La Cruz de Mirandaola regresa al lugar donde apareció en 1580
La puerta de la ferrería se ha abierto este domingo para recibir a los legazpiarras y a la reliquia en el último día de las fiestas patronales
Como preciada reliquia local, la Cruz de Mirandaola ha regresado este domingo al lugar donde apareció en 1580. Lo hacía rodeada de ezpata dantzaris, txistularis ... y legazpiarras, en el último día de las fiestas patronales. Daban las once de la mañana cuando el ferrón mayor de Mirandaola, encarnado en esta ocasión por Alberto Andrés, abría las puertas de la ferrería a la Cruz y al pueblo de Legazpi para dar paso a la jornada más importante del año para los ferrones, en la que recuerdan y celebran uno de los episodios más misteriosos habidos en la localidad.
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Porque cuenta la historia que los ferrones de Mirandaola trabajaron el 3 de mayo de 1580, día de Santa Cruz, desoyendo el tercer mandamiento de la religión cristiana que ordena guardar descanso en jornadas festivas. En plena tarea, introdujeron 14 cargas de carbón vegetal al horno, junto al mineral suficiente como para extraer una pieza de 55 kilos de hierro. Pero en vez de ello, encontraron un bloque de 5 kilos, con forma de cruz, que durante todo el año se conserva en la parroquia de Legazpi y que solamente el día de Mirandaola procesiona hasta la ferrería. Aquel suceso, que despertó gran incertidumbre y desasosiego entre los ferrones de la época, fue declarado 'hecho milagroso' por el Obispo de Pamplona en 1633, durante una visita que realizó a la localidad vecina de Urretxu.
Este domingo el misterio se tornaba en fiesta para los ferrones, orgullosos de recibir a la Cruz y a sus convecinos para mostrarles una vez más, el bello legado de Mirandaola: el fuego, el agua, el hierro y el ser humano reproduciendo un oficio que ha marcado significativamente el devenir de Legazpi. «Este día es muy especial para nosotros, sentimos mucho cariño y cercanía de la gente», declaraba Alberto Andrés. A su lado, otros seis ferrones, Joseba Bikuña, David Pintado, Aitor Larrea, Ricardo Mediavilla, Antonio y Arkaitz Tabuyo (tío y sobrino), ejercieron de magníficos anfitriones. Antes de que se pusieran a trabajar, el párroco del municipio Fernando Altolaguirre ofició la misa mayor a los pies de la ermita con la participación de Santikutz Abesbatza, y tras ella los dantzaris de los grupos Sustraiak y Korosti les brindaron a los ferrones una Ezpata Dantza.
Dantzari txikis, bertsolaris, músicos, una comida popular, juegos conducidos por la fundación Lenbur, las actuaciones de la charanga Trapalata y los hermanos Elustondo y el regreso al pueblo con la charanga Trapalata y los gigantes de Legazpi han completado el día de Mirandaola.
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