«Aquí hay un oasis donde encontrar reparo integral de cuerpo y mente»

Muchas cosas han cambiado en nuestra sociedad desde el confinamiento. Una de ellas, para muchas personas, es la percepción de que el cuerpo físico requiere de una buena praxis. Pero otra, y esta sí que es novedosa, de que la mente también necesita de cuidados y orientación para lograr serenidad y equilibrio.

En esas se encuentra Enrique Zaldua, natural de Eitza, pero curtido en una larga vida llena de experiencias que le han llevado por el mundo de la abogacía, a trabajar en Naciones Unidas, a ejercer como periodista (estuvo cubriendo los Juegos Olímpicos de Seúl), ha ido a actos y trabajado en las artes creativas. Con todo ello y más ha forjado su yo actual.

Afirma haber estado en el infierno y haber vuelto de allí, haber cruzado varios desiertos al igual que frondosos valles... todo ello le ha ido esculpiendo por dentro y por fuera y ahora es extrato vital, considerando el momento actual como equilibrado y sano tanto física como espiritualmente.

Por circunstancias personales, la vida le ha vuelto a traer a casa, condicionado por la pandemia, la situación familiar, es una etapa más, la actual y esta dispuesto a sacarle todo el jugo posible.

Hace siete años, una severa lesión en sus rodillas le iba a suponer un punto de inflexión en su forma de pensar: «no podía andar debido al lamentable estado de mis rodillas y mis lumbares y penaba que a mis 50 años tendría que volver a aprender a caminar o dejar de hacerlo. Por azar conocí en Nueva York, donde residía, una persona que practicaba el método Alexander y me puse en sus manos, consiguiendo mitigar no solo el dolor, sino que he llegado a correr medias maratones. Al ver los resultados decidí aprender más y me formé primero en una escuela de Estados Unidos y luego en Irlanda donde acabé mi formación».

Enrique Zaldua decidió a su regreso habilitar un espacio comunitario en Urola Garaia, para que las personas tengan un lugar, un recurso al que acudir, donde conversar relajadamente, un espacio sereno y acogedor donde liberar tensiones... «De hecho –afirma Zaldua–, este verano queremos ser un oasis para quienes se encuentren en medio de un desierto sin aparente salida a su estado físico o emocional. Queremos que sepan que somos agua en ese desierto, descanso y ayuda para rehacerse y continuar el camino. Eso es Sabiam y nuestra técnica Alexander».

Zaldua es consciente de la dificultad que entraña que la técnica Alexander no sea conocida en esta sociedad cuando en el mundo anglosajón y en concreto en Estados Unidos es muy empleada: «es un método absolutamente revolucionario, lo último en salud. Lo aplican a todos los clientes: adolescentes, presidiarias, autistas, Parkinson, áreas de movilidad, equilibrio y estabilidad... Es tremendamente útil y práctico para ayudar a aliviar el dolor de cualquier persona. En el mundo de las artes escénicas, las grandes escuelas de arte cuentan con especialistas que lo enseñan, también en las universidades».

Hay un premio Nobel de Medicina, Nikolas Tinbergen (1973) que en su discurso de presentación afirmó que la técnica Alexander es un método de rehabilitación superior a todos los existentes.

Preguntamos a Zaldua cómo pueden beneficiarse de esta técnica las personas de la comarca: «solo si la persona se muestra preparada para escuchar, para atender y mejorar, seremos efectivos y los cambios serán impresionantes. Igual les extraña esta frase, pero la diferencia entre el loco y el que lo está, es que el que no está loco sabe que está loco».

Zaldua reconoce que aunque es para todos y todas a cualquier nivel, «quien más directamente se beneficia es el que padezca dolores recurrentes, crónicos, depresiones, episodios de ansiedad, de inconformismo... aquí pueden aprender a usar herramientas para controlar situaciones de trabajo, familia, convivencia...».

Zaldúa asevera que con este método «vivir sin dolor es posible, vivir sin pastillas para evitarlo, no tener que operarse, no tener que mantener tratamientos permanentes y caros...».

Según las encuestas, la mayoría de las personas en nuestra sociedad sufre de algún dolor o tensión muscular, principalmente espalda o cuello. Los hábitos sedentarios, la ansiedad e incertidumbre ante la pandemia y las malas posturas, así como el estrés, son algunos de los factores desencadenantes de lesiones y dolores.

Así pues, sepan que en calle Ipeñarrieta 5 de Urretxu, este verano existe un oasis en el que refugiarse que se llama Sabiam donde pueden encontrar alivio de la mano de Enrique Zaldúa de 11.00 a 13.00 y de 17.00 a 19.30 horas (620 037 033).

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