LA PRÓRROGA

El inicio de una gran amistad

Anoeta acoge un encuentro por la integración entre jóvenes con discapacidad intelectual y participantes en la Donosti Cup

IÑIGO MARÍN

Miércoles, 3 de julio 2013, 20:37

Por si los últimos días no había quedado claro que la Donosti Cup es más que un torneo de fútbol, ayer se vio una nueva prueba de ello. El mini estadio de Anoeta fue testigo de un partido que no está exactamente enmarcado en el torneo, si bien es cierto que la celebración del campeonato es fundamental para su desarrollo. Se trata de un encuentro entre participantes procedentes de todo el mundo y jóvenes con discapacidad intelectual, beneficiarios de la asociación Atzegi por la integración de personas que sufren discapacidad intelectual, que fue impulsado por EL DIARIO VASCO y la Fundación Adecco y deriva del acuerdo de colaboración sellado para promover la empleabilidad de personas con capacidades diferentes.

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Las dos empresas propusieron a la Donosti Cup que en su XXII edición se viera un gesto por la integración, algo que el campeonato no ha obviado. Por tanto, la organización se puso manos a la obra para que lo que sólo era una propuesta se convirtiera en una realidad. Así, y gracias a la colaboración de Atzegi, se diseñó un acto eminentemente deportivo pero que también incluye un buen puñado de ingredientes sociales que le dan un sabor especial.

El partido por la integración enmarcó dos choques simultáneos de fútbol 8, así como un choque por el tercer y cuarto puesto y, por supuesto, una finalísima. Dos de los cuatro equipos estuvieron completados por personas de Atzegi, mientras que los otros dos los formaron participantes del torneo y miembros del staff de la Donosti Cup. Doce clubes en total estuvieron representados en el acto, en el que se pudieron distinguir hasta siete nacionalidades diferentes. Las naciones más futboleras como Inglaterra o Francia no faltaron a una cita en la que también estuvieron países más exóticos, como Irak.

A pesar de que se puso la dificultad añadida de que antes de marcar un gol se bebían realizar diez pases o más, los goles y el buen ambiente no faltaron a la cita. El público se entregó a pesar de que no había ningún trofeo en juego y el resultado fue lo de menos, ya que lo importante era pasarlo bien y participar en una jornada que unía el deporte con una gran labor social: la sensibilización sobre la discapacidad a través de la actividad deportiva.

El primer paso

Esta ha sido la primera vez que la Donosti Cup acoge un partido de estas características y la intención es repetirlo cada año que se celebre esta competición. Además, el director del torneo, Iñigo Olaizola, dejó la puerta abierta incluso a integrar una nueva categoría en el campeonato: «En otros torneos ya existe una categoría especial en la que participan jugadores con discapacidad. Nosotros tratamos de aceptar diferentes vertientes y estamos muy satisfechos con el resultado».

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Por otra parte, Fran Navarro, de la asociación Atzegi, dejó claro que en su opinión: «este encuentro es una iniciativa muy bonita y puede ser el primer paso para que la discapacidad se integre en más eventos. Es la primera vez que los chicos participan en la Donosti Cup, un torneo que llevan toda la vida viendo y siguiendo. Poder tomar parte en el torneo sería algo increíble para ellos».

Valores que habitualmente encontramos en las actividades deportivas, como el espíritu de equipo, el afán de superación, la integración, la tolerancia o la fraternidad se dieron la mano para llevar a cabo una jornada inolvidable junto a personas con alguna discapacidad. El torneo albergó un momento de diversidad total, tanto por edad, como por sexo, género o nacionalidad. La Donosti Cup es más que un torneo de fútbol y ayer volvió a quedar reflejado con este maravilloso acto.

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