Borrar
Antiguos entrenadores de la Real Sociedad
Real Sociedad

No siempre cambiar al entrenador fue la mejor solución

Precedentes. La Real de Aperribay también vivió momentos de dudas tras sus éxitos de 2013 y 2017 y técnicos como Moyes o Garitano no mejoraron a sus predecesores

Miguel González

San Sebastián

Martes, 7 de octubre 2025, 02:00

Comenta

La situación actual no es desconocida para la Real desde el acceso de Aperribay a la presidencia en 2008. En dos ocasiones anteriores ya ha atravesado por sendos valles después de épocas de éxito, porque detrás del mal momento del equipo hay algo más que una sucesión de malos resultados en las ocho primeras jornadas. Se trata de una cuestión estructural más que coyuntural, con la dificultad que ello implica a la hora de escapar de los puestos de abajo de la clasificación.

La Real se ha descapitalizado de forma importante en los últimos años como consecuencia de la decisión de algunos de sus hombres más importantes de cambiar de aires tras haber conseguido todas sus metas aquí, es decir, ganar la Copa y jugar la Champions haciendo un buen papel. Le Normand y Merino decidieron salir el año pasado y Zubimendi este verano. Si se les une en 2023 la marcha de Sorloth –operación en la que el club no anduvo nada hábil para retenerle– y la retirada de Silva, el resultado es que del equipo que finalizó cuarto hace apenas dos años solo quedan Remiro, Zubeldia, Brais y Kubo. Oyarzabal entró en la segunda vuelta porque venía de romperse el cruzado y Barrene también estaba lesionado.

En estos tres últimos años han llegado quince jugadores, de los que ya no están Tierney, André Silva, Galán y Aguerd, que vinieron cedidos, ni Traoré y Becker, traspasados este verano. Javi López está cedido en el Oviedo y del resto, solo Sergio Gómez y Caleta-Car son titulares ahora mismo. Óskarsson y Yangel están lesionados, Soler y Guedes cogiendo ritmo, y Sucic y Zakharyan, tratando de recuperar el terreno pérdido. La combinación entre el peso que tenían los que se han ido y la falta de rendimiento de los que han venido, ha dado como consecuencia este mal arranque de temporada que ha encendido todas las alarmas.

Arrasate y Moyes, en un año

Para superar un momento tan complicado siempre viene bien mirar al pasado para aprender de los errores y recordar cómo se salió adelante. En ese sentido, la primera situación que recuerda a la actual se dio en la campaña 14/15 con Jagoba Arrasate, que acabó siendo cesado en la décima jornada.

La Real venía de tocar el cielo en 2013 con una clasificación para la Champions totalmente inesperada para un equipo que dos años antes se había salvado del descenso en la última jornada. Montanier, con un estilo de juego atractivo, revalorizó a unos jugadores que enseguida se pusieron de moda en Primera. Así, Illarramendi acabó en el Real Madrid ese verano de 2013 y Griezmann y Bravo en el Atlético y Barcelona, respectivamente, un año más tarde. Sus sustitutos fueron Rulli, Granero y Canales.

Arrasate cuajó una buena temporada sin el mutrikuarra en la 13/14, sustituyéndole por Markel Bergara y manteniendo el resto de las piezas del conjunto. Así superó la previa de Champions ante el Olympique de Lyon para jugar la fase de grupos, alcanzó las semifinales de Copa y logró billete para la Europa League al quedar séptimo en la Liga. Pero en la 14/15 no pudo superar tres bajas tan importantes.

Fue un arranque de curso en el que todo lo que pudo salir mal, salió peor. Finnbogason se lesionó en Aberdeen, Rulli se rompió en Krasnodar para varios meses y tuvo que jugar Zubikarai, y Agirretxe atravesó problemas musculares. Además, Granero venía de estar un año parado tras romperse el cruzado. En la octava jornada solo había ganado un partido, como ahora, que fue la goleada que le endosó al Real Madrid (4-2) tras remontar un 0-2. En el resto de los encuentros se dieron dos empates, en Balaídos (2-2) y en casa ante el Valencia (1-1), y derrotas contra el Eibar (1-0), Almería (1-2), Sevilla (1-0), Espanyol (2-0) y Getafe (1-2). En Córdoba, en el noveno partido, ya se vio que la inercia no iba a cambiar porque cuando la Real ganaba por 0-1 un gol de Xisco con la mano en el 86 –entonces no había VAR– le dejó sin dos puntos que habrían sido de oro. Una semana después el de Berriatua estaba en la calle tras perder ante el Málaga (0-1).

David Moyes fue su sustituto y la cosa no mejoró. De hecho, el escocés apenas duró un año. Resultó curioso, porque esa campaña 14/15 la Real ganó en casa al Real Madrid, Atlético y Barcelona, demostrando que tenía equipo, pero le faltaba fútbol y aquel relevo no contribuyó a recuperarlo. Un once tipo de aquella época era el formado por Rulli; Zaldua, Mikel, Iñigo, De la Bella; Markel, Granero; Vela, Prieto, Canales; Agirretxe.

Al año siguiente la Real repitió con Moyes el mal inicio de Liga anterior. En la octava jornada de la 15/16 tenía 6 puntos tras haber ganado solo al Granada (0-3) en aquella noche entre semana del hat-trick de Agirretxe. Los tres empates fueron sin goles en A Coruña y frente al Sporting y Athletic en casa. En su caso no concurrieron unas circunstancias excepcionales que justificaran un arranque tan pobre, más bien fue al contrario, porque Illarramendi regresó del Real Madrid para llevar la batuta en la zona ancha. Su aventura acabó en la jornada 11 tras perder en Las Palmas.

La llegada de Eusebio relanzó al grupo al dotarle de un estilo de juego más atractivo y ambicioso, tanto en ataque como en defensa, con la línea adelantada y emparejamientos individuales en campo contrario. Al mes de llegar perdió por lesión a Canales y Agirretxe en el Bernabéu, pero ello no fue obstáculo para que hiciese dos años naturales fantásticos en 2016 y 2017 dando la alternativa a un jovencísimo Oyarzabal, fichando a un delantero como Willian José que reforzaba el juego de posición que pregonaba y dando alas en el lateral a un Yuri que explotó con él. En 2017 la Real se clasificó para la Europa League con aquel gol de Juanmi en Balaídos después de un curso en el que, por momentos, estuvo peleando por entrar en la Champions.

Apuesta fallida con Garitano

Pero de nuevo el éxito fue efímero. En ese verano traspasó a Yuri al PSG al no querer mejorarle el contrato y en la temporada 17/18 Raúl Navas cayó lesionado, Iñigo y Vela se fueron en enero, y al final del curso Carlos Martínez y Xabi Prieto dijeron adiós al fútbol después de estar muchos meses lesionados. Odriozola también sería transferido al Real Madrid. En marzo de 2018, unas semanas después de caer ante el Salzburgo en Europa, fueron cesados Eusebio y Loren e Imanol se hizo cargo del equipo de manera interina en las últimas nueve jornadas para regresar posteriormente al Sanse.

Aunque no fue un relevo a mitad de temporada, la apuesta para el nuevo proyecto post-Eusebio fue Asier Garitano, un entrenador que venía de hacer maravillas con el Leganés gracias a un gran balance defensivo. Pero el efecto fue el contrario y la Real sufrió un importante atasco en la fase ofensiva que le llevó a perder cuatro partidos seguidos en diciembre que acabaron con su etapa. Imanol reflotaría la lanve con un juego más propositivo y dando entrada en el equipo a Barrenetxea y Aihen en lugar de Juanmi y Theo Hernández.

Ahora la situación es diferente porque la cuestión no reside en poner en valor a unos jugadores mediante un cambio de estilo sino en construir contra reloj una columna vertebral que se ha visto debilitada en los últimos años con las salidas de hombres importantes. Como es lógico, no hay entrenador que resista en el tiempo a los malos resultados, pero no parece que Sergio sea el problema.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco No siempre cambiar al entrenador fue la mejor solución

No siempre cambiar al entrenador fue la mejor solución