La chispa que estalló en la cima de Igeldo
Aniversario. El 31 de julio de hace 50 años se abrieron Ku y Akelarre en el mismo edificio. La mítica disco es historia: su pista es hoy 'spa' del hotel de Subijana. Viaje por medio siglo de música y cocina
Una discoteca y un restaurante en un mismo edificio, en un lugar tan apartado del centro de Donostia como la cima de Igeldo, en 1970... Aquello no parecía tener futuro», rememora hoy Pedro Subijana. Pero lo tuvo.
En realidad fueron dos 'futuros' bien distintos. Ku se convirtió en una discoteca mítica, con ampliación luego en Ibiza, avance de modernidad y de excesos hasta que los cambios de hábitos sociales y las deudas la cerraron en 2004. Akelarre tardó en arrancar, pero con en el paso del tiempo terminó convertido en uno de los grandes restaurantes, con tres estrellas Michelin desde 2007. Más aún, desde hace tres años es también hotel de lujo con 22 exquisitas habitaciones.
«Así son los tiempos: lo que era Ku es hoy el spa del hotel», recuerda Subijana, memoria viva de «esa chispa que prendió en la cima de Igeldo» y que este viernes, 31 de julio, celebra exactamente sus 50 años. «Queríamos celebrar una conmemoración, pero los complicados tiempos que vivimos nos lo impiden», dice el cocinero donostiarra.
El dato
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1970 El día de San Ignacio de ese año empezó una historia que cumple medio siglo. No podrá celebrarse por culpa del virus.
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50 años en siete fechas :
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Inicio El 31 de julio de 1970 nacen en Igeldo a la vez, y juntos, la discoteca Ku, que enseguida se convierte en éxito, y el restaurante Akelarre.
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Pedro Subijana Toma el mando de la cocina del restaurante en 1975, logra en 1978 la primera estrella Michelin, la segunda en 1982 y la tercera en 2007.
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El cambio Ku cierra en 2004 y Akelarre se amplía a hotel de 22 habitaciones en 2017.
Punta de modernidad
«Ku fue una revolución en San Sebastián, una punta de modernidad, un lugar donde actuaban los grupos más sorprendentes que llegaban de Londres, donde los franceses de divertían hasta la mañana siguiente y donde muchos donostiarras se soltaban la melena». José María Tato, veterano profesional de la hostelería donostiarra, fue testigo privilegiado de los mejores tiempos de Ku, e incluso de su gestación. «Yo trabajaba entonces el pub Donald's de Amara, que era de Javier Iturrioz, fundador del conjunto Ku-Akelarre junto con José Luis Anabitarte, 'Gorri'», dice Tato.
Gorri murió hace unos años e Iturrioz está enfermo. Tato, que luego regentó locales como el Novecento, Keops o el Kelly's, vuelve a aquellos inicios. «La noche donostiarra ya había sufrido una primera revolución con la apertura de Tiffannys, también en Amara. Cuando se abrió Ku pensábamos que nadie iría hasta ahí arriba... pero nos equivocamos».
¿Por qué esa ubicación en un lugar tan apartado? Al parecer la familia Iturrioz disponía de esos terrenos y surgió la idea de hacer ahí algo distinto. Y funcionó. «La gente no tenía tantos coches como ahora, pero los propietarios pusieron autobuses, en las sesiones de tarde para los más jóvenes y por la noche. Traían la música desde Londres, con aquel eslogan de 'cuando un disco suena, ya es viejo en Ku', y organizaban conciertos con gente de fuera y de aquí, hasta con Alberto Cortez o Antonio Machín».
Cierre por orden gubernativa
Subijana recuerda que cuando Franco agonizaba, en noviembre de 1975, hubo una actuación del grupo 'Desde Santurce a Bilbao' con bromas que provocaron el cierre por orden gubernativa. «Los propietarios gastaban mucho para estar a la última: eran más emprendedores que empresarios», apunta José María Tato. Abrieron en 1978 el Ku de Ibiza, otro espacio mítico. La discoteca donostiarra se mantuvo, acogió algunas de las mejores fiestas del Festival de Cine, pero entró en una fase de languidez que culminó con el cierre en 2004.
Fue de más a menos, la tendencia opuesta de lo que ocurrió al restaurante Akelarre. El azkoitiarra Marcelo Garate llegó desde Londres gracias a las gestiones de Luis Irizar como primer chef. Le sucedió Paco Centeno, pero fue en 1975, con la llegada de Pedro Subijana de jefe de cocina, cuando Akelarre despega. «Me vinieron a buscar al hotel Irache de Estell, donde trabajaba. El principio fue durísimo, pero fuimos remontando y en el 80 ya me convertí en propietario».
Llegaron las estrellas Michelin (una en 1978, dos en 1982 y la tercera en 2007) y el prestigio. Pero Subijana nunca descansa: cuando se hizo con el local de Ku empezó a soñar su hotel. La crisis se llevó el primer intento, pero con la familia Urtasun salió: el 29 de junio de 2017 se inauguró su lujoso hotel de 22 habitaciones, otro éxito sujeto ahora a la crisis del Covid. «De momento capeamos el temporal», avanza.
Por cierto: se llamó Ku por un dios de la fertilidad y se llama Akelarre, según hallazgo de Óscar Elizalde, «porque era palabra euskaldun y los dos nombres encajaban bien con sus K».
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