«Tenemos mucha marcha, aunque tomemos Sintrom»

Como les ocurrió a las cuadrillas de jóvenes el sábado, también a ellos les acompañó la lluvia en parte de la jornada, pero importó poco: «tenemos muchas ganas, después de tanto tiempo. Hace ilusión, ya lo creo», comentaban Victoria y sus amigas a mediodía, mientras hacían cola para subir al autobús que, desde San Juan, trasladó a los comensales a Ficoba. El grupo había acudido en otras ocasiones a la comida y corroboraban que «suele haber muy buen ambiente y lo pasamos fenomenal».

En cambio, para Flora y su cuadrilla era la primera vez que acudían y lo hacían con ganas: «el tiempo no es el mejor, pero allá vamos», decían. «Así pasamos el rato y salimos de casa. Son fiestas, y aunque seamos mayores, queremos pasarlo bien. Sobre todo después de estos años, que madre mía... Ahora, que disfrute todo el mundo, sobre todo los jóvenes», deseaba. Esta irunesa tenía claro que lo más importante de la jornada era «estar a gusto y con amigos».

No obstante, los 700 comensales también disfrutaron del menú compuesto por dos entrantes, sopa de pescado, carrilleras y tarta de San Marcos. «Estaba todo muy bueno», resumía Marcos en la sobremesa. «Maravillosamente bien», remataba Maite. «Lo que más me ha gustado ha sido el foie, la carne y la tarta». Después del ágape, tocaba bailar al ritmo que marcaba la orquesta Tsunami. «Es la primera vez que vengo y me lo estoy pasando muy bien con las amigas», añadía Maite desde la pista de baile. Allí estaba también Antonio, disfrutando a sus 91 años: «la comida ha estado muy bien, no pido más... ¡Que a caballo regalado no hay que mirarle el diente! Y ahora, vamos a bailar», decía con alegría este irunés.

Sin duda, las ganas de pasarlo bien fueron las grandes protagonistas de la jornada porque, como resumía Matilde, «tenemos mucha marcha, aunque tomemos Sintrom». Justo tras terminar la comida, destacaba «el buen ambiente que hay» y que «ahora viene lo mejor, el baile. Estamos muy contentos de que se haya vuelto a organizar esta comida, de estar todos juntos y poder disfrutar como antes. Está muy bien que se acuerden también de los mayores y no sólo de la juventud, que no queremos estar en un rincón en casa... ¡Queremos disfrutar!». Y así lo hicieron, los 700 invitados, de esa gran fiesta que, sin duda, tenían más que merecida.