Vista del ascensor público de acceso a la basílica, que permanece fuera de uso desde las inundaciones de mayo. OLIDEN

Oñati

Arantzazu espera su nuevo ascensor

La novena de la Virgen comienza este domingo con el ascensor fuera de uso y una demora aún de meses para fabricar e instalar el nuevo elevador

Kepa Oliden

Oñati

Viernes, 29 de agosto 2025, 20:45

La novena de la Virgen de Arantzazu arrancará este domingo sin que se vislumbre fecha para la restitución del averiado ascensor público del Santuario. Esta ... situación, que se prolonga desde mayo, se hará aún más patente con ocasión de la festividad de la Patrona de Gipuzkoa, que se conmemora el martes 9.

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Desde este lunes y hasta la víspera dicha festividad la basílica acogerá una misa diaria a las 12.00 horas, y los fieles que quieran o necesiten utilizar el elevador para acceder al Santuario se toparán con el cartel fechado el 30 de junio que reza: «El ascensor ha quedado inservible por los daños causados por las inundaciones del 4 de mayo en la Basílica de Arantzazu seguimos a la espera de la respuesta del Consorcio de Compensación de Seguros, y el plazo previsto por Orona para la fabricación del nuevo ascensor es de un año».

El padre provincial de los franciscanos y anterior Guardián de Arantzazu, Joxe Mari Arregi, explicaba que «no es un problema de dinero sino de calendario» por parte del fabricante de ascensores Orona.

Los más de 50.553 euros que costará el nuevo ascensor se costearán con las indemnizaciones provenientes del Consorcio de Seguros, «y si es necesario se recurrirá a solicitar ayuda económica vía donativos, y, si no, la Virgen intercederá» señalaba el religioso.

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El actual elevador, inaugurado en 1985, quedó inservible a consecuencia de las inundaciones de mayo, que anegaron incluso la propia basílica, «algo que nunca había ocurrido» señalaba Arregi. «Hemos restaurado la tarima del templo provisionalmente, pero no hay reparación posible para el ascensor debido a la falta de recambios disponibles» apuntaba Arregi.

La solución pasa, por tanto, por fabricar un nuevo elevador, una tarea no exenta de complejidad técnica al tratarse de un proyecto a la medida, y cuya instalación y entrada en funcionamiento podría demorarse aún hasta mediados de 2026, a tenor del rótulo colocado en la puerta del ascensor averiado.

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Accesibilidad

Mientras tanto, el problema de accesibilidad al Santuario se convierte en un obstáculo insalvable para la gente mayor con problemas de movilidad. Como atestigua Esther, que vende quesos del caserío Gesaltza junto a la basílica, «quienes frecuentan la misa de 12.00 son en buena parte personas mayores, algunos apoyados en bastones o conducidos en silla de ruedas».

Aunque muchos son conocedores de que el ascensor se halla fuera de uso, siempre fieles que no tienen noticia de esta situación, y los «enfados» se repiten.

«Se producen enfados entre algunas personas mayores al verse imposibilitadas para asistir a misa» aseguraba Esther.

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Esta oñatiarra que vende los quesos artesanos que elaboran su hija y su yerno, procura interceder para ahorrar el mal rato a los mayores que ven obstaculizado su acceso al templo, y les remite a utilizar el ascensor privado de los frailes. Un elevador que «baja al coro de la Basílica, pero no a la nave del templo, y pueden seguir la misa tras la celosía que cierra el coro, con una visión muy limitada de la eucaristía, y no es lo mismo».

Esther explicaba que algunas personas mayores que se ven imposibilitadas de acceder a la misa de 12.00 en la basílica «optan por regresar a Oñati para asistir a misa en la parroquia de San Miguel, pero por lo general llegan muy justos de tiempo o con la misa ya empezada».

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26 peldaños

Otros mayores, decía la oñatiarra, se niegan a renunciar a asistir a la misa en la basílica. Y pese a sus limitaciones de movilidad, se deciden a aventurarse por la escalera de acceso al templo contigua al elevador averiado. «Son 26 peldaños no exentos de riesgo. Mi propia madre, por ejemplo, sufrió una caída precisamente al descender por ahí. Y el peligro se incrementa de forma notable los días de lluvia, cuando los usuarios que utilizan la escalera humedecen con el calzado los peldaños haciendo resbaladiza la piedra».

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