La historia de siempre lejos de Ipurua

Atrapado en un día de la marmota que no acaba nunca, el Eibar volvió a repetir en el Arcángel la misma historia que se viene repitiendo en los siete últimos desplazamientos. Ni siquiera sirvió que Nolaskoain replicara de inmediato el tanto que el Córdoba anotó pasado el primer cuarto de hora. Los fallos acumulados tanto en ataque como en defensa acabaron por enterrar en los últimos minutos su ilusión por al menos poder puntuar fuera por primera vez desde que el 22 de septiembre sumó su último empate a domicilio en Almería.

Tal y como había avisado antes de viajar a Córdoba, el preparador azulgrana volvió a alterar la fisonomía de su equipo. Lo que él llamo «refrescar» su once se tradujo en nada menos que cinco cambios, es decir casi medio equipo, en el que no incluyó de inicio a Matheus Pereira, que se vació por completo en su esperada presencia como titular frente a los maños tras los pocos minutos que dispuso en su reaparición en Huesca tras mes y medio lesionado.

También destacó la ausencia de Antonio Puertas, autor del primero de los dos goles que reportaron el séptimo triunfo de la campaña en Ipurua, que salvo en la jornada inaugural ante el Castellón había figurado en todas las alineaciones.

Los que no faltaron fueron Madariaga, que puso el broche a las grandes actuaciones que venía desempeñando en las últimas jornadas inaugurando frente al Zaragoza su casillero anotador, ni Jorge Pascual, que pese a que no marcó, se ha ganado a pulso seguir siendo la punta de lanza del equipo en detrimento de Bautista.

Así, con Carrillo ocupando la plaza de Chema, Hodei en el puesto de Cristian, con Nolaskoain de nuevo en la medular en lugar de Matheus, así como Alkain ejerciendo de Antonio Puertas y Guruzeta sustituyendo a Toni Villa, el Eibar se personó en el Arcángel presto y dispuesto a ganar allí donde nadie lo había conseguido.

Sabían que los andaluces emprenderían el choque con las espadas blandidas para seguir imponiendo su poderío en casa con el fin de huir de las plazas de peligro que le persiguen debido a que fuera solo ha conseguido rascar dos puntos en sus diez visitas.

Y, aunque los armeros lograron apaciguar rápido la fogosa salida de los verdiblancos, pasado el primer cuarto de hora se vieron sorprendidos por un pase entre líneas de Theo Zidane que su compañero Antonio Casas definió tras recortar la salida de Magunagoitia, sin que Arambarri pudiera llegar a tiempo para sacarla sobre la línea de gol. Todo hacía indicar que la pelicula iba a ser igual que las que el Eibar ha venido protagonizando en sus últimos seis desplazamientos, pero esta vez la escuadra de Etxeberria supo responder de inmediato. La presión alta que el técnico había exigido dio sus frutos gracias a un robo de Guruzeta, que abrió rápido para un Corpas que vio como Nolaskoain llegaba solo al punto de penalti para regalarle una asistencia que el zumaiarra aprovechó para devolver las aguas a su cauce con su segundo tanto del curso.

Tras este intercambio de certeros golpes, el combate se fue enredando con alocadas llegadas de unos y otros, entre las que sobresalieron un uno a uno que Sergio Álvarez picó sin lograr engañar al portero cordobés, y un último remate de Jorge Pascual que el exarmero Jose Antonio Martínez taponó.

En la segunda mitad, el Córdoba salió con una marcha más y habría tenido su recompensa de no ser porque el poste rechazó un cabezao de Isma Ruiz a la salida de una falta.

La entrada al campo de Bautista, Matheus y Puertas reanimó a los armeros, que tuvieron en las botas de Xeber una inmejorable oportunidad que Bautista le dejó a placer. Pero mientras el hondarribitarra mandó el balón al limbo, los recién salidos Yoldi y Mendes se aliaron para condenar a su rival a un último triste viaje de vuelta a casa.