Gabriel Reina: «Habría que ver la evolución del virus con el nuevo protocolo antes de retirarla»

– ¿Cómo ve la posible retirada de las mascarillas en espacios interiores en Semana Santa?

– Creo que sería prudente, de momento, no dar el paso ese de retirar la mascarilla en interiores. El problema de cuándo darlo sin tener unos datos exactos sobre la incidencia del virus puede ser un poquito complicado. Por eso la situación futura se debería apoyar en un buen sistema de vigilancia que no solo nos permita saber si hay casos, sino también estimar las cifras de incidencia.

– ¿Cuándo podríamos deshacernos de ella entonces?

– Para eso habrá que ir viendo la evolución de las próximas semanas, para ver si de cara a los meses más cálidos, que sería lo más lógico pensar, podemos estar hablando en una retirada de la mascarilla en interiores. Hay que ver esta nueva política que se plantea de no aislamientos obligatorios para valorar si se produce un repunte mayor o menor y en qué medida se puede llegar a controlar la situación asumiendo que va a haber casos, que habrá casos complicados como hay todos los años con la gripe, y que el sentido común y el buen uso de la mascarilla y la vacunación es lo que nos deben acercar a esa normalidad.

– ¿Ve adecuada la eliminación de las cuarentenas?

– Es un paso que ahora está justificado y va hacia la normalización de la situación. La cuestión es que la medida de no hacer un aislamiento obligatorio en los positivos o los asintomáticos, habría que matizarla un poco para poner de relieve la necesidad que tenemos de proteger a los más vulnerables. Hay que abogar por el sentido común y si una persona tiene síntomas, lo normal, como hemos hecho siempre que hemos tenido una gripe, es quedarnos en casa.

– ¿Se puede traducir el cambio en un aumento de la presión hospitalaria o incluso en una nueva ola?

– Puede tener un efecto en la incidencia y en la presión hospitalaria, pero no tendríamos que ver necesariamente unos picos de aumento en el número de ingresos teniendo en cuenta la alta inmunización que se ha hecho gracias a la vacuna.

– ¿Cómo debería ser esa desescalada?

– Se ha propuesto empezar por los colegios. Es verdad que siendo un entorno donde la población es menos vulnerable y donde normalmente no va a haber casos graves, podría ser una estrategia. Lo que pasa es que el cambio es bastante drástico con esta nueva normativa y me parece que las próximas semanas deberíamos esperar un poquito para ver cómo se comporta la pandemia y cómo evoluciona antes de valorar la medida.

– ¿Puede ser la Semana Santa un punto de inflexión para dar ese paso?

– Sí, porque seguramente la movilidad va a ser importante y las aglomeraciones también. Hay que ser cautos y esperar, ver cómo son los datos tras la Semana Santa y recoger después una información valiosa para tomar medidas a final de abril o principios de mayo.