El Ayuntamiento de San Sebastián plantea declarar 2024 Año Chillida en el centenario de su nacimiento

«De momento solo es una idea en la que vamos a ir trabajando», apuntó el alcalde, con la que se conmemoraría el centenario del nacimiento del escultor donostiarra, que falleció en su ciudad el 19 de agosto de 2002.

Esta idea que aglutinaría distintos actos en la ciudad y reforzaría el proceso para presentar la candidatura a la declaración del Peine del Viento como Patrimonio de la Humanidad, nace cuando hace dos años tanto el Ayuntamiento de San Sebastián como el Gobierno Vasco buscaban nuevas fórmulas para dar una mayor protección al conjunto escultural y arquitectónico que Eduardo Chillida creó junto a Luis Peña Ganchegui.

A finales de 2019 el Gobierno Vasco ya decidió la inclusión en el Registro de Bienes Calificados del conjunto de la Plaza y las Esculturas del Peine del Viento de San Sebastián, con su entorno natural, con lo que quedaba reconocido como bien cultural calificado con la categoría de Conjunto Monumental.

Con la intención de dar un paso más para buscar una mayor protección para ese espacio que se ha convertido en uno de los símbolos de Donostia y en un referente a nivel internacional, surgió la idea de «encontrar a través de la Unesco otro título que dé más valor y mayor protección a este conjunto monumental», explicaba ayer el concejal de Cultural Jon Insausti a este periódico. De esta manera surgió una colaboración entre el Ayuntamiento de San Sebastián, el Gobierno Vasco, las familias de Chillida y Peña Ganchegui y la galería Hauser & Wirth que gestiona Chillida Leku, para crear un grupo de trabajo que desarrollara estos objetivos.

Todavía es muy pronto para concretar cosas pero la idea sería que el Año Chillida 2024 se desarrolle en torno a dos ejes: «Por una parte, recordar su figura, como una de las personalidades con más proyección internacional, sobre todo a nivel europeo, y luego hablar de su legado. Y ahí también nos encaja muy bien ese proceso de intentar que el Peine del Viento sea Patrimonio de la Humanidad».

También el Ministerio de Cultura está por la labor de declarar 2024 como Año Chillida. Durante el Festival de Cine vino el el ministro José Manuel Rodríguez Uribes a San Sebastián, «y tuvo ocasión de estar en Chillida Leku, le presentaron la idea y en principio dijo que se sumaba también a ella».

Una exposición retrospectiva «que recoja toda la trayectoria de Chillida», sería una primera idea básica entre los actos principales que vertebrarían ese año dedicado al escultor, pero Jon Insausti destaca también que «en esos años, 2023 y 2024, se abre la posibilidad de presentar candidaturas a Patrimonio de la Humanidad. Por lo tanto, esa coordinación de tiempos puede ser un factor que nos puede ayudar a tener un sentimiento de comunidad sobre la figura de Chillida, en este caso a través de una obra tan emblemática como el Peine del Viento».

Este proyecto tiene carácter de «largo plazo», pero tiene «dos partes que son muy importantes, trabajar la parte de la Unesco, y también cómo la ciudad, a través de Chillida, se asocia al arte, con ese carisma contemporáneo, y de vinculación a la escultura en la vía pública, donde tenemos además un objetivo de mejora para apreciarla en toda su dimensión», añade el concejal. «Toda la gente con la que estamos hablando está muy a favor de la idea y ahora toca ir concretando, y dándole forma. Pero todo apunta a que saldrá adelante y será posible conmemorar el centenario de Chillida con esta iniciativa», apunta Jon Insausti.

En esa vocación de Donostia como escenario del arte en la vía pública aparece también la incorporación de la escultura de Cristina Iglesias que está en construcción en la isla de Santa Clara. «Se trata de destacar en general el calado que tiene la escultura en la ciudad y sobre todo la que está en la calle, que forma parte importante de la fisonomía de la ciudad», aclara Insausti, «pero de momento 2021 va a ser el año de Cristina Iglesias en este sentido». Ese será uno de los principales retos en el ámbito cultural para los próximos cuatro años por parte del Ayuntamiento.

«Estamos aún hablando con todos, y pronto iremos pasando a buscar las acciones concretas. Lo de la Unesco está claro, pero yo no le doy tanta importancia a conseguir la declaración o no, lo importante va a ser el debate que surja, ver qué vamos a hacer con el murete de la plaza y cómo lo tratamos para lograr la mejor protección para el conjunto».