Los zíngaros

A pesar de los 126 años de antigüedad de nuestra actual Comparsa de Caldereros (126 de la primera salida, no 126 salidas, porque fueron bastantes los años en los que no se celebró), la presencia de tribus húngaras en San Sebastián era todavía asunto de actualidad cuando estaba a punto de comenzar el siglo XX. En la prensa local, en La Voz de Guipúzcoa para ser más exactos, encontramos publicados los dos siguientes comentarios en abril y mayo de 1899: «Nos ha visitado una caravana húngara que estableció sus reales en el arenal de Amara y compuso todas las calderas descompuestas que había en San Sebastián. El pueblo mira a esa gente con cierta prevención, sin perjuicio de reconocerla una pericia admirable en su oficio». Así mismo en dicho diario se podía encontrar el siguiente escrito: «Algunas personas supersticiosas se han dejado echar la buenaventura por las mujeres de esa tribu que, según ellas, saben leer en la palma de la mano». «A falta de otras distracciones más nuevas, la gente dedica estos días su preferencia a ver los húngaros acampados hacia el final de Amara. Sobre el arenal y sin más techo que el de dos cendales de lino sujetos por unas cuerdas y unos pies derechos de madera, vive esa tribu nómada que es el terror de las criaturas de San Sebastián y el gran recurso que para hacerlas obedecer tienen los padres con solo decirlas: ¡que vienen los húngaros. No desmienten los rasgos de su raza, ni la leyenda de sus costumbres, y sus mujeres y sus churumbeles, y están resignados y convencidos de que su misión en este mundo es mostrar su suciedad y la miseria de su vida, siempre caminando sin rumbo, sin hogar y sin patria».