Una directora de producto, en la carroza que fue calabaza teledirigida. Natalia, en Alderdi Eder. DE LA HERA

Ciudadanos | Natalia Saldaña Egües

«Los chavales y chavalas nos enseñan mucho a nosotros, los de Imagiland»

Desde Oiartzun ayudando a princesas a construir coches teledirigidos

Begoña del Teso

San Sebastián

Jueves, 9 de noviembre 2023, 08:16

Sus genes, como los de sus hermanos, hermanas, primos y primas, son de excelente calidad. Es nieta de Adolfo Saldaña y Mari Carmen Ayerra, creadores ... de Ediciones Saldaña, empresa fundada aquí mismo en 1956 que en su catálogo de 2023 incluye libros llenos de pegatinas, libros llenos de dibus, libros llenos de palabras en otros idiomas, libros para leer en el baño... La editorial está hoy en manos de su padre Fermín y de su tío Ignacio. Con esa genética no es extraño que Natalia estudiase Magisterio Infantil, Pedagogía y Logopedia. Tampoco asombra que sea la directora de Desarrollo de Producto en Imagiland, aventura lúdico-creativa-pedagógica con sede central en Lintzirin. Futbolera a machamartillo, obviamos en la charla el gol de Araujo en el minuto 90

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– Los genes, de categoría, pero el equipo de Imagiland, tampoco está nada mal. ¿Nos lo presentas? Empezando por Iker Martínez, el gestor máximo del almacén y los pedidos.

– Pues sigamos con el director general, Domingo Carro. Y por el director comercial, Javier Jorques. Por David Arbizu, encargado de marketing. Por Victoria Carro, community manager y más. Por Elena Morlans, editora. Desde hace un tiempo colabora con nosotros, desde el sur, desde Andalucía, la profesora Lucía Jiménez, imprescindible porque ella está con los chavales y las chavalas día tras día. En clase.

«A ver, mucha gente cree que la creatividad es pintar o colorear. Pues no. Puede ser resolver problemas científicos, imaginarse dinosaurios o grabar vídeos»

– Entre los que van apareciendo en nuestra charla me falta situar un nombre, Idoia Lobo.

– Se encarga de los temas de diseño y creación de arte en Ediciones Saldaña. Ilustró mi libro.

– ¿También has escrito un libro?

– 'Emotikids, la herramienta para gestionar las emociones'.

– Ahí va, cuenta.

– Surgió durante y también por obra y gracia de la pandemia, Yo estaba en Madrid. Había hecho un master de Audición, lenguaje y psicología en la Universidad Camilo José Cela. Trabajaba en prácticas en un gabinete de, precisamente, logopedia y psicología. Con la Covid volví a casa. Con el tiempo descubrí que había muchos niños nacidos en esos momentos de confinamiento y epidemia que no sabían lo que era jugar en la calle, en la plaza. Y también chavalas y chavales que aunque fueran mayores llevaban mucho tiempo sin el contacto con sus amigos en el patio de la ikastola, en la cancha de deporte. Se sentían raros y no sabían cómo explicar lo que les pasaba. Y los padres tampoco cómo ayudarles. Así que intenté darles algunas herramientas para eso, para saber (y no solo en tiempos de pandemia, claro) comprender por qué un día estás triste, por qué te llevas bien con unos amiguitos y no tan bien con otros. Todo eso con ayuda de Idoia que es madre y conoce a los niños desde la práctica y la conexión diaria.

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– Interesante ¿y cómo llegamos desde esas páginas ilustradas a los siete países (uno tecnológico, otro más fantástico, otro donde se entrenan las habilidades sociales, otro más plástico...) reunidos en Imagiland, todos ellos apiñados (con holgura) en una nave de Lintzirin?

– A quienes habían iniciado ese proyecto de juegos educativos llenos de fantasía, tecnología y diversión les atrajo mi libro y me contactaron. A mí me atrajo su aventura y aquí estoy. Estamos.

– Tenéis juguetes pero no sois una empresa juguetera.

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– No., Creamos mundos educativos y de fantasía. Con ayuda de los chavales y chavalas que nos cuenta muchas cosas y nos dan pistas para más. Por ejemplo, la importancia que tienen en su vida los deportes. Lo que les gustan los piratas. Ellos nos cuentan cosas (preferencias, dudas, hasta algunos miedos) y nosotros les damos el toque educativo. En nuestros países de juego. Hay uno el Funfantastic en el que sin darse cuenta trabajan el desarrollo intelectual y cognitivo más las capacidades lógico-matemáticas. En otra tierra, en Bookid, trabajan las habilidades del lenguaje.

– ¿Y en cuál construyen las princesas coches teledirigidos?

– Pues en la tierra de la ciencia y la tecnología, en Teckids. Mira, todos los juegos de construcción, desde el mecano al Lego, son maravillosos pero claro, levantas con las piezas un castillo, creas un robot y ahí se quedan. No se mueven, no se iluminan.

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– Es verdad, como cuando veíamos anuncios de muñecas y carretas del Oeste en la tele. Se movían pero abajo en la pantalla había una nota que ponía 'movimiento simulado para TV'.

– Pues nosotros les damos los cables y la tecnología básica necesaria para que después de construir su prototipo ('tuneado' al gusto de cada quien y de cada una) luego lo puedan manejar con su correspondiente mando, que también habrán puesto ellos en marcha. ¿Tú sabes el gustazo que implica que el coche que has montado tú acelere y derrape?

– Vaya si me lo imagino. Y lo de que la constructora sea una princesa, ¿a qué viene?

– A que si la niña está en fase de querer ser princesa, que lo sea. Luego querrá ser astronauta. Y luego pedagoga. O no. Ah, los padres, a implicarse en los juegos. Forma parte del placer y las obligaciones de ser eso, padres.

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