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Reconstrucción piedra a piedra
El puente que une Deba y Mutriku, que colapsó parcialmente en 2018, se está restaurando en una obra de ingeniería civil que recupera métodos constructivos ya perdidos
El 5 de julio de 2018, apenas unos minutos después de las 5.00 de la mañana, el emblemático puente de piedra que desde hace ... 153 años conecta las localidades de Deba y Mutriku se hundía parcialmente al ceder repentinamente la pila número dos. Afortunadamente, no hubo que lamentar ningún daño personal, pero la pasarela quedó derrumbada del orden de un metro en su parte central e inclinada entre ocho y diez grados aguas abajo. El causante del desplome no fue el proceso de pudrición de los pilotes que van dentro de la pila, sino el 'festín' que se dio un pequeño bicho llamado 'teredo navalis' (conocido como broma o gusano de barco) que se comió la suficiente sección de los troncos hasta que el puente colapsó.
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La construcción, diseñada por el arquitecto donostiarra Antonio Cortázar, es un bien cultural calificado por la Diputación de Gipuzkoa al formar parte del Camino de Santiago a su paso por Euskadi. Es por ello que la importancia y originalidad de este proyecto lo han convertido en un hito de la ingeniería civil y su vinculación con el patrimonio edificado, ya que redescubre el saber hacer de los antepasados y recupera tecnologías y métodos constructivos ya perdidos. Tras una primera actuación de emergencia para que el puente no se viniera totalmente abajo y que duró hasta principios de abril de 2019, en abril de este año comenzó la última y definitiva fase de reconstrucción con el objetivo de devolver el paso a su estado anterior.
Cronología
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5 de julio de 2018 El puente se hunde parcialmente al colapsar una de las pilas centrales.
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Intervención de emergencia De septiembre de 2018 a marzo de 2019 se ejecutaron las obras necesarias para que el paso no se derrumbara totalmente.
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Reconstrucción Desde abril de este año se está desmontando piedra a piedra para sustituir las piezas dañadas. Estará terminado en febrero de 2022.
«Probablemente, tirarlo y construir uno nueve hubiese sido más rápido. O incluso haber sustituido solamente el tramo central, y se valoró esa posibilidad. Pero lo descartamos porque descontextualizaría el puente. Ya no respondería a la declaración de bien cultural y sentaría un precedente muy malo», recalca Javier León, ingeniero de caminos de la empresa Fhecor, responsable de la obra. «Si hiciéramos eso de tirar, todas las obras que se tiraron durante la Guerra Civil o en Europa durante la II Guerra Mundial se habrían perdido. Si en Notre Dame de París, ahora que se ha quemado, hacemos un auditorio, tendremos un auditorio, pero habremos perdido un bien cultural», añade.
«Tirar y construir un nuevo puente, incluso reemplazar la zona central, hubiese sido más rápido, pero sentaría un precedente muy malo»
Javier León
Director de obra
Por ello, la obra de ingeniería civil, «casi de arqueología», según León, se está llevando a cabo a través de una técnica llamada anastilosis, que consiste en el proceso de desmontaje ordenado de una obra monumental. Es decir, el puente se está desmontando piedra a piedra para volver a construirlo piedra a piedra, sustituyendo aquellas piezas rotas o que se han perdido por unas nuevas salidas de la cantera de Lastur idénticas a la original.
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Montaje en blanco
Así, durante los últimos meses se ha procedido a consolidar la pila dos, la que se hundió parcialmente, con unos 20 pilotes metálicos que se clavan en el fondo del río a una profundidad de 31 metros. Mientras tanto, en los últimos días se están desmontado los tímpanos (paredes verticales laterales) y el relleno, cada piedra identificada con una numeración propia para volver después a su posición inicial, dejando desnudas las bóvedas. En las próximas jornadas, a un lado de la orilla, se llevará a cabo el denominado montaje en blanco, una especie de prueba en un modelo a escala uno uno de lo que se va a reconstruir, para ver qué pegas tiene el ajuste geométrico de las piezas antes de llevarlo al puente.
«La labor de los equipos restauradores es que no se note que pasaron por allí», explica Javier León. «No va a ser ni más bonito ni más feo, reproduce lo que hay. La directriz es reconstruir tal y como era, como si no hubiese pasado nada. Para nosotros el mejor elogio será que los paseantes digan: 'anda, si aquí no ha pasado nada'». Con esta construcción aseguran que quieren desterrar el mito de que la piedra es algo antiguo porque «esto es el futuro, es un material moderno. Es más sostenible, la inversión inicial es mayor, pero te olvidas luego del mantenimiento. Si están bien cimentados y bien construidos, los puentes de piedra son prácticamente indestructibles, con una huella de CO2 mínima en comparación con tro material». El paso estará terminado en febrero.
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Una exposición muestra los secretos más ocultos del puente
Una exposición, situada en una caseta en una de las orillas del puente que une Deba y Mutriku, muestra los entresijos del paso que se hundió parcialmente la madrugada del 5 de julio de 2018. La muestra propone un recorrido que abarca desde la figura de su proyectista (José Antonio Cortázar), su historia, las fases de emergencia, las fases de la reconstrucción actual, las características constructivas de los puentes de piedra y los puentes de piedra catalogados de Gipuzkoa. La guinda la pone una maqueta a escala con piedra de la cantera de Lastur. Permanecerá abierta hasta que finalicen las obras, en febrero de 2022.
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