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Las remeras de Arraun Lagunak ondean la Bandera de La Concha a su llegada a la rampa del muelle.

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Las remeras de Arraun Lagunak ondean la Bandera de La Concha a su llegada a la rampa del muelle. EFE
Bandera de La Concha

Las reinas que dominan la mar

Arraun Lagunak somete una vez más a sus rivales, gana la tanda de honor y la Bandera de La Concha y firma una temporada perfecta

Lunes, 9 de septiembre 2024, 02:00

Lágrimas. Muchas. Y todas ellas de alegría. Las que más nos gustan, las que pueden avergonzar porque parece una contradicción que se llore por un motivo alegre y no triste. Hubo millones de lágrimas en la tripulación de Arraun Lagunak. Y todas ellas tenían sentido. Llorar por ganar es algo maravilloso. Puede que la cuadrilla de Juan Mari Etxabe se hubiera hecho a la idea de que poco le separaba de ondear su tercera Bandera de La Concha consecutiva. Tenían ventaja y habían sido las mejores durante todo el verano. Sin embargo se exprimieron, con Astudillo capitaneando la Lugañene y Etxabe desde la zodiak supervisando los detalles. Todo salió perfecto.

Lágrimas de toda la tripulación al cruzar la baliza de meta. Daba igual que fueran las favoritas porque ganar la Bandera de La Concha es eso. Técnicamente se puede describir una lágrima como «un gel interactivo de mucina hidratada, con lípidos asociados a proteínas, distribuidos. Aunque su principal componente es el agua». Agua desde el cielo por la tromba que cayó en la tanda de honor y agua salada debajo de la embarcación. Esa Lugañene que ha surcado a toda velocidad el Cantábrico, venciendo de todas las maneras. Con mala mar, sin oleaje, remontando... Ganar ha sido el pan nuestro de cada día.

Por ello la alegría y abrazos que se profesaron ayer las chicas de Arraun Lagunak tiene su sentido. O por cómo fueron recibidas como reinas de la mar en la plaza de la Constitución. Con un público lleno de colores porque el reconocimiento que se le tributó a la tripulación donostiarra no solo fue de sus seguidores más incondicionales, sino de todo el aficionado del mundo arraunlari. El aplauso debe ser atronador porque Arraun Lagunak ha hecho historia, venciendo allí donde ha habido una competición. Y eso significa derramar lágrimas. Solo de alegría.

Si Arraun Lagunak ha dominado durante todo el año con el colofón de La Concha, lo mismo se puede decir de Urdaibai. La mano de hierro de Gorka Aranberri y toda su cuadrilla tuvo su día grande ayer. El zarauztarra entra a la historia de la Olimpiada del remo con su novena Bandera, logradas comandando a las tripulaciones de Orio, Santurtzi y Bermeo. Para muchos la temporada acaba el segundo domingo de septiembre aunque queda aún tela por cortar en las últimas banderas de la liga. Quedarán, en consecuencia, lágrimas que derramar. Sobre todo las más hermosas. Las que significan victorias como las de las reinas.

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