Mojados y aturdidos acabaron los romanos

Empezó la función y enseguida el párroco entonó el 'Gloria in Excelsis Deo' (Gloria a Dios en las alturas), con lo que los diecisiete romanos que formaban la escuadra cayeron desplomados. Al poco, el capitán se levantó, fue tocando a sus soldados con su bastón de mando pero vio que seguían inmóviles. No podían creer que el mismo al que habían llevado a la cruz había resucitado.

Tras unos instantes, los diecisiete romanos se levantaron, salieron de la iglesia y, junto con los cuatro músicos que les acompañaban, realizaron un recorrido por las calles del casco histórico, primero, y en La Marina, después, con las lanzas boca abajo. En la iglesia siguió la función y se produjo la Ttopara, el encuentro de Jesús con María.