Exfutbolista de Zarautz KE
Marta Aranburu: «Hay que luchar por los sueños que tenemos y más en el fútbol femenino»Es una apasionada del fútbol y lo transmite en cuanto habla de ello. Sus pupilas tienen donde reflejarse de ahora en adelante
Tras 21 temporadas como futbolista, Marta Aranburu cuelga las botas pero seguirá ligada tanto al fútbol como al Zarautz.
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– La oferta deportiva zarauztarra es ... muy amplia, ¿por qué eligió el fútbol?
– Básicamente por que mi hermano juega al fútbol, he metido muchas horas jugando con él y también iba a ver a mi hermana jugar. En eskola kirola se me daban bien los tres deportes y a punto estuve de apuntarme a balonmano pero mi madre me dijo que tenía opción en el fútbol sin esperar al balonmano y no lo dude.
– Una trayectoria larga.
– Desde aquel inicio en la futbol eskola en las instalaciones de Asti cuando tenía once añitos hasta ahora que tengo 32.
– ¿Qué recuerda de aquella época en la que el fútbol femenino no tenía el eco que tiene en la actualidad?
– No recuerdo demasiado. Jugábamos en Asti cuando todavía era de gravilla. Empezamos a fútbol 8 en gravilla y con apenas cuatro equipos y nos movíamos muy poco. Donostia, Irun, Oiartzun y poco más recuerdo. Algún torneo pequeño que organizaba la Real pero poca cosa. El fútbol femenino ha mejorado mucho, ha subido de nivel y estoy orgullosa de ser parte de este proceso.
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– ¿En qué posición ha jugado y de qué le hubiera gustado jugar?
– En todas. Empecé de extremo derecha porque siempre he sido muy rápida, corría la banda y era pasarme y centrar. Luego con más edad me bajaron y jugué de lateral, pero siempre utilizando mi rapidez y mi golpeo. Los últimos diez años he jugado de central, generalmente derecha y algún año también he jugado de portera y he de decir que estuve muy a gusto. He jugado de todo, incluso pivote en el centro y delantera, pero donde más a gusto, de central.
«Nunca olvidaré el penalti que lancé para conseguir mi primer ascenso, una presión inmensa»
– El Zarautz está ahora mismo en Liga Vasca, ¿es esa su competición?
– A mí me hubiese gustado colgar las botas en una categoría superior, pero es verdad que cada año está más difícil, las niñas vienen con mucho más nivel y van entrando en los equipos haciendo la competición más dura. Hemos estado terceras, cuartas, pero al final están las del Alavés que hacen su selección, la Real que también escoge y todo eso nos complica el ascenso. Pero este año se ha visto que tenemos equipo y si mantenemos el bloque se puede luchar por ascender.
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– ¿Se está trabajando bien con las niñas, la cantera, hay material humano?
– Sí, sí vienen chavalitas. Vienen muchos equipos y no solo en Zarautz sino que también alrededor, Orio, Zumaia... El fútbol femenino se está haciendo grande. Esto antes no se veía, éramos cuatro niñas las que jugábamos al fútbol y además eras un marichico si lo hacías.
– Deja la práctica deportiva de competición pero el gusanillo sigue ahí.
– Es cierto. Dejo el fútbol de competición pero he estado de entrenadora de un equipo y creo que esta afición que tengo por el fútbol se la puedo transmitir a otras niñas y eso me hace ilusión. Seguiré de entrenadora y seré ayudante del coordinador del fútbol femenino para gestionar un poco todo esto y luchando por el fútbol femenino.
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– Ha jugado en Asti Txiki (de gravilla y de hierba artificial) y también en Asti con hierba natural, ¿cuál le gusta más?
– La hierba natural, sin duda. Y me hubiese gustado colgar las botas en Asti pero no fue posible. La exigencia física es mayor y el rival que nos visitaba era la Real Sociedad, eso nos llevó a Asti Txiki. Los años que jugamos en hierba fueron muy bonitos.
– En 21 temporadas habrá tenido lesiones.
– Sí, pero ninguna intervención. Lesionarse es parte del juego, alguna lesión potente he tenido. Algún esguince pero tuve un desplazamiento de rótula que me tuvo prácticamente parada un año y alguna rotura que me ha dado más trabajo de lo esperado. El cuerpo me ha respondido bien, no lo dejo por estar físicamente mal, es más bien por dejar paso a las nuevas generaciones y que tengan su oportunidad.
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– Aunque está cambiando, antes las chicas pese a ser muy jóvenes lo dejaban bastante pronto, su caso es especial.
–Es que para mí el fútbol es una pasión. Veo un partido desde fuera y veo que mi equipo lo lucha y ganamos y a mí se me salen las lágrimas de emoción. Me gusta. Hay algo que me ha llevado a estar 21 años jugando, haciendo lo mismo año tras año, viniendo a entrenar a las ocho de la tarde a Asti y llegando a casa a las diez, sacándote los estudios, trabajando, coordinando todo... Para mí esa gente que no sigue es que o no tiene pasión o realmente no le gusta tanto. Enseguida echan la toalla, hay que lucharlo. Y más, el femenino, me da igual que sección sea. Si queremos que las que llegan ahora vayan más lejos de donde has estado tú hay que hacer un trabajo previo y si no estas dispuesta es que no te gustaba tanto. Cada una establece sus prioridades.
– ¿Y del fútbol playero qué me dice? ¿Jugará?
– No. Bueno, lo he dicho muy rápido pero de momento sigo con los entrenamientos de las niñas. Haré otros deportes, surf, pádel, bicicleta, monte, escalada... El gusanillo del fútbol me lo quitaré entrenando. Pero no se sabe, de hecho ya estuve de árbitra de playeros.
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– ¿Le hubiera gustado jugar al máximo nivel?
– Por supuesto. Mi ilusión, y no lo he conseguido, era jugar en la Real o en el Athletic, o en cualquiera de Primera División me da igual, pero no lo pude lograr. Con 18-19 estuve entrenando con la Real, muy a gusto, y volvía al Zarautz pero sabía que me seguían ojeando. Esa temporada fue larga, sabes que te miran, quieres hacerlo bien y al final no pudo ser. Hubo cambio de entrenador y el nuevo trajo sus jugadoras y yo me quede aquí. Al siguiente verano, me llamó el Athletic y estuve entrenando una semana y también fue fantástico. Me daba igual uno que otro. Ahora mismo me hubiera gustado estar en el Barça, con todas esas pedazo de jugadoras. Estuve compartiendo equipo y vestuario con Irene Paredes en el Zarautz y para mí ahora es un ejemplo, me encanta, la visión que tiene, lo profesional que es, la buena persona que es y por eso animo a todas las niñas a que sigan sus sueños, que luchen por ellos y que no lo dejen. Si de verdad tienen ilusión y ambición por el fútbol, que sigan que oportunidades van a tener.
–No es fácil llegar.
–Quizás no juegues en Primera pero puedes jugar en Segunda. Yo con el Zarautz he jugado en Segunda tres veces. El primer ascenso fue en la 2006-07, tendría 15 o 16 añitos y llegamos a la tanda de penaltis para subir y el último lo lancé yo. Agustin Mujika 'Belmonte' me lo hizo tirar. De meterlo subíamos, la presión era inmensa pero nunca olvidare ese día. Tras subir estuvimos tres temporadas, luego bajamos y varias temporadas después aunque no subimos de primeras jugamos un triangular ganando todos los partidos, metí un gol que dediqué a mi madre y lo recuerdo perfectamente todavía. Hubo después un tercer ascenso como campeonas de liga que conseguimos en Betiko Neskak en Erandio y esas son las tres ocasiones en las que tuve ocasión de ascender a Segunda.
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– No se ha repetido el ascenso pero siempre andan cerca.
– Si, tenemos buen equipo. Algún año lo hemos tenido más flojo, con peligro incluso de bajar de Liga Vasca pero siempre tratamos de luchar por lo máximo. Este año creo que el cansancio final nos ha pasado factura pero el balance es bueno. Hemos jugado la copa y me quedo con la victoria sobre la Real.
–Ese partido fue muy especial.
–Sí, me hicieron un pequeño homenaje, era contra la Real con quienes estuve a punto de jugar y a la entrenadora la conozco mucho, es Aintzane Encinas que estaba jugando cuando yo estuve entrenando allí. Vino mi familia y salió redondo. Era el día.
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