenaga destaca la mezcla la modernidad de una película que «mezclaba la crítica social y que avanzaba el 'voyerismo' de las siguientes décadas» y aquí se remite a esa escena inicial en el que el primer impulso de los pasajeros del Metro es mirar el cadáver de quien se ha tirado a la vía. «Eso ahora lo tenemos a lo bestia con las redes sociales y los móviles. En la cola del velatorio del Papa, todo el mundo sacaba fotos y hacía vídeos. ¡Una falta de respeto...! ¡Qué es esto! Y sin embargo, está normalizado totalmente».
Por otra parte, Goenaga destaca un reparto con unos Fele Martínez, Eduardo Noriega y Ana Torrent en estado de gracia como uno de los factores que explicaría el éxito de la cinta. «Me parece una película más moderna ahora que en su momento», asegura la intérprete.
A casi treinta años vista, no es fácil situarse en el contexto de la taquilla de 1996 para dar con una explicación a lo que supuso el estreno de 'Tesis', Iratxe Fresneda cree que ese cóctel de «cercanía en los personajes, en el contenido, en los ambientes y en lo formal –que es algo que se viene utilizando hasta ahora– produjo la pócima mágica de la película para que triunfara y se saliera de lo que estábamos habituados». La profesora y cineasta no atribuye el éxito de la cinta a un marketing agresivo, pero tampoco rebaja su importancia:«La distribuidora fue Universal Pictures. Lo que en aquel entonces nos pudo parecer que no era una gran campaña publicitaria probablemente fue mucho más grande de las que tienen las películas independientes hoy en día»..
En opinión de Mailalen Beloki, uno de los factores que explica el éxito de 'Tesis' es «su transversalidad en cuanto al tipo de público al que iba dirigida. Yo era muy joven, pero mis padres también conectaron muy bien. Transcendía al público habitual del género de terror». Por otra parte, el trío protagonista «esta formado por actores jóvenes que funcionaron muy bien. Fue la primera versión española de un tipo de cine que sí se hacía en Estados Unidos, pero no tanto aquí».
Jon Garaño considera como un elemento que explicaría el éxito de 'Tesis' el propio tema, «que resultaba muy llamativo con todo aquello de las 'snuff movies', y por otro, todos los giros de guion que hacían que lo que pensabas que era, resultaba que no. Estabas muy atento a la trama». Con todo y «gustándome 'Tesis', me impactó más en todos los sentidos 'Abre los ojos', que para mí fue deslumbrante».
Por su parte, Mikel Gurrea apunta a varios factores que explican el impacto de la cinta en taquilla. «Por un lado, quizás de que en muchos años no se hubiera hecho cine de género, además, en un entorno muy cotidiano y reconocible. Yo era preadolescente, pero podría ubicar a los personajes en mi entorno más inmediato. También que el hecho de que un espacio como la Facultad se convirtiera en escenario cinematográfico pudo conectar con la gente, especialmente, con la joven».
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