Urretxu
Urretxu volvió a disfrutar de una gran fiesta en Santa BárbaraLa ermita del siglo XVI. Estuvo rodeada de una bonita romería ayer, día de San Juan, mezcla de devoción, tradición, bailes y deporte en plena naturaleza
El día grande de San Juan reunió ayer a numerosos urretxuarras en una jornada que volvió a mezclar devoción, tradición, bailes y deporte en plena naturaleza. Tras la gran romería en torno a la hoguera del lunes en la plaza Gernikako Arbola, la fiesta subió ayer a Santa Bárbara. Los representantes municipales, acompañados por los txistularis de Lizarriturri y las dantzaris de Lurra, emprendieron el camino hacia la ermita desde el Ayuntamiento a las diez de la mañana. Una vez allí, la llamada de la txalaparta del colectivo Zuhaitzaren Soinua anunció el comienzo de las celebraciones y el párroco Iban Munilla procedió a oficiar la tradicional misa en el interior de la ermita, nuevamente, embellecida por la bendición de flores y los bailes de Lurra, que continuó interpretando numerosas piezas en el exterior.
El popular campeonato de toca de este día, la subida a Irimo, el kross txikia, un desafío de herri kirolak ambientado por la bertso eskola, la comida popular, sagrada en el calendario de un buen número de familias y cuadrillas urretxuarras, la romería de Gauargi y el popular campeonato de irrintzis condujeron después la fiesta en las inmediaciones de la ermita hasta la bajada de las 20.30 horas.
Una ermita del siglo XVI
En varios artículos publicados en la revista municipal 'Kaixo' durante los años 1987 y 1989, el investigador histórico Koldo Argandoña narra con gran detalle desde cuándo y porqué se celebra la fiesta de San Juan en Santa Bárbara. «Su ermita existe desde antiguo. Está datada en el primer tercio del siglo XVI. Fue de patronato municipal, con mayordomo que se encargaba de administrar las cuentas de la ermita, así como de reponer tanto el material religioso, como de pequeños arreglos», rememora.
«Es de suponer que con el paso del tiempo, la ermita haya conocido muchas vicisitudes en cuanto a su conservación, debido, principalmente, a los agentes atmosféricos: lluvias, vientos, nieves... Parece ser que se iban arreglando a trancas y barrancas, pero llegó una época en la que debió de caer en gran abandono, casi en ruina total, hacia 1890, hasta el punto de llegar a cerrarse al culto», señala.
«En 1893, se decidió definitivamente remodelarla. El tema debió de calar hondo en la sensibilidad popular, que reaccionó a tiempo. Unidos, pueblo y Ayuntamiento, sacaron las obras adelante, mereciendo una mención especial el impulso dado por los propios vecinos de Santa Bárbara, al albor de ello, se puso en el lugar una escuela para que los niños no tuvieran que bajar hasta el pueblo para estudiar», explica. «El presupuesto de la obra de la ermita ascendió a 1.952 pesetas y 82 céntimos. En el momento de la subasta y tras varias pujas entre Genaro Berriochoa y Francisco Alcorta, quedó el remate en favor de este último con una rebaja del 22%», relata.
Cita también, que el día de su inauguración, el 24 de junio de 1893, hubo una reunión en la escuela adosada a la ermita, donde uno de los puntos acordados fue textualmente el siguiente: 'Haber señalado aquel día de San Juan Bautista para tal acto a objeto de dedicar el altar lateral izquierdo, según se mira desde la entrada al presbiterio, al excelso santo mencionado, a la vez que fijar la fecha de 24 de junio para una fiesta cívico-religiosa-vulgo romería con carácter anual'.
Hacia 1890 la ermita cayó en el abandono, llegando al punto de cerrarse al culto, hasta que en 1893 se impulsó su remodelación
Los artículos publicados en 'Kaixo' por Koldo Argandoña también recogen diversa información sobre el modo en el que ha ido celebrándose la fiesta a través de las noticias escritas en cada época. «Las primeras se sitúan en torno a 1930. Sabemos que la viuda de Echeverría era quien, casi con toda seguridad, servía la comida oficial de Santa Bárbara al Ayuntamiento y a la gente oficialmente invitada», se menciona en ellos.
«En 1935, una serie de vecinos del 'barrio del dólar' solicitaron la banda de música para que amenizara el barrio tras la hoguera del 23 de junio, la gaupasa sería de diez a doce de la noche y la instancia iba firmada por Ignacio Ruiz, José Mª Telleria, Isidro Aranguren y Jose Mari Bonnet», cuenta como anécdota, en este caso, no ya de la romería de Santa Bárbara, sino de las celebraciones de San Juan en Urretxu en general.
Recuerda que, con la llegada de la guerra civil desapareció todo vestigio de información hasta 1938. «Es muy probable que la romería de Santa Bárbara se suspendiera en 1937, pero sí se celebrara en 1936, 1938 y 1939. En 1938 por ejemplo, el Ayuntamiento de Urretxu pidió al de Zumarraga permiso para que su tamborilero tocara en la campa acompañando a Isidro Jauregi», apunta como curiosidad.
«En 1940, el Club Goyerri Sport solicitó celebrar la IV Prueba Pedestre Santa Bárbara. De sus anteriores ediciones no nos ha quedado papel ninguno. La prueba fue el 23 de junio. El Ayuntamiento colaboró dando 100 pesetas como subvención y la Diputación donó la copa para el ganador», rescata entre otros muchos detalles de la historia de la romería que llega hasta nuestros días.
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