Roban en las cafeterías Hemen y en la del hospital y sierran siete olivos

Dos cafeterías fueron asaltadas y siete olivos fueron serrados en la calle Azoka, frente a la plaza Sebero Altube, en una acción vandálica tan gratuita como inexplicable.

Los siete jóvenes ejemplares de olivo crecían justamente en sendas jardineras situadas enfrente de la cafetería Hemen, una de las dos asaltadas junto con la del Hospital Alto Deba.

Aparentemente, no parece haber relación entre el robo en la cafetería-degustación Hemen y los arbolitos cercenados. Fueron las dos mujeres que regentan este establecimiento quienes al acudir a abrir el mismo a las 5.30 horas se percataron de que la persiana metálica estaba forzada y el cristal de la puerta de entrada resquebrajado y con un agujero por el que se colaron el o los ladrones. No es la primera vez que los cacos ponen a esta cafetería en su punto de mira. El pasado invierno sufrieron un intento de asalto fallido.

Como es habitual en este tipo de robos, los ladrones fueron directos a la caja registradora a apoderarse de las monedas para cambios que guardaba. Por ello resulta difícil establecer una conexión entre el asalto sufrido por esta cafetería y el aserrado durante la misma madrugada de los siete olivos situados justo enfrente, una tarea que exige tiempo y esfuerzo.

Como apuntaba un técnico que trabajaba en la reparación de la persiana y cristal de la puerta del Hemen, los arbolitos fueron serrados «con el empleo de una sierra nueva y que bien podría haber sido adquirida ex profeso para llevar a cabo esta acción». Este técnico refrendaba esta presunción mostrando el rastro de pintura azul dejado en uno de los troncos seccionados «y que solo puede proceder de una sierra nueva».

La gente que ayer por la mañana se arremolinaba en torno a la cafetería Hemen para interesarse por la circunstancias del robo, no podía evitar manifestar su más absoluta repulsa tanto por el asalto como por la vandálica acción que ha cercenado los siete jóvenes olivos.

Una acción que, en opinión de los circunstantes, no parece una gamberrada improvisada sino una acción perfectamente planificada y llevada a cabo con premeditación, alevosía y nocturnidad.