La depuradora de Loiola acabará de cubrirse este año para evitar los olores
Aguas del Añarbe financiará esta obra que costará 4,2 millones de euros. Se van a tapar decantadores y canales y se instalará una unidad de desodorización
A.VOZMEDIANO
Viernes, 13 de febrero 2009, 03:41
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DV. La depuradora de Loiola acabará de cubrirse este mismo año para evitar los olores que han denunciado repetidamente los vecinos y que los técnicos han constatado. Se cubrirán los decantadores y los canales del tratamiento biológico del agua, así como la instalación de una nueva unidad de desodorización. La instalación depura las aguas residuales antes de que sean vertidas al mar.
Aguas del Añarbe ha decidido acometer por su cuenta esta última fase para cubrir la depuradora, que tendrá un coste de 4,2 millones de euros y que saldrá del presupuesto extraordinario de la Mancomunidad al no poder acogerse al Plan Zapatero de ayuda a los municipios. Las obras tendrán un plazo de construcción de nueve meses.
Tampoco la Confederación Hidrográfica iba a hacerse cargo este año de las obras, pero en Aguas del Añarbe se consideran urgentes e imprescindibles para eliminar las molestias generadas entre unos vecinos que han protestado en numerosas ocasiones. La mancomunidad ha recibido también la autorización para el endeudamiento al que tendrá que acogerse para afrontar la inversión.
No es la primera vez que debe acometerse una obra para eliminar olores y ruidos de una infraestructura como la depuradora, que tuvo escasa contestación en sus inicios y que, sin embargo, se mostró más molesta para los vecinos de Loiola de lo pensado. En el año 2008 se cubrieron los desarenadores, y está a punto de culminar el traslado provisional de la salida de aire tratado. A estas obras se han unido trabajos de aislamientos y cierre, estudios olfatométricos, adquisición de detectores o instalación de dispositivos.
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La inversión de este año es más ambiciosa y acaba de cubrir aquellas instalaciones que permanecen al aire libre y que pueden ser posibles focos de emisión de olores aunque permanezcan al aire libre, es decir, los canales de tratamiento biológico y los decantadores secundarios. Además de la instalación de desodorización que es la que se destina a recoger y tratar del aire viciado contenido en los recintos que se constituirán al cubrir esas instalaciones.
Según reza la memoria del proyecto, para cubrir los decantadores con una cubierta plana de aleación de aluminio. El material se ha elegido porque cuenta con una gran resistencia a la corrosión y porque puede ser transitable. La estructura se colocará a una altura de 50 centímetros de la lámina de agua de forma que se reduzca en lo posible el volumen de aire que se tratará luego en las torres de lavado. La ventilación trabajará para que el aire no pueda emitirse al exterior, mientras que la entrada de aire limpio se establecerá desde la zona del tratamiento biológico.
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En el proyecto se incluye otra instalación soterrada que no está vinculada con los olores, pero que sin embargo se considera fundamental para su funcionamiento. Su función es almacenar fango desidratado procedente de otras depuradoras externas de aguas residuales, urbanas o industriales. También se utilizará para almacenar fango fresco propio en caso de paradas.
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