Borrar
El edificio GOe del Basque Culinary Center afronta ya la fase final de la obra. José Mari López
GOe

Cómo levantar un edificio singular en tiempo récord

La construcción del edificio del Basque Culinary Center en el barrio donostiarra de Gros va en los plazos previstos, una rareza en una ciudad donde los proyectos tienden a dilatarse

Miguel Ángel Mata

San Sebastián

Domingo, 22 de junio 2025, 00:46

Las obras arrancaron en enero de 2024 y prevén culminarse en septiembre. En menos de 20 meses San Sebastián habrá parido un edificio singular, arquitectónicamente complejo, que se presenta como un nuevo icono de la ciudad para el futuro. Se trata del GOe (Gastronomy Open Ecosystem - ecosistema abierto de gastronomía) promovido por el Basque Culinary Center (BCC) en el barrio de Gros. La rapidez con que se ha ejecutado el proyecto y levantado una estructura de semejantes características ha llamado la atención de buena parte de la sociedad donostiarra y guipuzcoana. «¡Cómo se nota que aquí sí hay interés en que termine a tiempo, lo han hecho en un ti-ta!» o «si este edificio lo han hecho en año y medio no se explica que otras obras más sencillas tarden mucho más» son comentarios habituales entre los conductores y paseantes que transitan asiduamente por la zona de Manteo y son testigos de la evolución de los trabajos.

Y es que el inmueble, si nada se tuerce en esta fase final, se habrá construido en tiempo récord. Cierto es que el plazo de ejecución de la obra está fijado en 17 meses y, según ese cronograma, los trabajos deberían finalizar a finales de julio. Pero una demora de mes y medio puede considerarse un ligero ajuste más que un retraso.

Más si cabe en una ciudad acostumbrada a que sus proyectos estratégicos se eternicen. Bien sea por trifulcas políticas, pleitos con vecinos, asociaciones o entre instituciones, mala planificación, o imprevistos surgidos durante la obra, los donostiarras se han habituado a poner en entredicho los plazos anunciados en los albores de cada iniciativa.

Sin ir más lejos, ahora mismo la construcción del nuevo edificio de consultas externas del Hospital Donostia, que debía haberse iniciado en abril, no tiene fecha de arranque porque no se ha previsto aparcamiento alternativo para cuando se tenga que cerrar por completo el parking de los hospitales.

Recreación de cómo quedará el edificio, vistas desde el interior y trabajos en la cubierta. José Mari López
Imagen principal - Recreación de cómo quedará el edificio, vistas desde el interior y trabajos en la cubierta.
Imagen secundaria 1 - Recreación de cómo quedará el edificio, vistas desde el interior y trabajos en la cubierta.
Imagen secundaria 2 - Recreación de cómo quedará el edificio, vistas desde el interior y trabajos en la cubierta.

En el centro de la ciudad, el edificio del Bellas Artes albergará finalmente el año que viene un hotel tras décadas de contienda. También décadas ha tardado la solución para Illunbe. Incluso el Kursaal vivió sus propias vicisitudes hasta que concluyó el proyecto de Rafael Moneo.

Nada de esto ha ocurrido con el GOe, al menos hasta la fecha. De este modo, la nueva sede de la universidad donostiarra de la gastronomía y la alimentación podrá arrancar su actividad en octubre, como estaba previsto.

«Planificación y control»

Y eso que además de por su volumen, el diseño del edificio y la utilización de materiales específicos lo hacen singular y de una ejecución más compleja de lo común. También tiene complicación 'lo que no se ve', como las salidas de humos especiales, o los sistemas de drenaje e impermeabilización que permitan mantener un parque en su cubierta, que tendrá zonas verdes y será transitable por la ciudadanía.

Paz Simón, directora de Operaciones del BCC, explica los motivos que han permitido que la obra del GOe vaya en tiempo y forma. «Ha habido una planificación muy exigente, con fases de obra muy detalladas, luego un control exhaustivo del desarrollo de los trabajos y, por encima de todo, un modelo de gobernanza muy colaborativo entre todos los principales participantes en el proyecto que nos ha permitido ir de la mano desde el minuto cero». Estos agentes son el propio BCC, el estudio de arquitectura danés Bjarke Ingels Group (BIG) que ganó el concurso, el estudio vizcaíno BAT que le presta soporte, y la constructora Amenabar, encargada de la obra.

Singularidad

Su diseño, materiales y sistemas interiores hacen que esta obra sea más compleja de lo habitual

Respecto a la planificación, Simón subraya que «para nosotros el trabajo comenzó hace 3 o 4 años, desde el momento en que se lanzaba el concurso para construir el edificio. Luego ha venido toda la preparación con BIG para definir qué y cómo se querían las cosas». Apunta en este sentido que «nos hemos encontrado con un arquitecto súper profesional que ya previó todos y cada uno de los requerimientos técnicos y urbanísticos que podrían llegar a alterar los planes iniciales de la obra, de modo que cuando han llegado ya los teníamos contemplados y no han supuesto mayores problemas. Contratiempos claro que hay, pero por ahora no complicaciones serias».

El papel del Ayuntamiento

Rechaza que el hecho de que el Ayuntamiento de San Sebastián forme parte del patronato del BCC haya supuesto una ventaja. «Más bien diría que al contrario. Ha sido súper exigente». A nadie escapa que la contestación que el GOe tiene en una parte de los vecinos de Gros hace que cada paso y detalle esté mirado con lupa y que tanto los promotores del edificio como las instituciones sepan la repercusión que tendría cualquier mínimo fallo, incumplimiento de lo previsto, impacto negativo de la obra o, en el futuro, de la actividad de la instalación.

Simón cita como ejemplo el caso de las protecciones acústicas. «Ya preveíamos unos sistemas de primer nivel, y el Ayuntamiento nos requirió otros, muy superiores a los habituales. No han perdonado ni una», recalca. E insiste en que «todas esas circunstancias estaban previstas, y por suerte Amenabar es una empresa con peso suficiente que tiene el proceso muy controlado, desde la obtención de materiales, la red de proveedores... que permiten agilizar la respuesta a cualquier contratiempo».

Exigencias

Entre otros requerimientos el Ayuntamiento ha obligado a mejorar las protecciones acústicas

El control no es solo externo. También interno. «Los propios arquitectos comprueban al menos una vez por semana el avance de la obra y supervisan el más mínimo detalle», apunta la directora de Operaciones del BCC, «Recuerdo un día que estuvieron ¡5 horas! revisando una muestra de 2x3 metros de un módulo de la fachada. La perfilería utilizada, el tono y matiz exacto de color (en ese caso negro ultra mate), que los ángulos fueran de 90º perfectos... hasta el más mínimo detalle».

Donde no ha habido sorpresas ha sido en el terreno. «Había lo que se detectó en las catas, sin imprevistos», aplaude.

En el tramo final de la obra queda «quizás lo más complicado», advierte Simón. Sobre todo la fachada, que es «una locura», subraya la responsable del Basque Culinary Center, quien remata asegurando que a pesar de ello el resultado será «una obra de arte».

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Cómo levantar un edificio singular en tiempo récord

Cómo levantar un edificio singular en tiempo récord