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Si los toros fallan, no hay espectáculo
Nadie negará a Morante las ganas de cumplir cada vez que torea. El piso de la plaza, lo negativo de la tarde. Lo mejor, el numeroso público joven
MANOLO HARINA
Sábado, 13 de agosto 2022, 23:27
Bien es cierto que echar la culpa al piso de plaza puede ser un recurso muy manido para ocultar cualquier tipo de fracaso. Pero hay ocasiones que no se trata de una excusa sino de una realidad. El ruedo de Illumbe era ayer la antítesis de lo que debe ser el lugar donde se desarrolle la lidia. Duro, compacto, los areneros se ganaron bien su sueldo. Después de cada toro la labor de cubrir los agujeros, casi socavones llevaba un tiempo importante y un esfuerzo. Que un toro clave las astas en la arena y de la vuelta de campana una vez, pase, pero que lo haga dos veces y no solo un toro sino dos, algo querrá decir. Que los toreros se descalcen para torear y que lo hagan en los terrenos del tendido siete de la plaza, porque allí no se levantaba el piso, también. ¿Hay un culpable? Sí. El escaso tiempo que ha tenido la mpresa para una vez retirada la pista de básquet, colocar la tela geotextil sobre el cemento, la capa de arena y el albero. Vamos a ver que pasa en las dos corridas que restan. Y centrándonos en la lidia, es muy difícil que ningún torero pueda llegar al público si no tiene un enemigo a quién enfrentarse en buena lid. La corrida de 'Zalduendo' ha sido decepcionante y el sobrero de «La Palmosilla» no ha querido desentonar. Los toros que podrían cumplir con aquella acepción del 'toro de San Sebastián' que se utilizaba en otras épocas salieron los más con alegría, alguno abanto, y respondieron a los montados. Incluso el cuarto realizó una vistosa pelea en varas que propició una gran ovación al picador Aurelio Cruz.
Pero a partir de ahí, dubitativos en banderillas y decepcionantes en la muleta. Ni tan siquiera encastados en manso, sino descastados, desrazados, huidizos, imposibles para el torero. Y en la terna que hizo el paseíllo, tres toreros de los llamados de arte. Morante que puso toda la carne en el asador, Alejandro Talavante que quiere, pero parece que no llega y un Pablo Aguado desdibujado.
Tres toreros con mucho esfuerzo ante siete toros que no dieron la talla ante un buen cartel en el coso de Illunbe
Morante calló los murmullos del publico al recibir a 'Disparate', su primer toro, con tres verónicas. Y tras la primera vara otras tres, pausadas, al estilo más clásico, las manos altas, ese capote tan liviano a un palmo del suelo, dando salida al toro con enorme facilidad y rematando con una elegante media. El comienzo de faena, en terrenos del siete, con ayudados con dos manos, primero por bajo y luego a media altura sacando al toro del tercio rematados por tres pases de pecho. Buscó la distancia para torear por el pitón derecho, pero a partir de hay solo hubo voluntad por parte del torero. Una serie al natural, pase a pase y una tanda importante por el pitón derecho, fue lo único a destacar. No acertó con los aceros y todo quedó en una muy merecida grandísima ovación. El cuarto era un toro desconcertante, el tercio de varas fue vistoso, más que de calidad, pero en banderillas se vino abajo como sus hermanos. Pausado omienzo de faena igualmente por ayudados. Intentó José Antonio ver las condiciones del toro por cada pitón y ante los parones y huidas del toro, hizo lo correcto, abreviar.
La faena de Talavante al segundo, un toro que se dejó un poco, fue de lo mejor que le hemos visto este año. En redondo apareció ese toreo templado, a veces displicente que echábamos de menos y que llegó al público. Igualmente, unos pocos naturales elegantes y despaciosos, para volver al pitón derecho en una gran tanda. Finiquitó con tres manoletinas de frente y marró con la espada lo que le privó sin duda de un trofeo. Del quinto habría que quedarse con os dos faroles de recibo y poco más; la faena deslucida y aburrida.
Si los toros no ayudan y además el torero no pone de su parte, todavía es más difícil. Pablo Aguado necesita un descanso. No le faltó voluntad en su primero, pero con eso solo y con la scasa calidad del toro, quizás el peor de los seis, pasó de puntillas. Con el sobrero de La Palmosilla, mas de lo mismo, incluso descentrado, contagiado por las protestas del tendido, no acertó a ligar una serie y dio un recital de pinchazos. Aun así, se silenció su labor en ambos.
Si hay algo positivo de la corrida es el gran ambiente previo al festejo y la importante presencia de público joven, como hacia mucho tiempo no veíamos en una plaza de toros, que es un motivo de esperanza para la fiesta tautina.
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