La avispa que amarga a los apicultores

Hasta el año pasado mantenía 20 colmenas en la huerta que posee en el paraje denominado Larragain del barrio de Udala.

A casi 500 metros de altura sus colmenas parecían mantenerse fuera del alcance de estas temibles depredadoras. Pero el año pasado su suerte se acabó. Al igual que antes les había ocurrido a otros apicultores que laboran en lugares situados más abajo, Beitia perdió 8 de sus 20 colmenas en una escabechina como nunca antes había sufrido.

Colmenas que en su momento álgido podrían contener «unas 100.000 abejas» resultaron masacradas por estas avispas que solo entre veinte ejemplares pueden matar a un ritmo de «un centenar de abejas al día, y también roban sus larvas». Beitia aseguraba que la escala de esta depredación supera ampliamente la tasa de reposición de las reinas de las colmenas.

Mikel Beitia es uno de los seis apicultores locales que participan en el campaña de trampas para capturar reinas de avispa asiática. En torno a su colmena ha dispuesto 4 trampas facilitadas por el ayuntamiento. Entre las suyas y las de los restantes apicultores de la zona, suman unas 20 trampas, a las que hay que sumar 44 más que ha desplegado el Ayuntamiento distribuidas por diferentes puntos del municipio.

Su cometido es acabar con el mayor número de avispas reina que empiezan a emerger de la hibernación, para evitar que funden nuevas colonias.

Las capturas, a juicio de Beita, son modestas. El año pasado cayeron 40 reinas en sus trampas. «Pero eso no es nada. Ahí afuera hay miles» recuerda. En cualquier caso, las 40 reinas que eliminó no evitaron la escabechina que acabó con 8 de sus 20 colmenas.

Beitia considera que «Asturias o Cantabria son mucho más activos en la lucha por la erradicación de la avispa asiática», pero añade que no es menos cierto que «allí hay muchos apicultores que se dedican profesionalmente a la producción de miel como actividad económica».

Los apicultores de Arrasate, por contra, «somos todos aficionados que nos dedicamos a esto por hobby». Pero el azote de la avispa asiática, sumada a los estragos que causa la plaga de Varroa, un parásito que acaba con las abejas, hacen cundir el desaliento. Mikel Beitia encara la nueva temporada con una docena de colmenas, y no oculta su temor a que pueda repetirse la escabechina que sufrió el año pasado a manos de la avispa asiática. «Si es así, que Dios nos pille confesados» avisa.

El técnico municipal Xabier Herrarte está en la primera línea del frente de batalla contra la avispa asiática. Explica que, como el año pasado, se emplearán dos tipos de trampas para capturar las reinas: una selectiva llamada 'Eva', que sólo capturaría avispas. La otra de tipo 'Avispaclac', en la que caen todo tipo de insectos, aunque es mucho más eficaz que la otra para capturar avispas. Este año, sin embargo, han efectuado una adaptación a esta última para tratar de hacerla más en selectiva.

El único objetivo es capturar la vespa velutina, «causando el menor daño posible al resto de los insectos». Por ello, la instalación de estas trampas «no puede condicionar la supervivencia del resto de especies. Si no podríamos perjudicar más que la propia avispa asiática», señala Herrarte.