«Tocamos lo que la gente quiere oír»

La Aste Nagusia es sinónimo de fiesta, y si hay fiesta, la txaranga Joselontxos está ahí. En una semana frenética, la música se convierte en protagonista indiscutible de la Semana Grande que empieza desde la explanada de Sagüés y termina en La Flamenka de los Piratak. Estos once músicos donostiarras salen a las calles un año más a seguir poniendo color a una fiesta de la que son parte desde 2011.

Eneko Gómez prepara su trombón minutos antes de dar el 'do de pecho' durante cuatro horas. Jóvenes y mayores acompañan al grupo en su paso por las calles de lo Viejo antes de llegar a los jardines de Alderdi Eder. «Nos hace mucha ilusión volver a tocar en la Aste Nagusia. Además, este año actuaremos el último día de fiesta junto con el toro de fuego. Lo importante es crear buen ambiente y que la gente se lo pase bien. Ese es nuestro objetivo».

Los ensayos en el local que tiene el grupo en Errekalde dieron sus frutos con temas clásicos 'Hau dok umorea' y otros contemporáneos, con especial guiño a la Donostia que dibujan las canciones de La Oreja de Van Gogh.

«Somos una txaranga que trabaja durante todo el año. Al llegar el verano solemos incorporar las canciones que más están sonando y, sobre todo, que la gente quiera oír», asegura el músico sin querer desvelar su repertorio de canciones. «Eso se queda para el directo, sino es hacer spoiler».

Los éxitos de la radio siempre son un acierto a la hora de poner ritmo en las calles para este veterano de los Joselontxos que vio nacer el grupo en 2008.

«Desde la pandemia el ambiente se ha animado más en la música en directo en las calles. Donostia no es como un pueblo pequeño de Euskal Herria donde hay más tradición de seguir a las txarangas. En Gasteiz tenemos las blusas y en Iruñea a las peñas, el futuro está en dar con esa formula. Aunque es verdad que poco a poco se está consiguiendo esa atmósfera».

Para el trombón de 29 años, la importancia del directo es clave a la hora de animar a las cuadrillas durante el recorrido. «Nos ponemos el uniforme, cogemos los instrumentos y le damos fuego. Ni siquiera tenemos el orden de las canciones preparadas con anterioridad, según el ambiente elegimos que se toque un tema u otro».

Saxofones, trompetas, tambores... Poner ritmo a la Aste Nagusia donostiarra no deja de ser un reto para estos jóvenes que crearon su txaranga hace más de una década. «No nos ponemos nerviosos cuando actuamos, pero sí que te emocionas en algún momento. La música en directo supone aguantar muchas horas soplando tu instrumento. Si no estás preparado, una maratón como este es totalmente imposible».