El debut en casa de la hija del pelotari de Mutriku
La bailarina Ane Arrieta, de raíces guipuzcoanas, interpreta tres piezas del programa de esta tarde en el Kursaal
Bailar en Euskadi era un deseo que confesaba Ane Arrieta (Newport, Rhode Island, 1998) a DV hace apenas un año. Estos días, la hija del pelotari mutrikuarra Eduardo Arrieta convierte su sueño en realidad. «Estoy muy emocionada estos días previos a las actuaciones en Euskadi. Me siento como si estuviera uniendo dos mundos. Ninguno de mis familiares y amigos de aquí me han visto actuar, pero siempre me han animado», reconoce en víspera de las funciones de la Martha Graham Dance Company en el Kursaal de San Sebastián y en el Teatro Arriaga de Bilbao.
Arrieta participa en tres de las cuatro piezas del programa. Del repertorio de Martha Graham, bailará en 'Diversion of Angels' (1948), una obra sobre las diferentes etapas del amor. El mayor reto de la pieza es «el espacio dentro y fuera de escena, ya que el trabajo de Martha Graham es muy arquitectónico y preciso en cuanto al espacio. Se inspiró en las pinturas de Kandinsky y eso se refleja en los toques de color y geometría del escenario». De 'Immediate Tragedy' (1937) –obra en la que no baila– explica que es «un solo sobre la determinación y la resistencia que Martha creó en respuesta a la Guerra Civil española y al ascenso del fascismo».
La bailarina de raíces guipuzcoanas considera que «los temas de estas piezas siguen siendo universales y nos enseñan la historia a través de la experiencia humana», mientras subraya que la vigencia de las piezas de Graham estriba en «la belleza de sus obras maestras», y en que «los ballets de Martha estaban hechos de emociones humanas reales y crudas. Ella iba en contra de la 'belleza' del ballet y creaba personajes con un amplio abanico de emociones y contaba historias que reflejaban la experiencia humana y, especialmente, la femenina».
La diferencia de bailar las piezas históricas de Martha Graham y las creaciones más contemporáneas del programa radica en que «hay que utilizar el cuerpo de una forma totalmente diferente; es muy gratificante poder ser tan versátil y bailar en mundos tan diferentes en un solo espectáculo». En 'We the People', de Jamar Roberts, la dificultad estriba en «la resistencia», mientras asegura que 'CAVE', de Hofesh Shechter, «es una de las obras más divertidas de representar».
Más asentada en su segunda temporada en la formación neoyorquina, Arrieta confiesa que «cada vez que entro en un ballet de Martha es como si entrara en una pintura histórica» y reconoce que «es un gran honor formar parte del legado de Martha Graham. Siento un gran orgullo y responsabilidad por ser un eslabón del legado histórico de todas las mujeres que me precedieron en la compañía». El próximo año, la Martha Graham Dance Company celebra cien años –«¡la primera vez que una compañía estadounidense celebra un siglo!»– y Arrieta aspira a estar a la altura de los desafíos de la temporada y «seguir creciendo y superándome como artista».
En definitiva, para Ane Arrieta la danza es «una forma universal de conectar con todas las personas, contar historias, compartir experiencias y sentir emociones auténticas. Es la expresión tanto de la belleza como del dolor, del amor y la pena, de la alegría y la tristeza».
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