Pedro Miguel Etxenike luce orgulloso la chapa que le identifica como belarriprest. ARIZMENDI

Pedro Miguel Etxenike: «Por un ecologismo cultural deberíamos cuidar el euskera»

Pedro Miguel Etxenike, Catedrático de la UPV-EHU y presidente del DIPC y Nanogune ·

El navarro, componente del 'hamaikakoa' de Euskal Herria y Vasco Universal, aboga por crear espacios «atractivos» en los que poder usar el euskera

Iker Marín

SAN SEBASTIÁN.

Sábado, 1 de diciembre 2018, 14:24

«Ahobizi edo belarriprest?». «Biak izan naiteke, baina belarriprest izatea aukeratu dut. Edozeinekin euskaraz hitzegin dezaket baina nire rola Euskaraldian hori da». Pedro Miguel Etxenike (Isaba, 1950) es el que responde mientras muestra con orgullo su chapa de participante activo. Firme defensor de proteger y fomentar «joyas culturales» como el euskera, se muestra encantado con la dimensión que ha adquirido este experimento social que define como «inteligente y diferente». No lo dice solo como uno de los componente del primer 'hamaikakoa' que se formó a nivel de Euskal Herria, ni como Vasco Universal con una «profunda vinculación afectiva» con el euskera. Tiene claro que nuestro idioma no va a «salir adelante» solo «porque lo digan las leyes», por lo que se muestra partidario de crear «ámbitos atractivos y creativos» en los que poder usar el idioma y reivindica que «nadie tenga que cambiar de idioma al relacionarse con las instituciones».

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Poseedor de un currículo que apabulla, catedrático de la UPV-EHU, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, 'Doctor of Science' por la Universidad de Cambrigde y presidente del Donostia International Physics Center (DIPC) y Nanogune entre otras muchas distinciones, es un placer escucharle hablar de cómo aprendió euskera y del poso que le han dejado Koldo Mitxelena, Joxean Artze, Atxaga o los bertsolaris: «En cuanto a disfrute, solo por entenderlos me ha merecido la pena aprender euskera».

- ¿Cuándo aprendió euskera?

«En Euskaraldia hay que participar activamente, me parece una iniciativa inteligente»

- En Isaba, por supuesto, no se hablaba euskera en ningún sitio. En la escuela estaba totalmente eliminado, yo estudié todo en español y después pasé a Lekaroz. Allí ya hubo pequeños intentos cuando regresaron algunos de los capuchinos que se había tenido que exiliar y empecé a tomar contacto con el idioma. Pero en mi familia, mi madre era euskaldun y mi padre bastante. Mi madre al final de su vida fue andereño y mi tía de Irurita también dio clases a los bordaris que no sabían castellano. Yo siempre he tenido una vinculación afectiva con el euskera. Pero soy euskaldunberri. Aprendí euskera, a la vez que estudiaba la carrera en San Sebastián, con grandes profesores. Acudí a la escuela del padre Altuna con Mikel Arregi y después realicé un curso intensivo en en convento de los Agustinos de Oñati con Juanjo Uranga y Eusebio Osa. Luego pasé algo más de tiempo en Azpeitia, en casa de mi gran amigo Francisco Garmendia, que hablaba euskera como pocos. Fue el que tradujo el libro de Antón de Irala, bajo el título de 'Bat bitan banatzen da'. Un libro sobre el que Koldo Mitxelena dijo que la traducción superaba al original. Allí con Paco y su familia, íbamos a hablar con el aitona Batista en el caserío Azautza.

- Más allá de su trayectoria científica, hay que recordar que fue usted como consejero de Educación del Gobierno Vasco el que impulsó la Ley de Normalización del Euskera. ¿Qué recuerda de aquel hito?

- Cuando nosotros entramos en el Gobierno Vasco en el año 1980 la situación de las ikastolas era dramática a nivel financiero. Ese mismo año hicimos el convenio de ikastolas gracias a un cambio de ministros en Madrid. Logramos oxígeno. Se pasó de recibir 630 millones de pesetas a recibir 2.080 millones y también realizamos la actualización de los títulos de las andereños de las ikastolas a través de las escuelas. A su vez, se produjo una entrada masiva de profesores de euskera a la escuela pública y en el año 82 conseguimos aprobar con un amplísimo consenso en el Parlamento la Ley de Normalización del Euskera. Fue uno de los primeros logros del autogobierno vasco. Los datos logrados en todo este tiempo refrenda aquella labor.

- No obstante, seguimos necesitando casi cuatro décadas después iniciativas como el Euskaraldia. ¿Qué es lo que le llama la atención de este experimento social?

- Me parece una iniciativa original. En otro tipo de actos a favor del euskera se muestra el apoyo al idioma pero en el Euskaraldia hay que participar activamente, de una forma original. Yo participé en el primer 'hamaikakoa' y al principio no lo veía del todo claro, pero tras estudiarlo bien considero que es una iniciativa inteligente, es diferente, me gusta. Y está claro que cuando se hacen bien las cosas la gente responde porque se han apuntado casi 200.000 personas. Hay cosas que cuanto más las conoces más te gustan y otras que cuanto más las conoces menos te gustan. Euskaraldia está en el primer grupo. Su impacto lo demuestra.

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«El euskera no va a salir solo adelante porque las leyes digan una cosa u otra»

- Es cierto que hay muchos ciudadanos vascos implicados en esta iniciativa pero otros muchos, por los motivos que fuera y siendo conocedores del Euskaraldia, no muestran ningún interés. Cómo Vasco Universal, ¿qué les diría para, por menos, intentarlo con un 'kaixo'?

- Es difícil atraer a las personas alejadas. Pero hoy, que tanto nos preocupamos del equilibro con el entorno natural, del ecologismo, de proteger a especies en peligro, hay especies culturales en esa situación, y cada idioma es una joya cultural. Que desaparezca un idioma es una perdida no para esa comunidad solo, sino para toda la humanidad. Por un ecologismo cultural deberíamos cuidar el euskera. Uno de los investigadores que va a incorporarse a tiempo parcial al DIPC desde la Universidad de Columbia es Rafael Yuste, que lideró el programa 'Brain' de Barack Obama. Pues bien, se fue a estudiar euskera a Lazkao y declaró que todo europeo debería estudiar algo de euskera porque es una joya de la humanidad. A esas personas que no muestran excesivo interés les intentaría acercar con este argumento al idioma. Y si de paso al acercarse también disfrutan es más probable que se queden.

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- En una de sus intervenciones para el Euskaraldia hablaba de la importancia de aquellas personas que son 'hizlariak eta sortzaileak'. ¿Por qué?

- El papel de los creadores es vital. El euskera no va a salir solo adelante porque las leyes digan una cosa u otra. Es imprescindible pero no suficiente. Hace falta una voluntad de una colectividad de seguir siendo euskaldun, hace falta una voluntad de seguir siendo Euskal Herria y practicarlo activamente. Para eso es necesario que los individuos tengan la conciencia de usarlo y practicarlo, pero también que haya ámbitos en los que sea agradable y atractivo vivir en euskera. Y el mundo de lo creativo es el mundo de la calidad y el euskera debe ir de su mano, en la literatura, los bertsolaris, el cine o los profesores. Debe haber productos atractivos y hermosos en euskera para que la gente que quiera vivir su vida en euskera puede hacerlo. Ese es el objetivo de Ley del Euskera, hacer que aquel que quiera vivir por decisión libre su vida en euskera lo pueda hacer de forma real y efectiva. Es decir, que no tenga que cambiar su idioma para relacionarse con nadie, ni con la Administración de la CAV y del Estado en Euskadi, pero sobre todo que los espacios de ocio, de disfrute, estén abiertos en euskera. Y por ello los creativos son muy importantes. Yo creo que la unificación del euskera la hicieron en gran parte y fue impulsada por los escritores. Cuando uno lee a Mitxelena, Txillardegi, Aresti, Atxaga, Saizarbitoria, Urretabizkaia, entre otros, sabe que ese es el camino, hacer cosas buenas y de calidad en euskera.

«El objetivo es que ningún ciudadano tenga que cambiar su idioma para relacionarse»

- Siempre hace referencia a los bertsolaris, ¿qué le aportan?

- Disfrute. Personalmente, solo con entender a los bertsolaris me ha compensado aprender euskera. Es una manera de atraer a aquellos que no entienden el idioma a una joya cultural, por un ecologismo científico, y después cultivarlo, en el caso de los euskaldunes porque es nuestro, como dice el bertso de Artze: «Iturri zaharretik edaten dut ura, beti berri den ura iturri zaharretik». Y luego que ese euskera se vaya acoplando a los desarrollos, por su calidad, creatividad y disfrute. Por eso me parecen más importantes los creativos y escritores que lo que venga en el Boletín Oficial del País Vasco.

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- ¿Dónde considera que hay que seguir incidiendo para que la utilización del euskera siga una línea ascendente?

- Afortunadamente yo ya no estoy en esa posición de tomar decisiones desde el poder ejecutivo. Y esas preocupaciones se las dejo a otro. No obstante, hace poco escuché un discurso al consejero de Cultura Bingen Zupiria y me impresionó muy favorablemente, por inteligente, realista y por la visión que mostraba. Creo sinceramente que las cosas se están haciendo muy bien. ¿Dónde hay que incidir? Para empezar, que nadie tenga que cambiar su idioma al relacionarse con ningún poder público en la CAV, ya que es algo que todavía no se ha conseguido con algunas administraciones. Y lo que hay que hacer es crear cosas atractivas en euskera que haga que la gente quiera vivir en euskera su vida, no como un deber, como una obligación o como un sentimiento patriótico sino como un acto de disfrute. Y luego también hay que señalar que estar a favor del euskera no significa estar a favor de cualquier medida que alguien haga en nombre del euskera, porque se han podido cometer errores. Y si se han cometido que se corrijan y no pasa nada.

- Del Euskaraldia se ha dicho que es un experimento social en el que tanto los belarriprest como los ahobizi se van a sentir protegidos, lejos del estrés lingüístico en el que muchos se sienten en su día a día. ¿Que le parece?

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- Como euskaldunberri ha sido siempre muy positivo. Es cierto que no soy tímido y nunca me costado hacer las cosas y dar pasos hacia delante. Siempre me acuerdo de uno de los grandes físicos del siglo XXI y Premio Nobel de Física, Julian Schwinger de Harvad. Decía que si algo merece la pena hacerse, también merece la pena hacerlo mal. Se refería a cómo tocaba el violín, y a mí me recordaba a cuando aprendía euskera. Yo no tenia vergüenza de ningún tipo de hacerlo mal y siempre tuve una receptividad muy buena. He visto a algún memo, gente poco fina, con tendencia a corregir y eso puede desanimar, es cierto. Pero creo que en general el euskaldun recibe con gratitud al que quiere acercarse al idioma, creo que lo aprecia de hecho. Mitxelena siempre me decía que son muy importantes las señales de afecto hacia la lengua.

«Solo con entender a los bertsolaris me ha compensado aprender euskera»

- Y a partir del día 4 de diciembre, ¿qué?

- Vamos a empezar con esto y luego ya seguiremos. A los que hemos estado luchando por ciertos ideales no nos vendrá mal mirar al suelo. Vamos a andar estos 11 días, seguramente estaremos mejor andando que sin andar. Por lo tanto, estar inmersos en esta iniciativa es positivo de por sí. Y si encima es catalizador para una futura mejora, estupendo.

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