Sirimiri: «Auténtico vertedero» en la calle Azpeitia 2

José Luis Urquía escribe: «Habiendo leído la queja de un ciudadano sobre el estado del árbol que da nombre a la plaza del Sauce, quiero informar de que el árbol en cuestión no se trata de un sauce, sino que puede tratarse de un falso pimentero repuesto por error en el mes de mayo por el Ayuntamiento. Su estado actual se debe a que los jardineros han utilizado como tutor un poste de caña que como mucho puede asegurar una mata de alubias. ¡Así nos va!».

Comenta F.R.B. sobre la intención municipal de ubicar un parking disuasorio donde estaba previsto un parque: «Después de la desconsideración del Ayuntamiento, tanto hacia los vecinos de Marrutxipi, como a la participación ciudadana, pienso en por qué de repente el Ayuntamiento se ensaña con esta zona recargada de constantes problemas de tráfico sin antes solucionarlos. ¿Por qué se sustituye un parque por un parking sin poner otras soluciones sobre la mesa? ¿Por qué no se construye un edificio para coches allí donde ahora mismo hace falta? Dígase Illumbe-zona hospitalaria. A día de hoy, desde Marrutxipi hacia Gros y Herrera, se genera un aumento considerable de contaminación de todo tipo de partículas; de la misma manera que habrá que regular con todos los medios posibles la circulación para hacerla más reposada y segura para todos. Y si la idea de sustituir el parque por el parking sigue adelante es preciso remodelar inmediatamente el parque Maritxu Guler utilizado por los vecinos de la zona, con un uso muy importante de niños de centros escolares e internos en residencias de mayores, así como por sus familias, creando zonas de sombra y protegiéndolo de la lluvia, evitando lugares escondidos por la vegetación, que sirven para pernoctaciones y acumulación de suciedad en el espacio de juego de los niños».

Apunta A. L.: «Villa Celayenea de Ategorrieta viene a engrosar el largo y sonrojante listado de villas y edificios históricos derribados en la ciudad. La masa verde que la rodeaba también ha sido destruida. Como viene sucediendo los últimos años, en su lugar se van a construir viviendas de lujo con su correspondiente piscina. Todo muy sostenible, claro. La desidia y el mal hacer en materia de urbanismo, con precios de alquiler y venta por las nubes, y la insensibilidad respecto al patrimonio urbano y natural son los ejes que guían al Ayuntamiento. Cuando cada vez más voces expertas apuestan por una arquitectura de verdad sostenible que consiste en renovar y rehabilitar lo construido, en Donostia, con el silencio cómplice del COAVN, nuestros políticos ponen la alfombra roja a aquellos que no tienen ningún escrúpulo en destruir y especular. Ni en la peor de las pesadillas habríamos soñado esta terrible realidad».