La digitalización, el tren del futuro

La vida se detuvo, pero ahora debe recuperar el ritmo, ponerse en marcha y en algunos casos, ser capaz de acelerar lo suficiente para estar a la altura de las exigencias derivadas de los nuevos hábitos que surgieron durante el estado de alarma, y que la sociedad ya los ha asumido por buenos. Telefónica y EL DIARIO VASCO han organizado un nuevo foro, en este caso sobre el peso de la digitalización en la competitividad del transporte ferroviario, en el que han participado Manuel Alonso, director de Grandes Clientes Norte de Telefónica; Andrés Saborido, director de Wayra España; Jorge Marcos, gerente de Programas de Innovación de Renfe; Iosu Ibarbia. director corporativo de Negocios y Tecnología de CAF, e Imanol Leza, director general de Euskotren. Todos coinciden en que esta nueva era ha contribuido a acelerar los procesos de digitalización, pero que deberán readaptar los servicios y sistemas. El teletrabajo, dicen, ha venido para quedarse, y a la fuerza modificará los hábitos en temas como la movilidad, y exigirá una mayor atención a la seguridad del usuario, tanto a nivel cibernético como físico.

Manuel Alonso: Durante esta pandemia, las redes de comunicaciones han vivido una situación que nunca se había planteado y, afortunadamente, se ha demostrado que teníamos unas infraestructuras capaces de soportarlo. La lección que nos ha dado la Covid-19 es que la digitalización ya no es una opción, sino una obligación, y si queremos acelerar la reconstrucción de la economía y el empleo es imprescindible que se ponga el foco en digitalizar la industria, las pymes y los autónomos. España cuenta con la mejor red de comunicaciones de Europa y una de las mejores del mundo, pero no se puede olvidar que dos de cada tres empresas españolas se están quedando atrás en este proceso de digitalización. Desde Telefónica hemos hecho una propuesta con 5 medidas: reescribir la normativa para adaptarla a la nueva economía; reformular y adaptar la educación a las nuevas necesidades; canalizar los recursos económicos hacia los motores de la reconstrucción; impulsar entre todos un pacto digital, poniendo las personas en el centro; y digitalizar las pymes, para que mejoren su competitividad.

Andrés Saborido: Este periodo ha acelerado la sustitución que ya se venía dando de lo físico y presencial, por lo digital y remoto. Hoy resolvemos muchas de nuestras necesidades de una manera más cómoda e instantánea que hace tres meses, pero a su vez han surgido nuevos retos y necesidades en el ámbito de la ciberseguridad. Estamos digitalmente más expuestos que nunca. Por otro lado, antes de la llegada de la pandemia ya estábamos viviendo una auténtica revolución en la movilidad, con cada vez más vehículos eléctricos, conducción autónoma… Y todo se vio interrumpido. Ahora la tecnología nos va a ayudar a reconstruir la confianza para movernos en medios físicos. Estamos trabajando con varias startups que ayudan a medir aforos y distancias, de visión artificial para reconocer quién usa y quién no las mascarillas, u otros sistemas que permiten manejar pantallas u ordenadores sin tocarlos. Son tecnologías que ahora tienen más sentido que nunca.

Jorge Marcos: En esta pandemia, la demanda del transporte ha caído bruscamente, lo que unido al proceso de liberalización del ferrocarril en el que estábamos inmersos, ha hecho que aumentara la incertidumbre del transporte. En Renfe hemos planteado una reedición de nuestro plan estratégico, donde la digitalización nos va a permitir conocer mejor la demanda, adaptar los servicios a las necesidades del cliente y, en consecuencia, ser más eficientes. Hemos cambiado protocolos e implantado un programa piloto de medición de aforos con visión artificial en los andenes de Cercanías, y también el billete personalizado, que nos permite saber qué persona viaja en cada asiento. Esto es fundamental en caso de tener que realizar un rastreo del Covid-19.

Hemos reforzado los servicios de limpieza y desinfección, y hemos llevado a cabo una operación sin precedentes con la devolución de todos los billetes durante el estado de alarma. Todo esto, nos ha llevado a conseguir un certificado de honor frente al Covid, que nos reconoce como la empresa de transporte más comprometida frente a la pandemia.

Iosu Ibarbia: Es evidente que esta situación ha provocado una caída drástica de la demanda, y que la recuperación tomará tres o cuatro años, pero la reflexión que hago de este periodo es el extraordinario comportamiento de las infraestructuras de comunicaciones y todos los sistemas para poder trabajar desde casa. El famoso teletrabajo ha venido para quedarse, pero va a haber que buscar un equilibrio entre lo virtual y lo físico, ya que se plantearán fuerzas contrapuestas. Por un lado, la reducción de los desplazamientos y viajes de negocios, y por otro, la tendencia imparable de la urbanización y la concentración de población en grandes núcleos urbanos, que va a obligar cada vez más a invertir en infraestructuras de tipo ferroviario dentro de la ciudad y en interconexión entre núcleos urbanos. Habrá que ver cómo equilibrar esas fuerzas contrapuestas y cómo evolucionan. Por aportar algo diferente y que no sea digital, estamos planteando incorporar en los vehículos sistemas que a través del aire acondicionado aseguren la eliminación de todos los virus o elementos nocivos, a través de pantallas ultravioleta o por temperatura. Son tecnologías que ya existían en el ámbito de la aeronáutica, pero que pronto van a llegar a los trenes, autobuses y al transporte en general.

Imanol Leza: Como se ha comentado, ha sido un periodo con baja demanda en el que además hemos tenido que mantener buena parte de los servicios, pero más allá de eso, nos ha hecho reflexionar sobre lo que viene. El teletrabajo va a reducir la movilidad de las personas, pero por otro lado, esta situación nos ha hecho pensar en que tenemos que priorizar ciertos aspectos de la relación con nuestros clientes que antes quizás ya estaban en nuestra estrategia de innovación, pero ahora ha ascendido en la escala de prioridades. Y un ejemplo es la gestión de flujos, aforos o aglomeraciones, tanto en el tren como en los andenes. Para ello, la digitalización es esencial. A través de ciertas herramientas podemos ver en tiempo real lo que está pasando, pero también podemos valernos de la inteligencia artificial para tomar decisiones y responder mejor a las nuevas preocupaciones del viajero. El reto es transmitir al cliente que viajar en transporte ferroviario es seguro.