Una vista del espacio sudeste del edificio deTabakalera, donde se ubicarán la residencia de artistas y el nuevo establecimiento hotelero.

Tabakalera acogerá un establecimiento hotelero convencional, además de la residencia para artistas

Los apartamentos para residentes ocuparán una planta y las otras tres saldrán a concurso público

ALBERTO MOYANO

Lunes, 3 de noviembre 2014, 07:25

Tabakalera acogerá un establecimiento hotelero convencional en tres de sus plantas y dedicará una cuarta a la residencia de artistas. Así lo decidió el consejo de administración del centro, que dio luz verde a la apertura de un concurso público para la adjudicación del negocio. En palabras del gerente de Tabakalera, Haritz Azkarraga, la fórmula conjuga «la decisión de acoger una actividad residencial, con espacios de oportunidad, que genere ingresos y cuyos gastos de habilitación de ese espacio corra a cargo de la empresa operadora que vaya a explotarlo. Blanco y en botella».

Publicidad

Aunque en un principio el proyecto del centro internacional de cultura contemporánea contemplaba la creación de una residencia exclusivamente dedicada a alojar temporalmente a creadores del centro y a artistas que visiten la ciudad, finalmente el pragmatismo contable se ha impuesto. Así, el pliego de condiciones para el concurso público de adjudicación del espacio recogerá la apertura de un establecimiento hotelero, cuyo perfil lo determinará en buena medida la empresa ganadora, en busca de una mayor rentabilidad.

El centro residencial ocupará un total de 2.400 metros cuadrados repartidos entre el sótano, el bajo y las tres plantas del edificio. Los servicios propios de un hotel, como la lavandería y otros, ocuparán el espacio subterráneo, mientras que los artistas y creadores se alojarán en apartamentos que se construirán en la segunda planta, en un número aún por determinar. Cada apartamento constará de un dormitorio, cocina, aseo y un espacio para trabajar. Además, en esa misma segunda planta se habilitará una sala de reuniones que permitirá a los artistas residentes trabajar de forma conjunta.

En cuanto al perfil del establecimiento, el pliego de condiciones, explica Azkarraga, «no establece condiciones previas en este sentido. Podrá ser un albergue, una residencia, una pensión, apartamentos turísticos o un hotel, de una, dos, tres o más estrellas». En cualquier caso, el alojamiento en tres de las cuatro plantas destinadas a acoger las habitaciones estará abierto al público en general, a excepción de un cupo de «noches sueltas a precio político» reservado para visitantes relacionados con las actividades culturales que se desarrollan en la ciudad, «como el Zinemaldia, Musikene, compañías de teatro, etcétera...», indica el gerente de Tabakalera. Este cupo se estima en mil noches anuales, una 18ª parte del total si el establecimiento tuviera cincuenta habitaciones, es decir, con capacidad para registrar 18.000 pernoctaciones al año. Ese «precio político» también está aún por determinar, pero los responsables de Tabakalera han tomado como referencia el Talent House -en donde el alquiler de un apartamento de 26 metros cuadrados con zona de dormitorio, salón, cocina, comedor y un baño es de 400 euros- y aventuran que rondará los 20-25 euros por noche y persona. Esta fórmula obligará a Tabakalera a trabajar en estrecha colaboración con otras entidades, especialmente, con Donostia Kultura. En cualquier caso, será la propia Tabakalera quien se encargue finalmente de dar luz verde a las solicitudes para acogerse a esta fórmula.

En el pliego de condiciones del concurso que se hará público en noviembre, se recogerá como condición el compromiso de la empresa adjudicataria de hacerse cargo de la parte del gasto fijo del edificio correspondiente a la superficie ocupada, esto es, un 9,83%, correspondiente a los 2.400 metros cuadrados. Este gasto corriente corresponden a mantenimiento general, vigilancia, recepción y suministros eléctrico, gas y calefacción. Además, el operador deberá abonar un canon fijo y otro variable, en función de su facturación «ya que no es lo mismo un hotel de una estrella que uno de cuatro», indica Azkarraga.

Publicidad

«Objetivo cumplido»

La conversión del ala izquierda del edificio -vista desde la calle Duque de Mandas y sobre el muelle de carga- en un hotel puede ser una operación no exenta de dificultades desde el punto de vista arquitectónico. Así, la propia configuración exterior del edificio podría obligar a habilitar el pasillo del futuro hotel en la zona que da a Duque de Mandas y dejar las habitaciones -que no tendrían ventanas al exterior- en la zona interior de la antigua fábrica de tabacos. La otra opción, menos probable, es jugar con la distribución, con la posible pega de que dos habitaciones tengan que compartir una misma ventana.

El gerente de Tabakalera se mostraba satisfecho recientemente con el acuerdo alcanzado en el consejo de administración al considerar que «hemos cumplido el objetivo de satisfacer las necesidades del proyecto cultural porque hay una residencia para residentes y, a la vez, abrimos una fuente de ingresos para el centro». Y es que Azkarraga no pierde de vista el mandato del consejo de administración: «Llegar a niveles de autonomía óptimos, cubriendo el 100% de los gastos generales que se generen. Tabakalera tiene que producir ingresos que cubran el gasto corriente para que las aportaciones de las instituciones se puedan destinar íntegramente a su programación cultural».

Publicidad

En la actualidad, las tres instituciones del consejo de administración -Ayuntamiento, Diputación y Gobierno Vasco-prevén destinar en total 4,5 millones de euros anuales al gasto corriente, sobre un presupuesto total de seis millones de euros. Los 1,8 ó 1,5 restantes se obtendrían a través del alquiler de los espacios de oportunidad del centro. Hace dos años Tabakalera esperaba alcanzar un 75% de financiación privada y el año pasado rebajaba las expectativas a un 45%, pero ahora se baraja un 25%. En cualquier caso, la aportación institucional iría íntegramente destinada al programa cultural y a los salarios de la plantilla, mientras que con las aportaciones de la iniciativa privada se espera sufragar los gastos de mantenimiento, servicios, proveedores y otras facturas. En cuanto a las obras, el 85% de las cuales ya están licitadas, su coste se ha rebajado en los últimos tres años de 61 millones a 50,3 millones.

Después de varios años de obras de rehabilitación, de acuerdo con el proyecto arquitectónico ganador del concurso, 'Tres en raya', de Jon y Naiara Montero, está previsto que las obras en el edificio finalicen a comienzos del próximo verano.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad