San Sebastián

Proyectos que no caen en el olvido

El motivo principal de este retraso -que no olvido- hay que buscarlo en los efectos negativos del actual escenario internacional de incertidumbre. El consistorio se ha visto obligado a revisar al alza la mayoría de contratos por culpa del IPC. El precio de los materiales de construcción está disparado por la crisis energética y la falta de mano obra especializada también ha influido en el incremento de los costes. Esto ha provocado que muchos concursos públicos quedaran desiertos por la falta de interés de las empresas, que no solo no veían rentable entrar en las licitaciones, sino que en algunos casos ni siquiera les alcanzaba para cubrir gastos. Volver a licitar las obras, con actualizaciones de precios entre el 20% y el 30%, se ha traducido en meses en demora en los plazos previstos.

La otra gran piedra en el camino ha sido la pandemia, que desde 2020 ha golpeado de manera directa el corazón económico de la ciudad -turismo, comercio y hostelería-, realidad ante la que los responsables municipales han tenido que replantearse el orden de prioridades y volcar los esfuerzos en ayudar a capear el temporal a los sectores y ciudadanos más perjudicados. En 2022 todavía se imponían restricciones a la movilidad y eso ha frenado la recuperación de la actividad anterior a la llegada del coronavirus, lo que ha condicionado los tres últimos ejercicios.

«La pandemia nos ha causado un gran daño y nos ha obligado a reperiodificar cantidad de proyectos», lamenta Eneko Goia. El alcalde explica que todas las inversiones incorporadas al Presupuesto en vigor ya se han adjudicado y se encuentran en fase de ejecución o se hallan en proceso de licitación, es decir, «están en marcha». Pero como hasta que no concluyan no se procede a su abono, el dinero reservado para tal fin hay que arrastrarlo desde las cuentas de 2022 y traerlo a las de 2023.

Entre los proyectos seleccionados destacan, por su cuantía económica, la electrificación de la flota y cocheras de Dbus y la instalación de marquesinas inteligentes (20 millones de euros), la urbanización del polígono de Eskusaitzeta (2 millones), la construcción de la oficina de turismo en la casa consistorial (1,9 millones), la implantación de la OTA en Loiola y Melodi (1,4 millones) o la urbanización de los alrededores de Anoeta (1,1 millones).

Se reservan además 5 millones para el primer pago al Ministerio de Defensa a la firma del acuerdo de compraventa de los cuarteles de Loiola y otros 9,3 millones para la certificación final de las obras del edificio Pescadería de la Bretxa.

Hay otras muchas partidas, de menor importe, que son esperadas como agua de mayo en los barrios de la ciudad y que, al no verlas reflejadas en el Presupuesto de 2023, ya había quien las daba por perdidas. En Bidebieta, por ejemplo, se sorprendieron al ver que solo se iban a gastar 30.000 euros en el proyecto 'Donostia Apain', una intervención artística para decorar fachadas y paredes con murales. Sin embargo, hay otras dos actuaciones que se acometerán este año: la renovación del parque con mejoras de accesibilidad, jardinería y nuevos espacios lúdicos y de estancia -con cargo a las cuentas del Distrito Este-, y la conexión ciclista con Trintxerpe, de 0,5 millones cada una.

El capítulo de bidegorris se completa con el arreglo de los existentes en el Antiguo, paseo de Francia y Árbol de Gernika (559.000 euros) más otros 513.000 euros para reparaciones varias y nuevos proyectos y 57.400 para aparcabicis. En total, más de un millón de euros para mejorar las infraestructuras ciclistas, una demanda recurrente de quienes se mueven por la ciudad en bicicleta.

En la acera de los pares de Sancho el Sabio, en Amara, se abordará la reordenación que ya se hizo en el lado impar. Con un presupuesto de algo más de un millón de euros, los trabajos durarán siete meses y permitirán generar un paso libre de obstáculos de seis metros de anchura junto a los edificios y una banda verde con árboles y parterres junto a la calzada. También en Amara, este año se rematará la reforma de la plaza de los Estudios, un proyecto que ha sufrido infinidad de contratiempos pero que ya pronto verá la luz. Para acabar esta obra se han consignado 600.000 euros.

Las instalaciones deportivas municipales le darán un buen mordisco a esta bolsa de 62 millones incorporada al Presupuesto recién aprobado por el Pleno. En este apartado se incluyen la nueva grada del frontón del Antiguo (300.000 euros), el cerramiento de los laterales del polideportivo de Mons (250.000 euros), el nuevo parque de parkour de Benta Berri (151.000 euros) y el parque de calistenia y la pista de 'pump track' para bicicletas BMX en Arrobitxulo (200.000 euros).

El de Arrobitxulo, que también contará con mejoras en el alumbrado público (150.000 euros), no es el único parque que se beneficiará de las partidas no ejecutadas en 2022. En Larratxo se cubrirá la zona de juegos junto a Irale y en Marrutxipi se creará el parque Sorleku con 600.000 euros. Además, se destinarán 360.000 euros a renovar parques infantiles de la ciudad y otros 413.000 a la conexión del parque fluvial con el Polígono 27.

No faltan tampoco partidas para mantenimiento urbano, asfaltado, semáforos, saneamiento, arbolado y actuaciones como la barandilla de La Concha, la grada del Hipódromo, el muro de Bera Bera, derribos en la calle Amara y Martutene, las cabinas colectivas de las playas, el enlace de Marrutxipi y mejoras en centros escolares y de accesibilidad, así como para la redacción de proyectos como el de la plaza Ferrerías o el Bus Eléctrico Inteligente.