A los Goya con fuego, viento y nieve
La empresa donostiarra Drama FX tiene tres nominaciones a los premios de la Academia de Cine por sus trabajos en '20.000 especies de abejas', 'Tin & Tina' y 'La ermita'
Tres películas dispares como la emotiva '20.000 especies de abejas' y las de terror 'Tin & Tina' y 'La ermita' tienen en común que están nominadas a los mejores efectos especiales para la 38 edición de los Premios Goya que se desvelarán el próximo sábado en Valladolid, y en los tres casos es en una empresa donostiarra, Drama FX, donde se han ideado, desarrollado y ejecutado. «Es algo muy raro, es alucinante», comentan los socios de la firma Jon Serrano y Mariano García Marty. Ambos aparecen en los créditos de los dos primeros títulos, y en el tercero está Eneritz Zapiain.
Pero lo mismo que pocas veces se ha dado que una misma empresa esté detrás de tres nominaciones en la misma categoría, también es poco frecuente que se tenga tan claro que «no vamos a ganar». La razón de tanta seguridad se llama 'La sociedad de la nieve', la película dirigida por Juan Antonio Bayona, «que está muy bien hecha, con muchísimo más dinero; es por mucho la mejor en nuestra categoría». Aunque luego dejan traspasar un rayo de esperanza porque «el año pasado con 'Irati' teníamos que haber ganado, íbamos seguros y al final se lo llevó 'Modelo 77'».
No es la primera vez que están nominados, ya han ganado dos Goya –por 'Handia' en 2018 y 'Akelarre' en 2021–, e incluso el año pasado se enfrentaron uno contra el otro porque por normas de la Academia, que han cambiado en esta edición, no podían aparecer los dos nombres en dos películas diferentes.
En '20.000 especies de abejas' emplearon efectos climatológicos como lluvia, también humos y «otros efectos que pasan disimulados, que la gente no cree que son efectos y al final son claves en un momento determinado y en una situación en concreto», explican.
'Tin & Tina' tuvieron que hacer bastantes efectos ambientales, sobre todo lluvia, espacios nevados, momentos concretos de nieve. «El final fue lo más complejo porque es una plano secuencia bastante importante en una casa de doble piso. Se dan un conjunto de situaciones que termina con un especialista que se cae y prende fuego a la casa, la mujer sube a la segunda planta, adonde llega el incendio. Acaba quemándose todo. Había que hacerlo cronológicamente, como una coreografía. Fue un reto importante. Estamos muy satisfechos del resultado», admiten.
En 'La ermita' había muchos detalles pequeños como los efectos de la ouija. «En cuanto a lo climatológico teníamos lluvias muy grandes y complicadas, en plazas enormes donde no se veía nada. Venía Belén Rueda, era de noche, hacía mucho frío y solo se podía hacer una toma. El incendio final, que era enorme y con mucho fuego, fue todo un reto porque era en un decorado dentro de un plató. Si hubiera ocurrido cualquier cosa estaba bajo nuestra responsabilidad. Además, tenía que ser real, apoyado por VFX (efectos visuales). Todos los días había algo: niebla, fuego, agua... Fue un trabajo duro».
Los últimos románticos
Los socios de Drama FX toman el título de una de las películas en las que están trabajando ahora para hablar del futuro de su profesión: «Somos 'Los últimos románticos'. Tenemos una pequeña lucha y nos enfadamos porque cada vez en más casos, para ahorrar, en lugar de los efectos especiales artesanales como los que desarrollamos nosotros optan por los digitales, que están muy bien, pero nos tenemos que compaginar. Llegará un momento en que ellos podrán hacer de todo. Será una IA la que haga todo, no harán falta actores, directores o guionistas. Hasta entonces tenemos mucho que decir».
Serrano comenzó en el mundo del cine y el teatro en 1999 como atrezzista, luego pasó a ser director de arte. Entonces los directores le preguntaban si podía poner un poco de lluvia y lo hacía con una manguera, luego se entusiasmaba y ensayaba con un aspersor. Así, hasta que vio que le gustaba más que la parte de arte. Cuando comentaba a sus compañeros que pensaba dedicarse a los efectos especiales le tomaban por loco por intentarlo en Euskadi. «Me decían que si no existía aquí era por algo». No desistió y en 2008 se asoció con el argentino Mariano García Marty para constituir Drama FX. Ahora trabajan en toda España y en Portugal, donde han encontrado un filón con las películas del género 'Bollywood' que se ruedan allí».
Partiendo de la premisa de que «el mejor efecto especial es el que parece que no se ha hecho», los dos socios también explican que «la gente piensa que nuestro trabajo es hacer grandes explosiones, inundaciones o tremendos fuegos, que también, pero además es hacer una fina lluvia, llenar un campo de nieve, originar vientos o conseguir que una hoja vaya flotando de un lugar determinado a otro, cosa mucho más difícil que hacer explotar un coche». Cuando en el estreno de una película en la que ha participado un conocido les preguntas por qué han ido saben que su trabajo está bien hecho.
Una empresa I+D
Desde 'El cazador de dragones', de Patxi Barco, Drama DX ha participado en cerca de ochenta producciones, la mayoría películas aunque también series ... «son más impersonales que las películas, pero te garantizan más tiempo de trabajo y te da continuidad. Ahora hay mucha producción por parte de las plataformas».
Hay veces que es el director o el responsable de la producción de una película quien les pide un efecto especial concreto y ellos experimentan, –«porque esta también es una empresa I+D, no nos podemos quedar parados»– hasta que lo consiguen. Por ejemplo, un año antes de comenzar a rodar 'Irati', Paul Urkijo les puso el reto de conseguir que granizara, algo que nunca habían hecho y tampoco conocían a nadie que lo hubiera realizado. «A través de unos ingleses contactamos con otros que si lo habían conseguido y en 'Irati' hubo una granizada».
En la larga filmografía de esta empresa también se incluye la película 'Rifkin's Festival', la que Woody Allen rodó en Donostia. Serrano recuerda con una mezcla de cariño e ironía que «suelo decir que yo le conocí a él, pero él a mí no. El hombre estaba muy mayor. Le enseñé ciertas armas y no me miró a la cara en ningún momento. Eso no quita que no le admire».
Antonio Banderas calado
Una experiencia embarazosa, ahora recordada con risas, sucedió durante el rodaje de 'Altamira', protagonizada por Antonio Banderas. En un descanso largo del rodaje, Serrano fue a probar unos aspersores de agua, con la mala fortuna que en el momento de encenderlos daba por allí un paseo el actor malagueño con su novia. «Los mojé de arriba abajo. Apurado fui a pedir perdón y él me contestó que era yo quien tenía que perdonarles porque habían interferido en mi trabajo. En cosas así se ve cómo son las personas».
También han colaborado con las hermanas Wachowski en 'Jupiter Ascening'. «Trabajar con americanos es más impersonal, para lo bueno y para lo malo. Exigen mucho, pero si cumples pagan muy bien y rápido. En España es diferente, cuesta más cobrar. Pero si tienes 'feeling' con el director, a mí me gusta más», asegura el donostiarra. Ese es el caso de los tres integrantes de Moriarti Produzioak –Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga–, con quienes han rodado sus películas desde el principio.
«Aquí es imposible que se dé un caso como el de Alec Baldwin»
La primera vez que se accede a la sede de Drama FX en el Polígono 27 de Donostia llama la atención el sinfín de armas de todo tipo. Hay bazucas, bates de beisbol, mazos, palos y garrotes varios y cientos de réplicas en látex para golpear «sin hacer nada de daño». También grandes ventiladores, metros de mangueras, materiales para hacer distintos modelos de nieve y fuego. En una dependencia cerrada con llave se encuentran las armas de fuego, desde la pistola más sencilla a metralletas. Dentro de sus estuches hay decenas de armas de fogueo. Jon Serrano deja claro que «no tenemos ninguna bala ni ninguna pistola reales». Preguntado por si sería posible que se diera un caso similar al de Alec Baldwin, que disparó en un rodaje un revólver pensando que tenía balas de fogueo y mató a la directora de fotografía, señala que «aquí sería imposible, los cargadores no están diseñados para que entren balas normales. Ellos trabajaban con armas reales. Aquí es imposible que suceda un caso como ese».
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