Estreno con la magia de Oz

DV. Es, junto a Intxaur txiki, una de las dos comparsas que este año desfilará por primera vez por las calles donostiarras, pero no se trata de ninguna novata. Fundada hace un lustro en el distrito pasaitarra de Antxo, Ziripotz ya sabe lo que representa animar el Carnaval. Es de sobra conocida. Según explica Raquel Oliver, una de las monitoras, «hemos participado cada año en el Carnaval de Antxo y también en el de Trintxerpe, que se celebra una semana más tarde. Sin embargo, veíamos que muchos de nuestros chavales querían salir también en San Sebastián y se acababan apuntando a otras comparsas para poder hacerlo».

Dispuestos a cumplir el sueño de algunos de esos comparseros, se decidían a dar finalmente en 2009 el salto a la capital guipuzcoana. El paso se perfila como «ilusionante» para cuantos aguardan con impaciencia la llegada de la fiesta, pero también como un «reto». No en vano «ha supuesto mucho más esfuerzo para poder cumplir con las exigencias que se imponen» en la capital guipuzcoana. «Hay que cuidar el número de personas que salen por filas, su distribución, el tamaño de la carroza... En Pasaia solíamos sacar una plataforma que decorábamos nosotros mismos. Ahora se nos pide que tenga unas medidas específicas. Por suerte, hemos contado con la ayuda de gente del pueblo, porque con la subvención no hubiéramos tenido suficiente».

Los responsables de la comparsa han elegido para su estreno en la ciudad un tema inspirado en un musical cinematográfico, . Rindiendo homenaje a esta película, los integrantes de Ziripotz se vestirán como sus protagonistas: el hombre de hojalata, el león cobarde, el espantapájaros y Dorothy, la niña.

«Nos pareció que el tema podía ser bonito, a la vez que vistoso. Pretendíamos que fuesen unos disfraces más elaborados que los que hemos utilizado hasta ahora. Se basan en cada uno de esos personajes, pero tratan, al mismo tiempo, de que parezcamos muñecos. Por eso los trajes son rectos y llevan un aro al final y tenemos pensado maquillarnos con coloretes, como los que llevan las muñecas en sus mejillas».

Así desfilarán los 60 comparseros de 5 a 16 años, a los que se suman monitores y también padres. «Algunos se animaron a salir el primer año con sus hijos y ya no han dejado de hacerlo. El mayor tiene 53 años», indica Raquel Oliver. Su participación en el Carnaval donostiarra no les impedirá recorrer, como en ediciones anteriores, las calles de Pasaia. El sábado por la tarde saldremos por San Sebastián y el domingo por la mañana, por Antxo. No tenemos la obligación de volver esa tarde a Donosti porque, dada la edad de los niños más pequeños, hemos optado por quedarnos fuera de concurso. Sería demasiado para ellos. La semana siguiente volveremos a Trintxerpe, como siempre hemos hecho».