Viejos conocidos de la Real Sociedad analizan los rivales de Champions

Carlos Xavier (Maputo-Mozambique, 16-1-1963) forma parte de la historia de la Real. Llegó a la Real de la mano de Toshack junto a su compatriota Océano Andrade, procedentes ambos del Sporting de Lisboa, y defendió su camiseta durante tres temporadas, entre 1991 y 1994. Jugó 109 partidos y marcó 12 goles. Colgó las botas en 1996 con 34 años tras ganar una Copa y una Supercopa portuguesa. En la actualidad trabaja como director técnico de una academia del Sporting y comenta los partidos del equipo en el canal de televisión del club.

«El Benfica es el club más laureado de Portugal en cuanto a títulos. En Portugal le llaman O Glorioso por los años en los que quedó campeón de Europa -1960/61 y 1961/62 con el mítico Eusebio en sus filas - y Os Encarnados, por el color rojo de su camiseta», dice.

Carlos Xavier puntualiza que «es un equipo al que le gusta mucho atacar, por lo que deja huecos en defensa y encaja muchos goles. Acaba de perder al portero griego Vlachodimos, que se ha marchado al Nottingham Forest por una bronca con el entrenador, Roger Schmidt. Ha llegado en su lugar por diez millones de euros un joven guardameta ucraniano, Anatoly Trubin, de 22 años, del Shakhtar Donetsk».

El Benfica se ha desprendido en los últimos años a sus mejores jugadores. «Es un club vendedor y logra grandes beneficios con los traspasos. Compra barato y vende caro. Los últimos han sido Joao Félix al Atlético de Madrid, Gonçalo Ramos al París Saint Germain y Enzo Fernández al Chelsea. Al igual que la Real, trabaja mucho la cantera y en las alineaciones del primer equipo figuran muchos jugadores jóvenes, a los que les falta experiencia».

Su técnico, el alemán Roger Schmidt, cumple su segunda temporada al frente del equipo lisboeta. «Llegó el año pasado y en su primera temporada quedó campeón. Le gusta que sus equipos jueguen al ataque. Salen con peligro al contragolpe, pero reciben muchos goles. Están incómodos con el marcador en contra. Es débil al contragolpe».

Carlos Xavier sigue a la Real. «Ha empezado empatando los tres primeros partidos, pero ganó el último al Granada. Eso sí, encajando siempre muchos goles. Y eso no puede pasar si quiere ganarle al Benfica. Debe marcar un gol pronto y después aguantar la presión. Al Benfica no le gusta jugar por detrás del marcador, no se siente cómodo. La Real tiene que jugar con paciencia. Ha de guardar el balón y salir rápido al ataque».

Esta leyenda de Inter de Milán, donde jugó entre 1978 y 1984, logrando el scudetto de 1980, es un apasionado del fútbol que sigue trabajando como técnico en la Federación Italiana y uno de los responsables de la selección sub-21. Pero hay una circunstancia que hace de esta Champions algo, si cabe, más especial para él. Evaristo Beccalossi (Brescia, 1956) jugo los dos partidos completos de la histórica eliminatoria de la UEFA de 1979 entre el Inter y la Real. «Claro que me acuerdo», reconoce con sonrisa pícara. «Nos lo pusieron muy difícil. Lo que más recuerdo es la dureza de aquel rival, un equipo muy agresivo. Y los tifosi apretaron mucho. Después de hacer un gran partido en Milán (3-0) sufrimos mucho en San Sebastián (2-0). Sigo ahora a la Real, sobre todo desde que le ha tocado al Inter en la Champions, y sigue manteniendo como una de sus señas de identidad la alta intensidad. Creo que nos espera -aún siente como suyo el equipo nerazzurro como suyo- un partido complicado en su estadio y espero bastante tensión sobre el campo».

Connotaciones históricas al margen, Beccalossi define al Inter actual como «un conjunto muy compacto y ordenado en defensa y, sobre todo, con mucho carácter y muy competitivo. Es verdad que ha perdido a Lukaku y es una baja sensible, pero ha compensado muy bien el equipo, muy rocoso y homogéneo. No es un equipo que base sus resultados en individualidades, pero el futbolista más diferencial sigue siendo Lautaro Martínez, que tiene esa calidad para decidir partidos. No obstante, lo más destacado de la plantilla es su fortaleza mental y la disciplina con la que juega. Llegar a la final de la Champions del año pasado le ha dado aún un punto más de confianza y todas las líneas trabajan de manera solidaria como un bloque difícil de romper. También suma en sus filas experiencia y hay jugadores que saben afrontar partidos clave con total garantía».

Con todo, el centrocampista de aquel Inter campeón sostiene que el equipo italiano «es, sobre el papel, favorito para los partidos de Champions contra la Real, pero va a tener que emplearse a fondo porque va a tener enfrente otro conjunto con una mentalidad muy competitiva. Para el Inter va a ser especialmente difícil el partido de San Sebastián porque va a tener delante un rival intenso empujado por una grada apasionada. El Inter también sabe afrontar ese tipo de escenarios adversos».

Los aficionados de la Real que acudan a Salzburgo no tendrán que soportar esta vez la sensación térmica de 7 grados bajo cero que experimentaron los 2.000 seguidores que presenciaron el duelo de vuelta de la ronda de treintaidosavos de final de la Europa League en el curso 17/18. En aquella ocasión la Real viajó a la ciudad natal de Mozart en febrero, mientras que esta vez lo hará en octubre, un mes mucho más amable en cuanto a las temperaturas.

El futbolista Raúl Navas formó parte de aquel equipo que intentó derrocar al conjunto austriaco. No fue posible. La Real empató a dos en Anoeta y perdió 2-1 en Salzburgo. El central sevillano guarda un «recuerdo amargo» de aquel enfrentamiento. «Fue un partido bonito, sobre todo por el desplazamiento que hubo de gente», destaca.

El ahora jugador del Recreativo de Huelva fue uno de los protagonistas de aquel encuentro de vuelta. Para bien y para mal. Anotó el gol del empate momentáneo a la salida de un córner, pero luego fue expulsado con roja directa a veinte minutos del final. «El gol fue especial porque nos dio la vida y vimos que se podía conseguir. Pero después también sufrí la expulsión. Fueron las dos caras de la moneda», rememora.

Sobre el Salzburgo, recuerda que «era un equipo muy, muy joven, que tenía un manejo de balón muy bueno y que contaba con tres o cuatro jugadores que marcaban la diferencia». «Ramalho era un central que jugaba muy bien el balón y luego tenía dos delanteros muy buenos como Dabbur, que llegó a jugar en el Sevilla, y Minamino y Hwang, que era bastante rápido», subraya el exrealista. Ninguno de ellos continúa. Evoca también que era un club que «no tenía mucha afición. Al ser una franquicia, no había mucho ambiente de fútbol en ese momento. Me imagino que habrá más ambiente».

«No deja de ser el filial del RB Leipzig que juega en la Bundesliga, una liga mucho más competitiva que la austriaca y ya se veía que ellos tenían jugadores jóvenes con mucha proyección», indica y no esconde que «el Salzburgo es el equipo más asequible del grupo a priori», aunque advierte que posee una plantilla de «jugadores jóvenes con mucho desparpajo que no tienen miedo. Hay que tener mucho cuidado, porque eso es un plus para ellos».

«Lo que pasó hace 5 años es un aviso. La Real no ha tenido un inicio de temporada como en los últimos años, pero es un equipo que se conoce a la perfección y que no tiene nada que envidiarle al Inter y al Benfica», concluye optimista.