«El duelo por la muerte de un ser querido no es un problema a resolver, es una experiencia que hay que vivir»
«Superar la muerte de un ser querido supone emprender un viaje doloroso, no hay pastillas mágicas que sirvan de atajo», asegura
Dicen que una de las condenas más grandes del ser humano es la de tener que enfrentarse a la muerte de un ser querido. Antes ... o después, todas las personas van a vivir ese periodo de duelo que es «doloroso, pero que hay que vivirlo», apunta Ángel Pascual, experto en la materia, psicoterapeuta y profesor universitario. Él fue uno de los principales ponentes en la charla que ayer se ofreció en el marco de los cursos de verano de la UPV/EHU sobre cómo mirar «cara a cara» a la muerte.
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- Dicen que el tiempo lo cura todo. ¿También es aplicable a un proceso de duelo?
- No, y me explico. El tiempo no cura nada, así que ese dicho no me convence del todo. Lo que cura a alguien es las cosas que hace en el transcurso de ese tiempo que pasa entre el impacto de la pérdida de un ser querido y el momento en el que has conseguido atravesar ese duelo.
- ¿Qué es el duelo?
- Es un viaje doloroso. Hay mucha gente que se pregunta si es un problema a resolver o una experiencia a vivir, y yo soy de los que cree que es algo que hay que vivir.
- ¿Por qué?
- Porque la propia palabra 'duelo' viene del latín, de 'dolus', que significa dolor. Hay otra acepción que se refiere a los conceptos de reto, desafío... Lo que quiero decir es que este proceso no es algo que podamos eliminar con una pastilla mágica. El ser humano tiene una necesidad intrínseca de interrelacionarse con sus semejantes...
«Para ayudar a alguien que está sufriendo la muerte de un ser querido lo más importante es que sienta tu presencia»
- ¿Y qué implica eso?
- Implica que de esas relaciones surge el amor, y del amor surge el dolor. Hay una cita muy conocida del psicoanalista Erich Fromm en la que dice que 'si queremos evitar el dolor del duelo, debemos pagar el precio de estar totalmente desvinculados de los demás... Por lo tanto, excluidos de cualquier posibilidad de experimentar la felicidad'. Eso es impensable en nuestra cultura.
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- (...)
- El duelo es un proceso activo, no es algo que nos pasa, es algo que hacemos. Y, además, que cada uno lo hacemos como podemos. Por eso es importante no juzgar las estrategias de afrontamiento que cada uno pone en marcha. Ese proceso tiene que ver con ir encontrando y descubriendo las maneras de reconstruirnos a partir de ese dolor.
- ¿Hay un tiempo medio de sanación en este proceso?
- No, es imposible determinar una cronología exacta para superar algo así. Insisto, en cada persona confluyen factores totalmente diferentes, personales, de relación con la persona fallecida... El tiempo de cada persona, como el propio duelo, es algo único e intransferible. Si alguien tarda mucho en superar un proceso de duelo no significa que algo tenga que estar mal o que se pueda considerar una patología.
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- ¿Qué papel juegan las lágrimas en este 'viaje'?
- Son vitales porque canalizan nuestras emociones. Las necesitamos. Si no las sacamos, nos pueden ahogar por dentro, hablando de manera figurada. Desahogarse, es decir, llorar, es una estrategia acertada para intentar lidiar con el dolor, porque, además, tenemos la experiencia científica de que el llanto no es eterno, siempre hay un momento en el que se detiene.
«Llorar es una estrategia acertada para intentar lidiar con el dolor. Las lágrimas canalizan nuestras emociones»
- ¿Cómo podemos ayudar a alguien cercano que está sufriendo en un proceso de duelo?
- Lo más importante es estar, que se note nuestra presencia. Dentro de esto puede ser, por ejemplo, hacer la compra a un amigo porque está muy afectado tras la muerte de su madre y no tiene el ánimo necesario para salir de casa. Podemos ayudar siendo el hombro en el que llora, simplemente estando a su lado. Por eso insisto en que lo más importante es la presencia.
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- En un viaje así de arduo se entiende que puedan surgir complicaciones, ¿verdad?
- Sin duda. Aquí nos podríamos referir a los pensamientos obsesivos sobre un mismo tema, las famosas rumiaciones. '¿Pude haberle dicho más veces te quiero?, 'Debería haber estado más tiempo con ella'... Se dan, sobre todo, en muertes traumáticas.
- ¿Qué modos existen de huir del dolor?
- Muchos. No hablar de ello, minimizar la pérdida, el aislamiento, conductas evitativas, las adicciones, sentimientos de rabia... El duelo, dijo un día el escritor Doug Manning, 'es la manera que tiene la naturaleza de sanar un corazón roto'.
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