La falta de vertederos en Euskadi triplica el precio por tonelada del residuo industrial
La localidad cántabra de Meruelo vuelve a ser destino habitual por resultar más barato para las empresas del sector
cirilo dávila
San Sebastián
Martes, 28 de julio 2020, 07:28
El 12 de febrero, seis días después del suceso en Zaldibar, el Departamento vasco de Medio Ambiente pidió la colaboración del resto de vertederos para atender «necesidades urgentes de gestión» de los vertidos. El objetivo era encontrar un nuevo destino para las miles de toneladas de residuos que terminaban en el 'agujero', denominación con la que se conocía en el sector a la vaguada que terminó por derrumbarse.
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Casi seis meses después, sigue presente el problema que hay detrás de la gestión de los residuos en Euskadi. Es el «déficit latente en cuanto a la capacidad de recepción de los vertederos», en palabras de la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno.
El vertedero de Cespa en Larrabetzu ya no acepta más restos industriales. Los de Mutiloa y Betearte (Mallabia) solo reciben material que ayude a sellarlos y clausurarlos. Torrebaso (Iurreta) está inactivo desde hace meses tras múltiples denuncias. Ello ha llevado a que los camiones inicien diariamente el recorrido a Zalla, uno de los pocos vertederos que acogen residuos industriales, y al destino cántabro de Meruelo, con la consiguiente huella de carbono por un tránsito que no cesa.
«Los vertederos son necesarios y siempre lo serán. La tasa de residuo 0% es una utopía. Todos tenemos que ser generosos con sus emplazamientos y permitir que estas actividades se den en nuestro territorio. Por supuesto, con el mayor de los controles y fiscalización por parte de autoridades, municipios, organismos y vecinos», comenta Mireia de Diego, gerente de Excavaciones y Obras De Diego S.L., que ha sido presidenta del Cluster de la Construcción de Euskadi y presidenta de Excavadores y constructores de obra civil de Bizkaia.
Es la pescadilla que se muerde la cola: reactivación económica, pero no se sabe muy bien qué hacer con los residuos que genera. En Verter Recycling 2000 se depositaban cada año 500.000 toneladas.
Menor oferta, igual demanda
El colapso ha convulsionado los precios. A menor oferta e igual demanda, se han disparado. Los precios varían según volumen y residuos, pero en Zaldibar rondaban los 12 euros por tonelada depositada y en dos semanas se duplicaron, pasando a los 22-26 euros en el resto. Fuentes del sector consultadas indican que ahora empiezan a estar más cerca de triplicarse.
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«La solución ha de pasar, no solo por unas políticas que favorezcan la valorización y reutilización de estos productos, sino implementando otro tipo de acciones como eliminar las bajas permitidas en los capítulos de gestión de residuos en las licitaciones públicas», apunta Mireia de Diego, quien considera que la Administración debe velar por que «los estudios de gestión de restos sean los correctos y recojan con la mayor de las coherencias qué hacer con estos». Los residuos son cosa de todos y «todos tenemos un único planeta», insiste la gerente.
Las claves
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impacto del derrumbe. En Zaldibar el coste rondaba los 12 euros por tonelada y en dos semanas se pasó a los 22-26
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Problema sin resolver. Seis meses después, sigue «latente el déficit en cuanto a la capacidad de los vertederos»
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