Los Gigantes de Donostia ya están listos

No bailarán, ni tampoco desfilarán. Si bien el verano pasado estuvieron expuestos en los distintos barrios donostiarras, este año las cuatro parejas de Gigantes que representan a Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra descansan todas juntas desde ayer y hasta el segundo domingo de regatas, el 12 de septiembre, en el Museo San Telmo. Junto a cada pareja, un cartel recoge su historia, así como las características de su vestimenta. Una indumentaria que ayer pasaba un último chequeo por parte de María Jesús Torres, directora de Donostia San Sebastián Festak. «Nuestros gigantes tienen que estar siempre presentables, guapos y guapas», señala mientras inspecciona sus ropajes.

Lo cierto es que, antes de ser exhibidas, las grandes figuras han pasado por un proceso de chapa y pintura en los almacenes donostiarras donde aguardan durante todo el año la llegada de agosto. Allí, explica Iñigo García, vicepresidente de Itzurun Konpartsa, «se montan, se les aplica alguna capa de pintura, se repasa algún detalle, se arreglan posibles desperfectos y se revisa su indumentaria». Karmele Aranburu es la modista encargada de arreglar las telas que visten a las ocho figuras y de su planchado. Si bien «en el traslado siempre salen arrugas», apunta Torres mientras atisbaba alguna que otra pequeña arruga en las largas faldas. «Tendremos que pasarle un planchado de vapor», piensa en alto.

García comenta que «después de los fuegos artificiales», la kalejira de Gigantes y Cabezudos es el evento que «más gente mueve» en Semana Grande. Son personajes que, a punto de cumplir 40 años de historia junto con Itzurun Konpartsa, forman parte de la cultura local donostiarra. «En la konpartsa nos encargamos de mantenerlos, cuidarlos y darles vida», explica el vicepresidente. Dar vida a unos personajes entrañables que, como el Olentzero cada Navidad, los niños esperan cada verano para verlos durante las fiestas de Donostia.

«Son dos años ya sin salir y hay niños que no los conocen aún», lamenta García. Por ello espera que el año que viene, en su 40 aniversario, «podamos hacer algo especial y, tras el cañonazo, salir a la calle con ellos».