Vacunación sobre ruedas en Baztan

Si el usuario no puede llegar a la vacuna, los servicios de salud deben hacer todo lo posible para que las dosis lleguen hasta ellos. Sobre esa premisa, Navarra ha desplegado un hospital móvil que va a recorrer las diferentes localidades con el objetivo de apoyar la vacunación contra el Covid-19 en las zonas rurales de la Comunidad foral. La primera cita ha sido esta mañana en Baztan.

Desde las 9.30 horas y durante toda la mañana estaba previsto vacunar «a 171 personas, de las que 15 son grandes dependientes y el resto, trabajadores sociales a domicilio», de ayuntamientos y Mancomunidades de Servicios Sociales de toda la comarca de Baztan-Bidasoa, ha señalado Pili Sola, jefa de sección del Servicio de Urgencias Estrahospitalarias.

La unidad móvil ha quedado instalada en la plaza de Oronoz-Mugairi, en el Valle de Baztan y ha registrado un goteo constante de personas que han recibido la llamada para ser vacunadas. «Estoy un poco perdida, desde Salud me dijeron que viniera al frontón, pero ya he visto que al final es aquí», contaba Maria Jesús Barrenetxe Lertxundi, de 59 años y vecina de Arraioz. Esta trabajadora en asistencia domiciliaria del ayuntamiento de Baztan, se mostraba «animada para ponérmela, aunque también, con un poco de miedo, la verdad».

Tras entrar y dar sus datos al control de enfermería, le ponían la vacuna. «No duele nada, la verdad es que esperaba notar escozor, como pasa con algunas otras, pero nada de nada. Y me siento bien. Ahora tengo que volver el 9 de febrero. A ver si esto es el principio del fin de esta enfermedad». Junto a ella, Nati Baleztena Santamaria, de 62 años y vecina de Zubieta, también trabajadora en atención a personas mayores a domicilio, a través de la Mancomunidad de Servicios Sociales de Malerreka, estaba expectante. «Bueno, creo que nos la tenemos que poner pensando, sobre todo, en nuestro trabajo».

Entre las trabajadoras con dependientes de la Mancomunidad de Servicios Sociales de Bortziriak, esperaban a ponerse la vacuna Karmen Ibarra, de 49 años y vecina de Bera, Miriam Errandonea, de 46 años, de Arantza y Ana Indaburu, de 50 años y vecina de Etxalar. Coincidían en que «hay que dar el paso y ser reponsables. Notamos miedo cuando llegamos a las casas, atendemos a unas 6 personas cada día y lo ves en sus caras. Intentamos tomar todas las medidas que están en nuestras manos, pero es una situación difícil. Ellos son los que están en casa y llegamos nosotras de fuera. Así que por trabajo y por responsabilidad, cuanto antes nos la pongamos, mejor».

En torno a las diez comenzaban a llegar grandes dependientes. personas con movilidad reducida, en muchos casos en sillas de ruedas, a los que Diego Reyero, jefe de Sección de Emergencias y transporte de Atención Primaria, indicaba que tenían una rampa en la parte de atrás de la unidad para acceder mejor. «Vemos bien que nos hayan dado esta opción. Es distinto venir hasta aquí desde Doneztebe que tener que ir a Pamplona y estar toda la mañana». En total han sido 15 grandes dependientes los vacunados, a los que se les daba la opción de esperar 15 minutos después de la inoculación de la dosis para comprobar que no había ningún tipo de reacción adversa. Algunos llegaban en sus vehículos particulares, pero también, en taxis y en ambulancias.

«Se trata de facilitar a la ciudadanía que se puedan poner las vacunas de una manera más cómoda. Y además, evitar saturar los centros de salud, para que puedan seguir funcionando con la mayor normalidad posible», explicaba Reyero. «El hospital móvil facilita la vacunación frente a la Covid-19 en condiciones óptimas, ofrece espacios diferenciados, concediendo mayor comodidad y flexibilidad en la vacunación».

«El ritmo de la vacunación lo va a marcar la llegada de las vacunas. Se habla del personal, de la intendencia… y está todo planteado adecuadamente. Pero lo que nos marca el ritmo de vacunación, es la llegada de las vacunas», explicaba Reyero.

La unidad móvil dispuesta para acometer esta vacunación en zonas rurales de Navarra es única en Europa por su rápido despliegue, ya que necesita entre 20 y 45 minutos para estar operativa. Como dependencia asistencial de apoyo a un hospital está preparada para atender a un total de 18 pacientes.

La instalación, cedida por el Centro Hospitalario Universitario de Toulouse (Francia) en el marco de la red de cooperación Egalurg, está ideada para poder ingresar en cabinas de Unidad de Cuidados Intensivos, 8 en urgencia absoluta y 10 en urgencia relativa, en cinco células totalmente equipadas. Ocupa un área máxima de 66 m² y tiene una largura de 12 metros.