Irun ya tiene su hoja de ruta para reducir las emisiones un 61,8% en 2030

El plan define multitud de acciones para hacer frente a la emergencia climática, básicamente para reducir las emisiones de CO2, aunque aporta también medidas para la adaptación a los efectos del cambio climático. El objetivo en cuanto a reducción de gases de efecto invernadero se sitúa en el 55% para 2030 y las medidas que recoge el plan estiman que con el cumplimiento íntegro de todas ellas se reduciría, para ese periodo, un 61,8%. Más allá de la ambición de mejorar todo lo posible, sobre todo porque en el horizonte de 2050 hay que alcanzar la neutralidad climática (es decir, que las emisiones que se generen, porque se seguirán generando, sean igual o menores que los recursos que existen en el municipio para compensar esas emisiones), es fundamental trabajar con un margen porque no siempre todas las medidas se pueden llevar a sus últimas consecuencias o no al menos en el plazo estimado.

El delegado de Desarrollo Sostenible, Borja Olazabal, valoraba que la línea de acción que propone este plan «va en la línea de lo que este Ayuntamiento viene haciendo desde hace más de diez y de lo que ya veníamos planteando para los próximos». Olazabal señaló que el Pacto de Alcaldes por la Energía y la Sostenibilidad, el PAES que precedió al PACES ya sirvió «para que en 2019 el municipio de Irun redujera sus emisiones un 22%, mejorando el objetivo del 20% en 2020». Además, los datos, actualizados a 2021 por los técnicos del área, reflejan ya un 25%. «Vamos por buen camino y, además, el nuevo plan es más ambicioso que el anterior. Tiene que serlo porque los objetivos que nos exige Europa son más ambiciosos también», ha subrayado el delegado.

«El trabajo para reducir las emisiones un 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050 va a ser duro. El Ayuntamiento tiene que realizar muchas de las acciones previstas y tiene que impulsar un cambio, una concienciación ciudadana porque lo que está claro es que atacar esta emergencia climática es algo que tenemos que hacer entre todos y todas».

El Plan de Acción tendrá que recibir validación en el Pleno después de tener el visto bueno del Ente Vasco de la Energía y de la sociedad de gestión ambiental del Gobierno Vasco, Ihobe. Entonces será remitido a la Oficina del PACES.