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Nadando sobre el abismo

Una piscina de cristal remata el proyecto de un hotel en la montaña de un fiordo noruego

Borja Olaizola

San Sebastián

Miércoles, 28 de agosto 2019, 22:12

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Desafiar el orden establecido es una buena forma de construirse una reputación en el mundo de la arquitectura. Los responsables del estudio Hayri Atak, en Estambul, tienen clara esa premisa, lo que explica que se hayan convertido en apenas dos años en una de las referencias de la arquitectura más provocativa. El proyecto que han firmado para levantar un pequeño hotel en una montaña que domina un fiordo noruego es una buena muestra de su talento a la hora de idear conceptos capaces de llamar la atención.

El proyecto, denominado Cliff Concept Boutique Hotel, se sitúa en la parte más alta de un acantilado que se eleva 600 metros por encima del fiordo Lysefjord, uno de los más visitados del sur de Noruega. La atalaya, también conocida como la 'roca del púlpito' por su privilegiada ubicación, es el lugar elegido para el hotel, que se construiría horadando la montaña. El establecimiento tendría cinco plantas. En la superior, que sería la explanada de la montaña, se situaría la entrada al hotel, que también haría las veces de mirador el fiordo. Las nueve habitaciones se distribuirían en las tres plantas inferiores excavadas en la roca, todas ellas con balcones corridos. En el nivel inferior se situaría la parte más espectacular del proyecto: una plataforma que imita la proa de un barco rematada por una piscina a modo de bauprés. El vaso de la piscina sería de cristal, lo que proporcionaría a los bañistas una sensación vertiginosa teniendo en cuenta que a sus pies se abriría un abismo de 600 metros. Dar brazadas en un sitio así probablemente tenga más que ver con volar que con nadar.

El proyecto es un ejercicio de diseño que nadie sabe si se llevará algún día a cabo. Aunque como señuelo turístico resulte muy tentador, es posible que su impacto colisione con las rigurosas normas de protección medioambiental que rigen en Noruega. De momento sirve para que el nombre de Hayri Atak, la arquitecta turca que es la creadora del estudio, vuele cada vez más alto.

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