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La ferrería. Cerrada desde el 1 julio, espera reabrir sus puertas en breve.

Legazpi

Limpieza de aguas en la ferrería de Mirandaola

Cerrada por obras. El canal que hace llegar el agua del río Urola para su funcionamiento está siendo objeto de un profundo saneamiento; la gran cantidad de lodo retirada llama la atención de los paseantes

Cristina Limia

Legazpi

Martes, 15 de julio 2025, 20:45

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El agua forma parte, junto al fuego y al hierro, del trinomio mágico que marca los latidos de la ferrería de Mirandaola. Su ancestral sistema hidráulico se abastece del río Urola para poner en marcha el pesado martillo pilón bajo el que los ferrones ponen a bailar las ardientes piezas de hierro. Así viene siendo desde sus orígenes, en el siglo XVI, hasta su actual etapa al albor de la restauración llevada a cabo en 1952 con el mecenazgo de Patricio Echeverría.

Pero los años no pasan en balde en la histórica ferrería y los trabajos de mantenimiento de la instalación son importantes y muy laboriosos, ya que hay pocos gremios que trabajen con unas máquinas tan antiguas.

Los fuelles, la rueda, el propio martillo... son puestos a punto periódicamente y esta vez le ha llegado el turno al canal de 600 metros que conduce el agua desde el río Urola hasta el estanque de la ferrería, motivo por el cual, permanece cerrada durante este mes de julio hasta nuevo aviso. Se habían acumulado en el conducto importantes volúmenes de lodo y ramas, que impedían que el agua fluyera en las condiciones óptimas para el funcionamiento de la ferrería. «Aunque a primera vista, el estanque de Mirandaola estuviera hasta arriba, una vez puesta en marcha, la ferrería necesita grandes cantidades de agua para funcionar y si el canal no está lleno y ágil no suministra lo suficientemente rápido al estanque e, igualmente, se pierde agua por el camino», explican desde la fundación Lenbur. Cuentan cómo, antes de proceder al cierre temporal de la compuerta existente entre el río Urola y dicho canal para el vaciado y ejecución de la pertinente limpieza del mismo, los guardas forestales de la Diputación recogieron los peces que habitaban el conducto para realojarlos en el río.

«Lodo que parece brea»

Las labores de limpieza del canal dieron comienzo el día 1 y están siendo llevadas a cabo por Lurkide Hondalanak S.L. La acometida está siendo importante. Entre la maquinaria empleada se está haciendo uso de una retroexcabadora (de dimensiones acordes para poder entrar al canal) y de un camión para la recogida de las ingentes cantidades de lodo, que se van depositando en las inmediaciones de la ferrería antes de ser retiradas totalmente del lugar.

El sedimento acumulado está llamando la atención de paseantes y curiosos durante estos días. «Es muy espeso y tiene un color marrón grisáceo... de modo que parece brea, de hecho, alguna que otra persona se ha acercado a preguntarnos, preocupada, qué estábamos haciendo. Pueden estar tranquilas, la ermita y la ferrería siguen intactas», explican.

Aprovechando el vaciado de agua se está comprobando el estado de las instalaciones que habitualmente se encuentran bajo la misma y no se pueden revisar de otro modo. «Estamos examinando los chimbos y las paredes y conductos internos para cerciorarnos de que no hay ninguna filtración o fuga de agua que, a la larga, pueda crear afecciones», señalan.

El objetivo es finalizar los trabajos para finales de julio. No obstante, hay una entrada de agua al canal que no se puede controlar y es la procedente del propio monte y las lluvias de los últimos días, hecho que obliga a detenerse a retirar el agua que va llegando para continuar después nuevamente con los trabajos.

Desde Lenbur aprovechan para dar las gracias a los caseríos del entorno de la ferrería por las facilidades brindadas para poder llevar a cabo estas labores.

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