«Son unas fiestas a la donostiarra, con sus propios valores»

Con una trayectoria profesional envidiable tras su paso por Punto Radio, Radio Nacional de España, Canal 24 horas y Televisión Española como redactora, editora, presentadora y directora, María Eizaguirre (San Sebastián, 1978) lidera actualmente la Dirección de Comunicación y Participación de RTVE, una responsabilidad que la ha catapultado a una innegable popularidad gracias a la creación y el impulso de proyectos como el 'Benidorm Fest' o 'La Gran Consulta'.

A pesar de su «disparatada» agenda, Eizaguirre aprovecha cada ocasión para escaparse a su ciudad natal para disfrutar del calor de los suyos.

– ¿Qué significa la Semana Grande para María Eizaguirre?

– Es un momento de diversión, desfase y evasión. Me encanta volver a mi tierra y disfrutarla en compañía de los míos.

– ¿Cómo vivía las fiestas de niña?

– Somos una familia muy numerosa y tengo recuerdos muy bonitos vinculados a mis cuatro hermanos y primos. Antiguamente veíamos los fuegos artificiales desde Ondarreta y luego disfrutábamos del cine al aire libre en la esquina del tenis. No sé si la gente recordará aquellos espectaculares pantallones. Nos parecía un planazo.

– La ruta gamberra de adolescente consistía en...

– Hombre, acudir a la «Zona» (se ríe). Metía muchísimas horas en el Moro y en el Cine con Óscar Casvas. Y después a Bataplán, por supuesto. Me da mucha pena que algunas de esas alternativas no existan.

– Sí...

– No lo puedo evitar. La misma pena que sentí cuando fui viendo desaparecer de forma paulatina las fiestas nocturnas del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

– Hablando de rutas, sé que las gastronómicas le encantan.

– Me apasiona comer y aprovecho mis escapadas a Donostia para disfrutar de la buena comida y bebida. Durante el año en mi frigorífico sólo tengo botellas de champagne, jamón ibérico, queso de Burgos y botellas de buen vino.

– Por lo tanto...

– Intento comer bien en mi ciudad. Me apasionan restaurantes como el Sukaldean Aitor Santamaría, La Espiga y Rekondo. También me gusta escaparme a otras localidades de la provincia, ya que ahí tengo varios lugares fetiche como los restaurantes-asadores Bedua de Zumaia y el Trinquete Borda de Irun. Son excepcionales.

– ¿Y si tuviera que organizar una ruta de pintxos en Semana Grande con amigos?

– Soy de clásicos. Me gusta la brocheta de gambas del Goiz-Argi, el foie del Sport y del Aita Mari, el bacalao de Casa Vergara, la tortilla del Paco Bueno, la gilda de Casa Vallés y cualquier pintxo del Ganbara, del Txepetxa, de La Cuchara de San Telmo o del Gandarias.

– ¿De postre?

– Lo tengo claro: la tarta de queso de la Viña, la panchineta de Otaegi y después a disfrutar de los fuegos.

– El sitio más especial para ver los fuegos artificiales es...

– Ondarreta. Aunque sean de menor tamaño que los de antaño, en ese lugar me siento como en casa. Soy muy leal a todo, incluso a las localizaciones. Y si lo vinculo a mi infancia, cualquier lugar se convierte en mágico. No cambiaría Ondarreta por nada, ni por la playa de La Concha.

– Le escucho y pienso en todos aquellos que dicen que a la Semana Grande donostiarra le falta algo.

– Para nada. Es una Aste Nagusia diferente, a la donostiarra y el que no entienda lo que es ser de San Sebastián es su problema.

– ¿Qué significa ser de Donostia?

– Mira, ser donostiarra, y aunque suene un poco presuntuoso, es tener una forma de vida, una forma de ser, unos valores propios. Creo que la gente de San Sebastián tenemos una manera de ver la vida parecida y eso nos une e imprime carácter propio. Ni mejor ni peor, diferente, singular. Donostia es una ciudad que inspira a todos los niveles y como tal, no podía tener una Semana Grande al uso, ni parecida a las demás.

– Queda dicho. Gracias por atendernos.

– Gracias a vosotros. Ya sabéis que El Diario Vasco significa volver a casa.