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Tirón. Txomin ha recorrido muchos pueblos de Gipuzkoa con su parrilla con forma de botella de sidra que él mismo ha fabricado. JOSÉ MARI LÓPEZ

Txomin Parrilla

De calderero a parrillero reconocido

Este beasaindarra se ha hecho un nombre en las fiestas de Gipuzkoa gracias a sus innovadoras formas de asar productos de kilómetro 0

Iñigo Villamía

San Sebastián

Viernes, 18 de agosto 2023, 02:00

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Hacer de tu hobbie un estilo de vida es un privilegio solo al alcance de unos pocos afortunados. Entre ellos está José Luis Domínguez, más conocido como 'Txomin Parrilla'. Este beasaindarra, de 52 años, hace doce que dejó la empresa de calderería en la que trabajaba para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión y así poder cumplir su sueño: fabricar parrillas de alta gama y ofrecer un servicio de 'catering' en diferentes actos y eventos.

Utilizando siempre las técnicas tradicionales de asado en Euskadi (parrilla, burduntzi, zikiro...), TXP, como se denomina el negocio, se ha convertido en todo un reclamo gracias tanto a sus innovadoras formas de hacer cocina en el lugar que el cliente escoja, como a la gran calidad de sus productos, todos de primer nivel y de kilómetro 0. Por ello, no es casualidad que famosos de la talla del actor Emilio Aragón hayan contratado sus servicios. En su caso, el verano pasado en una lujosa villa de Hondarribia con motivo de la celebración del décimo aniversario de boda de su hija Iciar –'instagramer' con más de 55.000 seguidores– con Hugo Rodríguez de Prada, cofundador de una conocida cadena de pizzas.

«Nos llamaron para ir al 'casoplón' que tienen aquí y la verdad es que todo salió genial», relata Domínguez, que ese día deleitó a la familia Aragón con un menú compuesto por txuleta, solomillo a la parrilla, costilla de ternera preasada durante 14 horas a baja temperatura, gildas y piparras de Ibarra, entre otros manjares. Pero estos son solo algunos ejemplos de todo lo que es capaz de ofrecer en sus fogones móviles Txomin Parrilla, que ha hecho del cordero lechal y la cabecera de lomo Basatxerri dos de sus platos estrella. «Es lo más demandado, aunque también tenemos recetas con pescado y marisco», añade.

«Tratamos de convertir la experiencia gastronómica en un espectáculo en directo que engancha al comensal»

Algunos ejemplos más son la brocheta de rape, la ventresca con piperrada o el pintxo de brocheta de solomillo con bacon curado. Todo hecho con mucho mimo y con el gran sabor de la parrilla. «La clave del éxito es que no solo ofrecemos buen género, sino que convertimos la experiencia gastronómica en un espectáculo en directo que engancha al comensal y le permite interactuar con nosotros».

Además, otro de los atractivos de TXP es la kupela de sidra que acompaña a la parrilla en cada viaje. De la mano de Euskal Sagardoa, José Luis puede ofrecer tres tipos de sidra diferentes, un maridaje perfecto para sus carnes y pescados que convierte la experiencia en una aventura cada vez más demandada.

Técnicas innovadoras

Dedicarse durante más de 25 años a la calderería fina y a la soldadura compleja ha permitido a José Luis diferenciarse de su competencia. Prueba de ello es un asador con forma de botella de sidra elaborado por él mismo. «Me llevó mucho trabajo, porque es una producción compleja, pero a la gente le llama mucho la atención», reconoce este parrillero que es capaz de fabricar cualquier tipo de parrilla a petición expresa del cliente. «La calidad del resultado es lo más importante, pero también lo es el proceso de ejecución y la pasión que transmitimos en cada fase del evento», asegura el beasaindarra. Y es que José Luis es algo más que un cocinero. Su alma es de artista.

Todo ese conjunto le ha llevado a participar en el festival gastronómico Orígenes de Barcelona que este año se traslada a Madrid, a cocinar en el museo Chillida Leku o a llamar la atención del chef Federico Pacha, entre otros eventos. Formado en la escuela de Luis Irizar, 'Fede', como se le conoce en el sector, le ha propuesto ir a Japón para vender allí su gran trabajo. Asimismo, Txomin Parrilla es un gran atractivo para bodas informales en las que se busque degustar productos de marcas reconocidas vascas.

Inicios complicados

Lo que ahora es de color de rosas, en su día «fue un fracaso», explica Domínguez, que al dejar su trabajo anterior hizo un estudio de mercado para empezar a vender pollos. «Yo lo que quería era ir a venderlos al pantano de Garaio, en Álava. Había acondicionado un remolque con un asador vertical y unas cámaras frigoríficas, pero no me dejaron», continúa.

Entonces, se puso en contacto con Eusko Label, que aprobó su propuesta para que el proyecto echara a andar definitivamente el 1 de mayo de 2012. «Hicimos varias pruebas con cerdo y vimos que salía muy bueno y que el público respondía». Así que del pollo volvió a su origen: la metalurgia, pero con ese nuevo toque que fusiona al gourmet y al artista incansable. Allí le esperaba el éxito.

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