Aglomeración de personas junto a la la zapatería de la calle Urbieta Casa Tello.
LA CALLE DE LA MEMORIA

1948: Colas para comprar calzado barato

Las zapaterías pusieron a la venta una partida especial de zapatos y botas a bajo precio, 64 pesetas. Y los donostiarras se lanzaron a hacer largas colas.

MIKEL G. GURPEGUI

Jueves, 21 de febrero 2008, 09:56

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Una cola simpática: la de los zapatos baratos». Así titulaba EL DIARIO VASCO un reportaje en su contraportada. Estamos hace sesenta años. Tiempos de racionamientos y problemas de abastecimientos. Así que cuando surgía alguna ocasión, nadie quería perdérsela. En febrero de 1948 la oportunidad vino con la puesta en venta de una partida de «doce mil pares de calzado tipo nacional, cuyo precio representa una verdadera ganga». Y tanto. Los zapatos y botas se vendían exactamente por 63,95 pesetas, una buena cifra en aquella época en que el calzado oscilaba entre las 250 y las 1.250 pesetas. Así que los donostiarras, cartilla de racionamiento en mano, corrieron a las zapaterías.

«Como es de suponer, dado el interés con que el público los esperaba, ayer hubo, en todas las zapaterías donde se pusieron a la venta, unas interminables colas que no cesaron en todo el día, y que fueron perfectamente ordenadas. Una cola verdaderamente simpática, ya que cuantos formaban en la misma llevaban la seguridad de hacer una buena compra».

La noticia nos permite repasar la ubicación de las grandes zapaterías de antaño, puesto que se incluía el listado de establecimientos que vendían aquel calzado barato: «Casa Tello (Urbieta, 26); Calzados Muro (Avenida de España, 14); El Siglo XX (Loyola, 2); Calzados Ayestarán (Elcano, 1); Casa Merino (Narrica, 7), y Calzados Villar (Víctor Pradera, 10)».

En aquella singular campaña se pusieron a la venta zapatos, en negro y en color, así como «botas de becerro engrasado», menos preferidas por los compradores. Al término de una intensa jornada de ventas, Guillermo Tello comentaba a DV: «Puede decirse que se ha vendido casi todo. Quedan aún botas, pero el público, satisfecho de su calidad, empieza a pedirlas en mayor cantidad. Desde luego, las medidas corrientes en el país -o sea, los números 41 y 42- están, prácticamente, agotadas. De seguir así, en muy poco tiempo se venderá hasta el último par de este calzado».

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La promoción tuvo su pega en las tallas. En el periódico se aseguraba que en el Norte tenemos el pie más grande que los del Sur. «Y así ocurre que si en Madrid, por ejemplo, la medida normal es el 39 y 40 en el calzado, en San Sebastián es de 41 y 42. Como la fabricación del calzado económico se ha hecho con carácter nacional, ha sido mayor la abundancia de zapatos del 39 y 40 que del 41 y 42. Por eso ha sucedido que los más madrugadores hayan sido los que han podido dar con la horma de su zapato».

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