La odisea de la homologación de dos médicos afganos que viven en Zarautz
Euskadi da hoy vía libre a la contratación de sanitarios de fuera de la UE en Osakidetza. Pero tienen que estar homologados, que es lo que buscan desde Zarautz los médicos afganos Husna y Zabiullah
Husna Ahmadzai y su marido Zabiullah Haidary abandonaron Kabul a toda prisa en septiembre de 2021. Los talibanes habían vuelto al poder y Afganistán se desmoronaba, no había tiempo que perder. Huyeron a Pakistán por caminos inconfesables. Eran cinco: el matrimonio y su hijo de ocho años, y la hermana de Husna con su hija. Lo dejaron todo atrás. Casi todo. En su equipaje solo llevaban ropa y un tesoro de papeles. «En ellos llevábamos veinte años de vida», dicen en una terraza de la Parte Vieja de San Sebastián. Esos papeles, los documentos que demuestran su condición de médicos, se hallan ahora en un despacho del Ministerio de Universidades, en el purgatorio de la burocracia.
«Todas las mañanas al despertar miramos nuestro expediente para ver si ha avanzado», afirman. Todos los días se despiertan con la vaga esperanza de que el Gobierno central haya homologado sus títulos para poder ejercer como médicos en Gipuzkoa. No son los únicos. Mientras los servicios de salud se ahogan por escasez de personal, casi 29.000 expedientes de profesionales sanitarios extracomunitarios están a la espera de su convalidación en todo el Estado.
El Parlamento Vasco ha aprobado este jueves la ley de Salud Pública, que incluye una disposición adicional para permitir a Osakidetza contratar a médicos especialistas y profesionales de la enfermería con nacionalidad extracomunitaria. Es un paso para paliar el problema de la escasez de médicos en el País Vasco, pero se topa con un obstáculo. Para ser contratados, estos profesionales deben tener su titulación homologada. Y el expediente de médicos como Zabiullah y Husna apenas avanza. El atasco es enorme.
«El nuestro es el número 4.000. En el ministerio dicen que no tienen funcionarios, que cada cuatro meses convalidan unos diez expedientes», dice Zabiullah. Él y su esposa prefieren no hacer cálculos del tiempo que van a tener que esperar. Sospechan que va a ser mucho. Poco a poco sus solicitudes han ido progresando en la lista de espera y ahora 'solo' hay 3.000 personas por debajo. «De ellos, unos mil están fuera de España trabajando como médicos en sus países». Han tramitado su petición por internet y vendrán cuando sus títulos sean convalidados», se quejan. «Deberían separar los trámites de los que estamos en España sin poder trabajar y los que esperan en sus países a que se resuelva su petición», añaden.
Con experiencia
Experiencia no les falta. Husna es ginecóloga. «Trabajé en un hospital público donde atendía a más de cien pacientes diarios, y también tenía una clínica privada», dice. Zabiullah, especialista en medicina interna, fue responsable de un hospital de la Cruz Roja en Kabul durante la pandemia del Covid. El 25 de diciembre de 2021 llegaron a Madrid como refugiados políticos y el 2 de febrero de 2021 el Gobierno determinó que su lugar de acogida iba a ser San Sebastián. «Cuando llegamos aquí no sabíamos dónde estábamos. Somos los primeros médicos afganos que han pedido en España la homologación de su título», dice Zabiullah.
Más de dos años después hablan castellano con algunas dudas pero con poco esfuerzo y conocen los entresijos de una burocracia en la que se vieron atrapados desde el primer momento. «El 7 de agosto de 2022 entregamos presencialmente en la Delegación del Gobierno los documentos para convalidar nuestras titulaciones», recuerdan. Pero todo cambió el 18 de octubre, cuando una modificación en la normativa permitió entregar la documentación por internet.
«Hemos venido legalmente, tenemos papeles y permiso de trabajo. Queremos ejercer, pero no nos dejan»
Husna Ahmadzai
Ginecóloga«
Animados por esta novedad, decidieron desistir de la vía presencial abierta el 7 de agosto y apostar por el camino digital. «Nos dijeron que si lo tramitábamos todo 'online', en seis meses convalidarían nuestros títulos, pero ya llevamos esperando nueve y no sabemos cuánto más tendremos que esperar», asegura Husna. Ellos saben que todos sus papeles están en regla, que solo queda el trámite de que alguien en algún despacho ratifique con un sello oficial la convalidación, pero el problema es el tiempo, la incertidumbre. «Hasta ahora solo escuchamos la palabra 'paciencia», dicen.
Husna y Zabiullah viven en Zarautz. No acaban de comprender por qué la Administración tarda tanto en tramitar su solicitud cuando escuchan por todas partes que faltan médicos. «Cuando estoy con médicos y veo a muchos pacientes en una cola para ser atendidos me dan ganas de ir y decir que yo puedo hacerlo, pero solo por un trámite no puedo trabajar», afirma Zabiullah. «Hemos venido legalmente, tenemos papeles y permiso de trabajo. Queremos ejercer, pero no nos dejan», se lamenta el matrimonio. Mientras tanto, aguardan el momento de que sus títulos sean oficiales para afrontar su próximo objetivo, el de prepararse para el MIR. «Necesitamos aprender nuevas cosas, estar preparados para trabajar», aseguran.
Su miedo, uno de ellos, es el de haber perdido las destrezas necesarias para ejercer como médicos cuando llegue el momento que tanto ansían. «Yo trabajaba mucho en cirugía, con cesáreas. Me da miedo olvidar», dice Husna. Para evitarlo, ayuda a un ginecólogo en una clínica. Zabiullah ejerce como voluntario en la Cruz Roja de Zarautz. «Estamos a la espera de un sello», dicen los dos.
166 facultativos de fuera de la UE colegiados en Gipuzkoa
La falta de médicos es uno de los grandes problemas de la sanidad vasca. Para el próximo año se prevé que en Gipuzkoa se jubilen 187 profesionales sanitarios de Osakidetza, cifra que ascenderá a 202 en 2025. Lo peor es que se jubilan más facultativos que los que se incorporan al sistema de salud en Euskadi. Según datos del Ministerio de Sanidad, en España faltan 7.200 médicos. Dentro de cuatro años serán 9.000. Según datos del colegio oficial de médicos de Gipuzkoa, en el territorio hay 166 facultativos extracomunitarios colegiados. Muy pocos de ellos tienen homologada su especialidad, por lo que solo pueden ejercer en clínicas privadas, no en Osakidetza.
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