Nikolas y Nerea en Seúl, donde la Federación Internacional de Dronesoccer les admitió en sus filas. FIDA

Ciudadanos | Nikolas Iriondo Igartua, Nerea Pérez Oroz

«Drones protegidos por carcasas vuelan y chocan dentro de una jaula»

Pioneros, premiados, federativos; los drones y el fútbol

Begoña del Teso

San Sebastián

Miércoles, 3 de enero 2024, 07:40

De Tafalla ella. De Orio él. Estudiantes de Leinn (Liderazgo Emprendedor e Innovación), un grado que se suele rematar en Málaga. Y en Berlín, Shanghai, Puebla y Querétaro, en México. También en Corea. Y es allá, en el país del K-pop y las películas de Bong Joon-ho, donde Nerea y Nikolas tuvieron noticia por vez primera de un deporte nuevo en casi todo el planeta y desconocido (hasta mañana mismo o hasta que se vayan los Magos) en nuestro país: dronesoccer/fútbol con drones.

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– Yo diría que teniendo en cuenta que la International Federation Dronesoccer Association está integrada en la Federación Internacional de Deportes Aéreos y vosotros habéis entrado en contacto con la comisión de aeromodelismo de la Española de Aeronáutica...

– Así es, ¿a dónde quieres llegar?

«Hoy por hoy somos dos, pero hemos conseguido los 15.000 euros de uno de los Mondragon University Awards y contrataremos a un ingeniero. Mientras, haremos exhibiciones en ikastolas e institutos»

– A que más que a autos de choque voladores lo que os habéis traído de Seúl se parece mucho...

– ¡Al quidditch! El fútbol aéreo sobre escobas voladoras que practican en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería donde estudia Harry Potter y en otras academias mágicas. El dronesoccer es menos antiguo, pero está llamado a ser el deporte TIC (Tecnología de Información y Comunicaciones) de la cuarta revolución industrial. Ha sido desarrollado por el Instituto de Tecnología Mecatrónica Camtic. Las primeras competiciones tuvieron lugar en 2016 en Jeonju, Corea del Sur. Desde entonces, habrá habido unos 20 campeonatos y ya se ha extendido a Estados Unidos, Francia, Japón o China.

– Y ahora lo tenemos aquí mismo. ¿Cuándo entrasteis en contacto con el dronesoccer?

– Durante nuestra estancia en Corea, antes de graduarnos en Leinn. Durante la primera competencia mundial. Fue en mayo en el Centro de Convenciones Songdo Convensia de Incheon. Participaron 40 equipos internacionales. Impresionante, en serio.

– Pero vosotros ya habíais tenido un primer encontronazo con esta sublimación tecnológica del quidditch...

– Sí. Por casualidad. Un día vimos a mucha gente jugando en un inmenso descampado. Había una jaula en la que volaban los drones protegidos por una carcasa con forma de balón. Fuera estaban los pilotos, dirigiéndolos. Era fantástico, lo nunca visto.

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– Y pensasteis, ¿por qué no?

– Más o menos. Nos dimos cuenta de que estábamos ante una realidad que resultaba ser una disciplina innovadora. En verdad, una soberbia combinación de deporte y tecnología, puesto que entran en juego la electrónica, la robótica, la aeronáutica y mucho más. Dado que el grado que hemos escogido implica el 'learning by doing' o 'aprender haciendo', vimos una oportunidad magnífica. Para graduarnos con algo espectacular. Y para introducir en Euskadi y en España un deporte alucinante, creativo. divertido y que exige estar preparado en las habilidades Steam....

– ...Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas. Creasteis una empresa y una federación. Como si tal cosa.

– Flybble se llama la empresa (www.flybble.com) y a través de ella nos hemos comprometido a fomentar la inclusión, la diversidad y la intergeneracionalidad. En cuanto a la federación, que no es solo a nivel de Euskadi sino que ya es la española, tuvimos que negociar, naturalmente, con los máximos representantes de la internacional. Les convencimos de que los jugadores que formásemos en la aún no existente (en mayo) federación serían una gran potencia a nivel mundial.

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– No es extraño que ganaseis una de las becas en la última edición de los Mondragon University Awards. 15.000 euros, ¿no?

– Justo, los vamos a emplear en contratar un ingeniero que formará parte del equipo inicial de Flybble y también de la federación. Porque, repetimos, es un deporte. Pero un deporte surgido en el siglo XXI y, por tanto, tecnológicamente avanzado.

– Los dos acabáis de sacar en noviembre la licencia de pilotos UAS en categoría A1/A3, tras una formación reconocida por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, imprescindible para pilotar drones, pero habláis mucho de estar bien preparados en asuntos tecnológicos...

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– Claro. Ten en cuenta que el dronesoccer es un deporte de contacto. Entre drones, por supuesto, pero de contacto. Chocan y, a pesar de la carcasa protectora, muchas veces se estropean, se inutilizan. Cada jugador es responsable del suyo, así que ha de tener conocimientos más que básicos de mantenimiento y reparación de su vehículo aéreo no tripulado, capaz de mantener de manera autónoma un nivel de vuelo controlado y sostenido.

– Cuando vayáis por las ikastolas, lizeos o institutos van a alucinar. En el patio de deportes y en clase de robótica.

– Eso queremos. No vamos a ponernos en contacto solo con los profesores de actividades físicas o los monitores de multideporte. No, necesitamos la colaboración de quienes enseñen eso, habilidades tecnológicas, Y desde luego, nuestro primer campeonato será algo inolvidable, total.

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