Tarantino ofende a los judíos
Acusan al director, que estrena 'Los odiosos ocho', de «trivializar» el Holocausto al comparar la bandera confederada con la esvástica nazi
MERCEDES GALLEGO
Miércoles, 13 de enero 2016, 15:20
Era sólo cuestión de tiempo que alguien le preguntase a Quentin Tarantino por la bandera confederada, teniendo en cuenta que su última película está ubicada en la Guerra Civil que acabó con la esclavitud en Estados Unidos. Y si bien nadie dudaba de que entraría al trapo, el director que ha hecho de la violencia un arte con películas míticas como 'Pulp Fiction', superó las expectativas al llamarla «la esvástica americana».
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Paradójicamente, los ofendidos no han sido sus fans sureños que aún llevan a gala la bandera rebelde, ni los descendientes de esos confederados que retrata, sino los propios judíos. Aferrados al papel de víctimas del Holocausto, algunos, como la columnista Angela Epstein, que respondió indignada en las páginas del periódico británico que lo entrevistó, 'Daily Telegraph', aseguró que la comparación es «imperdonable».
Aparentemente los dos siglos de esclavitud que sufrieron los afroamericanos, la segregación, los linchamientos e incontables humillaciones que siguen perpetrándose en menor medida hasta nuestros días no tienen parangón con el sufrimiento del pueblo judío durante el periodo nazi. Y cualquier intento de equipararlo es «trivializarlo», dice la autora. «El barbarismo unilateral de los nazis es único como recordatorio de lo bajo que puede caer el ser humano». No es que los negros del sur tuvieran oportunidad de dar la batalla a sus amos ni a los generales sureños que se convirtieron en dragones del Ku Klus Klan. Por eso el director de cine se congratula de que, «si me preguntas a mí, ya era maldita hora de que quitasen sus estatuas (de los generales) de los parques».
Un movimiento que surgió a raíz de la matanza que perpetró un cachorro racista en la iglesia afroamericana Mother Emanuel de Charleston, donde una noche de junio pasado acribilló a los feligreses que oraban, con el párroco incluido. La masacre cogió desprevenido al cineasta, que por primera vez cambió el guion de su película por temor a que se malinterpretara, a la luz de ese escalofriante brote de violencia.
«Pregúntale a los blancos de Carolina del Sur si se sienten seguros», decía originalmente el sheriff Walton Goggins, uno de 'Los odiosos ocho' que protagonizan la última película del director sureño. Tarantino no quiso dar la menor excusa a los racistas para desvirtuar su obra y convertirla en culto de lo que más odia, así que ahora a la afirmación del sheriff de que «cuando los negros están asustados es cuándo los blancos se sientes seguros», el coronel Jackson le responde con elegancia: «Los negros sólo están seguros cuando los blancos están desarmados».
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Una respuesta mucho más apropiada en los tiempos de la brutalidad policial que sacó a la luz la muerte de Michael Brown en Ferguson. El director ya se había metido en problemas en octubre pasado al sumarse a una manifestación del movimiento Black Lives Matter en Nueva York, lo que provocó que los sindicatos de policía de Los Angeles y otros condados del país prometieran boicotear su película. Quienes le apoyan lograron neutralizar ese boicot con su asistencia a las salas de cine, por lo que la cinta se ha convertido en un símbolo de lo que realmente defiende. Al menos en EE UU, donde el comentario de la esvástica no ha ofendido a tantos judíos como en Europa.
«Tiene suerte de poder darle un repaso a la historia americana sin temor a ser encarcelado, torturado o asesinado en un campo de concentración, porque si hubiera vivido en la Alemania nazi no hubiera tenido ese lujo», refunfuñó la columnista del 'Daily Telegraph'.
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