Una buena comida y un largo paseo de vuelta
Woody Allen, su mujer y su hija probaron las delicias del restaurante Mina y regresaron a pie hasta el hotel Meliá, con parada en el museo Guggenheim
L. A. GÓMEZ/ J. MÉNDEZ
BILBAO.
Lunes, 17 de junio 2019
Woody Allen puede presumir a partir de ahora de conocer Bilbao a fondo. Comió en uno de sus mejores restaurantes, el Mina del muelle Marzana, y al terminar se fue andando hasta la calle Bailén, y de allí hasta Ripa para enganchar con Uribitarte, entrar en el Guggenheim e irse a descansar al hotel Meliá, todo ello antes del concierto.
Publicidad
Comió y caminó con su mujer, Soon-Yi Previn, su hija y una acompañante. Por la mañana les vieron en la explanada del museo, por la zona del 'Puppy', y a las dos y media un par de coches que les llevaron al puente de San Antón. De ahí caminaron hasta el Mina, frente al mercado de La Ribera, en la otra parte de la ría.
Soon-Yi optó por platos vegetarianos, como hongos con pil-pil, zanahorias, curry, zumo de naranja, caldo de verduras y hojas de sarmiento. También probó las láminas de espárrago de Arcentales, con limón y zumo de lima, verduras y almendra amarga. El director de 'Annie Hall' preguntó qué era el begi haundi y bebió una copa de txakoli. «Si tuviera cincuenta años os vaciaba la bodega», les dijo el octogenario cineasta a los camareros del Mina.
Allen se decantó por el menú de 14 platos, y también picó de una ensalada de ventresca de atún y de un plato de mollejas de cordero. Terminó con una tarta de queso con frutos rojos y un té, también de frutos rojos. Salió sobre las cinco y medio de la tarde y se mostró amable con todo aquel que le paraba para pedirle un selfie. Demostró que su fama de neoyorquino andarín no es en vano y enfiló Marzana hasta llegar a la calle Bailén. Siguieron y entraron en el Guggenheim. Volvieron al Meliá. A las ocho y media tenía que salir al escenario.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión