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Las diez noticias clave de la jornada
CF Tramontana. Las jugadoras del equipo catalán posaron con la copa de 1927 durante su visitaal Stadium Gal. «Han sido dos días increíbles. Nos han tratado súper bien», aseguraban. MORONDO

CF Tramontana visita Irun

«Padres que no dejaban a sus hijas jugar, ahora vienen a animar»

El primer equipo de fútbol de gitanas nació hace tres años en el barrio de La Mina, y esta semana ha estado de visita en Irun

Sábado, 11 de octubre 2025

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Las historias que el CF Tramontana La Mina (San Adriá de Besòs) ha dejado durante su visita de apenas dos días a Irun están llenas de lecciones. Si el deporte ha sido un espacio masculinizado en el que ha costado dejar entrar a la mujer, pocas disciplinas se habrán mostrado más discriminadoras que el fútbol, en determinados contextos más que en otros y en el de algunas de estas protagonistas, muy especialmente.

El Real Unión recibió en el Stadium Gal a las jugadoras del Tramontana (no a todas, varias no pudieron desplazarse) en una doble jornada, jueves y viernes, que dejó un coloquio sobre los orígenes del equipo y las historias de algunas jugadoras, un amistoso contra el Mariño Real Unión, una visita comentada al Stadium Gal y un entrenamiento en el campo de césped natural. «La primera vez en mi vida que juego a fútbol en hierba», dijo Samara. A sus 17 años, la benjamina del equipo, hizo las veces de entrenadora en el amistoso del jueves «porque es la que más sabe», explicaba 'la Kuki', una de las veteranas, en el equipo desde que el tío Toni lo fundó hace tres años. «Nuestro entrenador es el Dani, que está muy implicado, pero no podía venir».

La Kuki tiene 22 años y lleva «siete jugando a fútbol, pero en la calle, en el patio. El tío Toni me vino a buscar al colegio para que fuera a jugar al equipo. Pero mis padres me decían que no, que el fútbol es de machos, no de niñas. El Toni habló con mis padres, con mis hermanos y lo han entendido. Por eso sí que siento que he roto una barrera, que detrás vendrán otras niñas que lo tendrán más fácil para jugar a fútbol si quieren». El tío Toni lanzó el CF Tramontana y sólo él sabrá los peajes que le habrá supuesto poner la estructura de un club federado al servicio de que las 'niñas' gitanas, como en su habla ellas se refieren a sí mismas, jueguen a fútbol.

El tío Toni montó en San Adriá de Besòs un club en el que 'las niñas' pudieran disfrutar de su pasión futbolera

En el coloquio del jueves, Esther Gómez Vidal (18 años) contó otra historia de dificultades superadas. «Desde que era muy pequeña iba al parque con una pelota. Iba con mi padre. Él veía raro que yo jugara con la pelota en vez de en los columpios o con las amigas. Al principio jugaba conmigo, pero cuando me iba haciendo mayor ya me dijo que no. No jugaba conmigo, ni quería que llevara la pelota, me la escondía...». El apoyo de su madre suavizó la situación y Esther siguió jugando con balones en la calle, pero cuando decidió apuntarse a jugar en equipos «mi padre no lo vio bien. Gracias al apoyo de mi madre lo pude hacer. Mi madre entendió que el fútbol me hace feliz, que es mi refugio y ella quería que yo fuera feliz».

Payas entre gitanas

Las jugadoras del Tramontana no sólo enfrentan los prejuicios familiares y sociales que no ven a las mujeres como futbolistas, también tienen que lidiar con los prejuicios payos sobre los gitanos.

Alejandra Martín Laureano (20 años) y Evelyn Nortes García (22) son payas y juegan en el Tramontana. «Desde pequeña hice deporte y en un momento mi hermana y yo quisimos jugar a fútbol», contó Alejandra, que también es de La Mina. «De alguna manera sentíamos que eso estaba mal visto, pero la suerte de tener una gemela es que nunca estás sola cuando quieres hacer algo y las dos juntas tiramos para adelante. En casa nos apoyaron». En ausencia de equipos femeninos, jugaban con los chicos «y tengo que decir que siempre nos sentimos súper arropadas por ellos».

Evelyn llegó tras pasar por otros clubes femeninos de la zona. «Con uno de ellos jugamos contra el Tramontana y la gente me decía 'cuidado que irán con navajas; os van a robar las mochilas; si le haces una entrada a una te va a estar esperando luego toda su familia...' Me dieron mucha rabia los prejuicios y es que además luego se portaron súper bien con nosotras y decidí venirme a jugar con ellas».

Borja Abad, es el responsable del área de Bienestar, Formación y Desarrollo Personal del Real Unión y junto con Palmira Dual, de la asociación de mujeres gitanas Kera Elkartea, principal artífice de que el Tramontana visitara Irun. «Al hablar de integración, muchas veces se dice eso de que hay que tender puentes, pero siempre pensando que el otro venga donde yo estoy. Aquí hemos visto ejemplos de cómo para romper barreras, algunas han querido cruzar el puente en el sentido contrario», destacó.

Palmira Dual, aplaudiendo «la valentía de estas primas», no se resistió a contar que cuando hacía Eskola Kirola, después del fin de semana que tocó juga a fútbol, «vinieron del Mariño a ofrecerme ir a jugar a sus equipos femeninos. Dije que no. Hubiera sido un sueño hacerlo, pero en mi comunidad eso era impensable y eso me atravesaba».

«Ha costado mentalizar a los padres gitanos de que sus hijas iban a jugar a fútbol», recordó Alejandra. «Viendo a sus hijas felices y las gradas llenas de gente que va a vernos jugar, del barrio, del equipo rival..., todo ha cambiado. Ahora hay padres gitanos animándonos con tambores».

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