El buzón de los lectores donostiarras

Sirimiri: Mano de pintura al frontón de Lorea

M. J. apoya el sirimiri de J. Miguel Mitxelena: «El trabajo de un político debe basarse en la gestión de nuestros impuestos para cubrir las necesidades de los ciudadanos, según una escala de prioridades. Pero lo primero que hacen es subirse el sueldo, rodearse de asesores (clientelismo político) que muchas veces tampoco están capacitados. Otras veces, encargan estudios a empresas privadas. ¿Para qué están los funcionarios de los distintos departamentos? Son estos funcionarios quienes deberían asesorar y estudiar los temas de la ciudad, puesto que llevan años manejando los temas y tienen todos los datos para ello. Conocen las experiencias que no han resultado y el recorrido de mejora. Pero, claro, si tú me apoyas, yo te coloco en algún sitio. ¿Por qué la oposición no dice nada? Porque esperan tener el poder en algún momento y hacer lo mismo. Tenemos una ciudad con 180.000 habitantes, que pagan más impuestos que en otras ciudades y un alcalde con el quinto sueldo más alto de España, y donde las quejas de los ciudadanos son continuas: aceras en mal estado, falta de limpieza, jardines sin arreglar, árboles sin podar, planes de movilidad que crean problemas ciculatorios, falta de personal en servicios sociales, falta de seguridad en la calle... Sr. Alcalde, prescinda de los asesores y estudios externos, básese en el trabajo de los funcionarios y tenga en cuenta la opinión de los ciudadanos».

Jon escribe sobre el nuevo ZM: «Ya están avanzadas las obras de lo que antes era el Zurriola Marítimo y la parte de abajo a la derecha sigue siendo un foco de trapicheo y suciedad donde no debería seguir durmiendo gente. Espero que clausuren ese hueco para que esto no suceda».

Fernando, un paciente de Osakidetza, envía el siguiente escrito: «El Viernes Santo acudimos al ambulatorio de Amara y nos extrañó no ver a muchas personas. Cuando nos atendieron nos dijo la enfermera que no había médico y que ella no podía recetarnos unos medicamentos después de mirar los síntomas. Nos instaron a que fuéramos a la calle Bengoetxea. Llegamos y estaba aquello como decía el dúo Sacapuntas: abarrotada. Después de pasar muchísimo tiempo nos atendieron muy bien. Es de agradecer al Sr. Urkullu como a su consejera Sagardui lo bien que tenemos Osakidetza. A ver si los próximos que entren lo hacen mejor».

Jose Mari Iriarte propone: «Comprobado el jueves el enorme flujo de turistas en la Parte Vieja, es aconsejable controlar el número de turistas que acceden a las horas punta al barrio. Ya sea por conteo o por volumen, debería limitarse la entrada de gente para evitar incomodidades a los vecinos y al resto de donostiarras».

M. S. opina: «He leído a P. Torija en el Sirimiri y estoy totalmente de acuerdo. Y no solo yo. Últimamente es lo único que comentan los ciudadanos de San Sebastián. Da igual por dónde entres o salgas de la ciudad, todo son obras, suciedad, ruido. Las calles con el asfalto para matarse, aceras destrozadas, por la Avenida da miedo circular... Totalmente de acuerdo. Sr. alcalde, póngase las pilas».

Denuncia Javier: «Qué bonito es que Donostia se haya convertido en una ciudad de servicios para el rugby francés. Vecinos que no pueden mover el coche, pasear por las aceras, tomar un txakoli en el bar, ver coches aparcando en residentes, y utilizando los contenedores de basura como urinarios. Al servicio de los intereses».