«Llevábamos tres años esperando, había muchas ganas de celebrarlo»

Comenzó a desfilar en Olearso siendo un niño, después en Tamborrada, formó parte de la Escuadra de Hacheros 16 años y en 2015 la junta de mandos le manifestó su interés en que fuera candidato a burgomaestre. Aquella proposición le pilló algo por sorpresa pero no tardó en aceptar. En octubre de ese mismo año fue elegido por unanimidad por todos los capitanes y jefes de unidad y desde entonces ha desempeñado el cargo.

Meses después de ese nombramiento, Iñaki Sagarzazu vivió en 2016 su primer Alarde en el puesto, uno que no olvidará nunca por esa circunstancia y por los chaparrones que cayeron ese día. «La lluvia no va a poder con nosotros», declaró a este periódico aquella jornada.

Seguro que pensó que después de aquello no le podría pasar nada peor en un desfile, pero llegó la pandemia y no pudo disfrutar del cargo en 2020 y 2021. Tras dos años de parón en los que como el resto de hondarribiarras no ha podido celebrar las fiestas, este jueves volvió a gozar como si fuese la primera vez.

Igual que en aquel 2016 del debut, el 8 de septiembre de ayer también tuvo una connotación diferente para Iñaki Sagarzazu, aunque esta vez los motivos han sido otros. A mediados del pasado mes de agosto comunicó que este sería su último año como burgomaestre, el de la despedida.

Este jueves, justo después de cumplir el voto en el santuario de Guadalupe, manifestaba «que está siendo un día muy especial. Teníamos muchísimas ganas de celebrarlo porque llevamos tres años esperando este momento. Esa pequeña ansiedad se ha notado en alguna descarga», indicaba con una media sonrisa.

A esas alturas del día, a la salida del templo, el burgomaestre explicaba que «el cumplimiento del voto ha ido perfectamente bien. Esta es la base del Alarde, el agradecimiento a la Virgen de Guadalupe». Algo emocionado, Sagarzazu apuntaba que «la jornada está transcurriendo con absoluta normalidad y no tengo más que agradecimientos para todo el mundo».

Por ser su último año como burgomaestre, reconocía que «estoy viviendo muy intensamente el día. Sé que este año me despido, por eso estoy exprimiéndolo y disfrutando cada minuto». En 2023, Iñaki Sagarzazu volverá a desfilar de «hachero, en mi sitio».

El burgomaestre cerró su estancia en Guadalupe posando ante las cámaras en los exteriores de la ermita, acompañado por toda la junta de mandos y las veinte cantineras.

Intercambió impresiones sobre la jornada amablemente con todo aquel que se le acercó a conversar y se fue a comer tras participar en el desfile de Guadalupe. Llegaba el momento de «disfrutar con la familia y descansar un poco», que a esas alturas del día todavía quedaba «toda la tarde y mucha fiesta por delante».

El Alarde de este jueves también fue muy especial para Tamborrada que, igual que Gora Gazteak, celebraba el centenario de su fundación.

En ese contexto, el tambor mayor Jon Ugarte optó por el morrión en lugar de la boina. Explicaba en Arma Plaza que «hace un tiempo pensé en la idea de hacer un morrión y qué mejor ocasión que ésta para llevarlo, en el centenario y como homenaje a aquellos tambores mayores que lo llevaban hace muchos años».

Todavía quedarán celebraciones del centenario, como la publicación de un libro y la proyección de un vídeo, pero este jueves se cerró un círculo. Ugarte recordó que «en 2019 sacamos una fotografía de toda la compañía en Gernikako Arbola y la íbamos a repetir en 2020. Hemos tenido que esperar dos años y, con el mismo formato, hemos sacado la misma foto con ligeros cambios, porque algunos ya no están y hay integrantes nuevos».

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